lunes, 3 de junio de 2013

Desafíos de la Democracia en América Latina

por Aritz RecaldeMayo de 2013

En el año 1968 Juan Perón publicó la obra La Hora de los Pueblos. En el libro, mencionó que el problema político fundamental del país y del Continente, estaba ligado a la necesidad de alcanzar la liberación frente a los imperialismos. Dicha tarea, tenía que involucrar dos grandes frentes de acción, que eran el plano internacional y las reformas estructurales en el ámbito interno. Se trataba según Perón, de superar los marcos de la denominada “Democracia demoliberal”, para consolidar la Democracia popular o el “socialismo nacional”. Con la finalidad de ejecutar ambas acciones, el ex mandatario fijó una agenda política. El primer determinante a superar, tenía que ver con modificar la relación de política exterior dependiente y subordinada del país, en relación a las metrópolis. Frente a ello, proponía ubicar al país geopolíticamente en una Tercera Posición, independiente del comunismo y del capitalismo liberal. La Argentina debía inscribirse en el mundo, a partir de la Integración continental de América Latina o en su defecto, Perón sostenía que “el año 2000 nos encontrará unidos o dominados”. Las reformas estructurales en el ámbito interno, iban a incluir aspectos económicos, sociales, políticos y culturales. Había que industrializar el país y la región, contribuyendo a la consolidación de una “comunidad económica” entre los países del sur, principio a partir del cual se podía organizar un “mercado común latinoamericano”. En el plano social y tal cual tituló Perón su libro, había llegado la “Hora de los pueblos”. Los pueblos se movilizaban y exigían formar parte de la apropiación colectiva del producto del trabajo. En este marco, Perón sostenía que “había terminado en el mundo el reinado de la burguesía. Comienza el gobierno de los pueblos”. En el terreno cultural, estableció que sólo “podremos neutralizar la acción imperialista, en la medida que seamos capaces de luchar para colocarnos cultural y tecnológicamente a su altura”.

Perón sostuvo que para alcanzar la transformación de la política exterior y de las estructuras internas, se debían superar los marcos de acción política propios de los Partidos demoliberales, que funcionaban meramente como agentes electorales. Las Oorganizaciones Llibres del Pueblo, tenían que constituirse como una voluntad política capaz de llevar adelante el Proyecto Nacional.

A 45 años de su publicación, La Hora de los Pueblos tiene profunda actualidad. En la línea de las iniciativas de Perón, América Latina está revisando su inscripción geopolítica dependiente de los Estados Unidos y de los lineamientos del Consenso de Washington. El camino de ruptura con el imperialismo de Norte, lo inició Hugo Chávez desde el año 1999. La acción inicialmente solitaria del dirigente bolivariano, fue encontrando aliados políticos con la asunción de gobiernos populares en Brasil, Argentina, Uruguay, Ecuador, Bolivia o Paraguay. La articulación de los dirigentes populares y sus pueblos, permitió obstruir el ALCA en el año 2005 y a partir de allí, abonó el camino para el fortalecimiento de una nueva unidad geopolítica, que es la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR). Profundizando estas políticas, en el 2010 los líderes regionales dieron nacimiento a la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe(CELAC).

Los gobiernos populares están modificando las estructuras internas de sus países. Con esa finalidad, los Estados están reconquistando su patrimonio enajenado en manos del imperialismo. Bolivia recuperó el agua y la administración nacional de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos. Argentina expropió Yacimientos Petrolíferos Fiscales y nacionalizó los Fondos de Jubilaciones. Venezuela nacionalizó las comunicaciones, varias franjas petrolíferas, impulsó una reforma agraria y promovió la administración estatal de la siderurgia o de la industria del cemento. Todos los países, con sus matices y sus tiempos, están recuperando su patrimonio económico que había sido apropiado por los imperialismos y las oligarquías.

Las reformas de las estructuras internas, están derivando en el bienestar social de los pueblos del Continente. Los argentinos promovieron la Asignación Universal por Hijo y los brasileños el Programa Bolsa de Familia. Los venezolanos de extracción humilde, por primera vez en su historia, están accediendo a un sistema de salud y de educación gratuita y universal, con las misiones impulsadas por el Estado. Con aciertos, con errores y aún con muchas demandas no satisfechas, los gobiernos populares de América Latina, están redistribuyendo la riqueza social y en todos los casos, han bajado la pobreza, la indigencia y la desigualdad.

En el plano cultural, la etapa adquirió avances considerables en el terreno del reconocimiento de las etnias oprimidas, en la democratización del acceso a la educación y a la comunicación, en la recuperación de la conciencia histórica y en el desarrollo de una plataforma científica soberana. Los bolivianos tienen un presidente proveniente de las poblaciones originarias y su constitución instituyó el Estado Plurinacional Comunitario. En la Argentina, se sancionó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual más importante de la historia del Continente, en lo concerniente a la democratización del acceso a la información y a la cultura. Los latinoamericanos desarrollaron una TV regional con TELESUR. Tal cual lo estableció la UNESCO, en Venezuela y en Bolivia se erradicó el analfabetismo. Los jóvenes brasileños tienen 14 nuevas universidades con Lula y los argentinos nueve a partir de Néstor y de Cristina Kirchner. Argentina va a la vanguardia tecnológica con el INVAP que elabora satélites, radares y reactores. Los brasileños producen aviones con EMBRAER. Ambos países, elaboran en conjunto el vehículo liviano llamado GAUCHO. Paso a paso, el Continente está construyendo la soberanía cultural y la independencia científica y tecnológica.

Para alcanzar las transformaciones mencionadas, los países convocaron a las Organizaciones Libres del Pueblo. Argentina movilizó a las organizaciones sociales, a los sindicatos, a los nuevos y a los viejos partidos políticos. Los bolivianos vertebraron el Movimiento al Socialismo a partir de las organizaciones campesinas. Los venezolanos movilizaron al pueblo y centralizaron las fuerzas revolucionarias en el Partido Socialista Unido de Venezuela. En todos los casos, los nuevos actores superaron los marcos del demoliberalismo, que otorga a las fuerzas políticas meras funciones electorales, para poner en su lugar, a los oligopolios mediáticos.

Argentina está construyendo un Nacionalismo popular. Los venezolanos y los ecuatorianos llamaron a sus propuestas como Socialismo del siglo XXI, de manera similar al Socialismo nacional de Perón. Evo Morales promueve un Socialismo comunitario. En todos los casos, los países mencionados se proponen construir alternativas al neoliberalismo, en el marco de un sistema político de competencia de Partidos y de una economía social de mercado. Con sus particularidades y sus perfiles propios, todos los gobiernos populares se reúnen en su decisión de superar el demoliberalismo, para construir modelos de desarrollo sustentables y con justicia social.

Resta mucho aún por hacer en el terreno del desarrollo industrial y de infraestructura económica de los países. Siguen vigentes varias deudas sociales en los planos educativos, de la salud, de la vivienda, el empleo o en el acceso a servicios básicos. Falta mucho para hacer en el terreno de la soberanía científica y tecnológica. La integración del Continente está aún, a medio camino. Ahora y pese a ello, los lideres y sus pueblos, están dando pasos importantes en la consolidación de renovados modelos de desarrollo nacional independiente. Finalmente y tal cual lo estableció Juan José Hernández Arregui, “Nosotros hemos aprendido a definir a las naciones dominantes como las progenitoras de la criatura colonial. Y a esa criatura la hemos asesinado sin ceremonias en la lucidez de nuestra conciencia histórica plegándonos a la lucha revolucionaria de las masas argentinas e iberoamericanas”.





Entrevista a Juan Godoy: "La Década Ganada"

“VUELVE A SER POSIBLE ENCARAR UN PROYECTO DE LIBERACION NACIONAL”


Elías Quinteros: En la elección presidencial del año 2003, en las postrimerías del mandato de Eduardo Duhalde, veinte millones de argentinos repartieron sus votos entre Carlos Menem (Frente por la Lealtad - Unión del Centro Democrático), Néstor Kirchner (Frente para la Victoria), Ricardo López Murphy (Movimiento Federal para Recrear el Crecimiento), Adolfo Rodríguez Saá (Movimiento Popular Unión y Libertad), Elisa Carrió (Afirmación para una República Igualitaria), y Leopoldo Moreau (Unión Cívica Radical). ¿Qué pensabas de Néstor Kirchner antes del acto eleccionario?

Néstor Kirchner era prácticamente un desconocido. Pero recuerdo por esa época, en una charla, conferencia o algo así en que exponía el historiador Norberto Galasso acerca del peronismo, si mal no recuerdo de una agrupación “Envar El Kadri”, un compañero comenta con seguridad que Kirchner había ido al velatorio de “El Cacho” allá por el año 1998. Pensaba entonces cómo un Gobernador de una Provincia sureña tenía el gesto, en medio del pregonado “fin de las ideologías”, de ir a despedir al gran mítico militante del peronismo revolucionario. De ahí uno abre los ojos, presta más atención. Siempre me había quedado la duda si esto era así, o era fruto de un recuerdo distorsionado, no digo mal intencionado, sino una equivocación del compañero, igual preferí entonces creer. Varios años más tarde, con el fallecimiento de Néstor escucho por radio a “Estercita” El Kadri, que cuenta muy emocionada la misma anécdota que el compañero varios años atrás.

Tras asumir como presidente, Néstor Kirchner tuvo que enfrentar una serie de situaciones graves que requerían soluciones urgentes, en un contexto nacional e internacional que no favorecía la gestión gubernamental. ¿Qué hechos constituyeron sus logros más importantes?

Difícil o más bien reiterativo sería enumerar todos los importantes logros de esos años, pero si pensamos en la gestión de Néstor por la cual me preguntás, rescataría dos o tres que sintetizan el cambio de época, una el enfrentamiento al imperialismo yanqui en el 2005, contra la arremetida neocolonial del ALCA, para lo cual fue necesario “desempolvar” el proyecto de la Gran Patria Grande, que sería otro hecho de suma relevancia. El pago de la deuda al FMI es otro hito importante, de modo de adquirir soberanía económica que permite el repunte económico ya no desde las pautas del FMI y el BM. Pensando en el orden interno, la renovación de la Corte del menemato, terminar con las vergonzosas leyes de la impunidad y el comienzo de los juicios a los genocidas de la última dictadura cívico-militar. En términos generales también podríamos pensar en la concepción que sea el trabajo el ordenador de la vida social, y la intervención estatal central, pero no ya como en los noventa para la “timba financiera”, sino para la defensa de los sectores más desposeídos, olvidados, dejados de lado por el neoliberalismo.

En el año 2007, Néstor Kirchner no buscó la reelección presidencial. Por ese motivo, Cristina Fernández fue designada como candidata del Frente para la Victoria. Y, posteriormente, fue elegida como Presidenta de la Nación. ¿Qué pensaste en ese momento respecto de dicha cuestión?

Fue una decisión estratégica bien interesante, de modo de poder garantizar la continuidad del proyecto de Nación a través de los años. Dado que es un problema para los proyectos nacionales el tema de la continuidad, pues en periodos cortos de gobierno se hace difícil el avance hacia la liberación nacional ante los sectores oligárquico-imperiales que se oponen a ésta. Tema que ya había sido abordado por nuestros libertadores, basta el ejemplo del Rey Inca de Belgrano apoyado por San Martín, o la presidencia vitalicia de Simón Bolívar. Nos podemos preguntar ¿en qué estaban pensando éstos cuando esbozaban estas ideas?. El gran bolivariano Rufino Blanco Fombona suma una cuestión que es que cuando las oligarquías quisieron quedarse en el poder todos los años que quisieron (y pudieron), con dictaduras, asesinatos, etc. De ahí que la alternancia parecía ser en ese entonces una alternativa interesante para la continuidad del proyecto nacional-popular-latinoamericano.

En el año 2008, la pretensión gubernamental de aplicar un sistema de retenciones móviles a las exportaciones de trigo, maíz, soja y girasol, mediante la implementación de la Resolución Nº 125 del Ministerio de Economía, generó un conflicto con las cuatro organizaciones de productores agrícolas y ganaderos que integraron la Mesa de Enlace (Sociedad Rural, Federación Agraria, Confederaciones Rurales Argentinas y Confederación Intercooperativa Agropecuaria). Tal conflicto duró más de cien días y comprendió paros patronales, piquetes rurales en las rutas y en los puentes, manifestaciones callejeras en las ciudades, cacerolazos, desabastecimiento de alimentos, aumento de precios, despidos de trabajadores, incendios de pastizales y hechos de violencia en general. ¿Qué sentiste durante su desarrollo?

En ese momento el sentimiento era de estarle disputando a la oligarquía Argentina qué hacer con la Renta Agraria Diferencial, cuestión clave para nuestro desarrollo. Esa Renta Agraria Diferencial, riqueza de todos los argentinos, que durante el modelo oligárquico-agroexportador se la apropiaron un conjunto pequeño de familias, y en lugar de invertirla en el desarrollo la dilapidaron en viajes, palacios a imagen y semejanza de los europeos, etc., y que durante el peronismo se utilizó, con su apropiación mediante la nacionalización del comercio exterior, para impulsar el desarrollo industrial y en beneficio de las mayorías populares. Al mismo tiempo que un sentimiento de la necesidad de movilización popular (que efectivamente se dio) para enfrentar el “clima destituyente” según bien lo definió Carta Abierta en esos días. La movilización necesaria para enfrentar a estos sectores poderosos. Salir a la calle a defender al gobierno popular en esos días, encontrarse con compañeros, reconocerse juntos allí, fue algo muy positivo. Ahora bien, se ha dicho que este conflicto con las patronales agropecuarias llevó a un re-impulso y profundización del kirchnerismo, que la derrota en el Senado, y luego en las elecciones de medio término, fueron entonces convertidas en cierto sentido en una victoria. Podemos concordar con esta visión, pero al mismo tiempo se genera la pregunta de cómo el gobierno o los sucesivos gobiernos van a atreverse a avanzar sobre la Renta Agraria Diferencial, condición absolutamente necesaria para el desarrollo nacional. Lo oligarquía marcó la pauta que con ciertas cuestiones va a ser muy arduo avanzar, pero nosotros sabemos que es estrictamente necesario para hacerlo.

Al igual que Néstor Kirchner, Cristina Fernández no tuvo una vida tranquila durante el desarrollo de su primera presidencia (enfrentamiento con las organizaciones de productores agrícolas y ganaderos, con el grupo de empresas Clarín, con los Partidos políticos de la oposición, etc.). ¿Qué aspectos fueron los más relevantes?

El primer periodo de Cristina tuvo avances muy importantes, permitidos por la “salida del infierno” que logró Kirchner, así pudo avanzar con aspectos centrales. Entre éstos, hay que poner de relevancia la re-estatización de Aerolíneas Argentinas, la fundamental de las AFJP (en línea con la re-estatización del Correo Argentino y de la ex Aguas Argentinas, hoy AySA durante la gestión de Néstor). La ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (que todavía no podemos aplicar en su plenitud), la Asignación Universal por Hijo (AUH), el Conectar Igualdad, y la creación de nuevas Universidades nacionales, y la constitución de la UNASUR. Nombré varios, pero difícil es la tarea de dejar afuera alguno de éstos. No obstante algunos dejamos de lado para resaltar los más relevantes. Este periodo de Cristina se caracteriza por volver a sentar las bases de la Nación, sobre las cuáles asentarnos en el proceso de liberación nacional.

Aunque todavía no llegamos a la mitad de su segundo mandato… ¿Qué cuestiones ya aparecen como las más notorias?

En este segundo mandato de CFK, se arrancó con medidas muy importantes, desde el “nuevo estatuto del peón”, la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, la re-estatización de YPF, el PROCREAR, las medidas sobre el sector financiero, la puja con los “fondos buitres”, hasta la más reciente Ley de democratización de la justicia. Lo central considero es que, sobre el final del primer periodo, y sobre todo en éste, Cristina está avanzando con medidas socio-económicas estructurales para dejar atrás la dura herencia del neoliberalismo. Hay que destacar que todo esto (y parte del primero) se hace en el contexto de la peor crisis mundial capitalista. Hoy es esa la “batalla” que se está librando, es si podemos “torcerle el brazo” al neoliberalismo y acerca de quién lleva adelante los destinos de la Patria, el Pueblo o las Corporaciones.

Ultimamente, más de una persona considera que algunos asuntos que inciden en la región, en el país o en la fuerza gobernante, no son atendidos de la forma adecuada. Y, por ende, demandan la profundización de algunos aspectos de la gestión y la corrección de otros. ¿Cuáles tienen que ser profundizados? ¿Y cuáles tienen que ser corregidos?

Incómodo papel le toca a uno estando aquí sentado, de señalar estos aspectos, estimando pero sin saber certeramente las dificultades. Pero dada la pregunta, avancemos. Hay que seguir el rumbo de avanzar en el control de los “resortes” básicos de la economía. Avanzar en la política de transporte, últimamente se han dado algunas señales en ese rumbo, avanzar sobre la Renta Financiera sin dudas, sobre el sector minero, en una reforma impositiva (deuda pendiente de los años de Kirchner) sin dudas también volver sobre la Renta Agraria Diferencial. Avanzar también, aún más, en la diversificación de modo de poder disminuir en lo posible la “sojización”. Para estas tareas tan complejas, en tanto todas llevan a enfrentar a los que se piensan “dueños de la Argentina”, hay que fortalecer el Frente Nacional, con los trabajadores, las juventudes, las organizaciones sociales, etc.

A veces, unas palabras tienen la capacidad necesaria para definir a una persona. ¿Qué palabras pueden retratar a Néstor Kirchner? ¿Y qué palabras pueden retratar a Cristina Fernández?

Néstor fue desafiante, provocador de los intereses concentrados de nuestra Patria. A veces con un estilo descontracturado, desenfadado que le valió una cercanía con el Pueblo laburante y con la juventud. Néstor se enfrentaba a los poderosos como los sectores populares cuando toman la historia en sus manos lo hacen, “llevándoselos puestos”, sin “pedir permiso” ni con “buenos modales”. Cristina es mucho más correcta en las formas podríamos decir, pero tiene el objetivo bien claro de país que quiere, y avanza en forma constante hacia ese, a pesar de los obstáculos. La claridad y coherencia se hace evidente cuando uno sigue los discursos desde su primer mandato, lo central del mismo siempre está, perdura.

Uno de los rasgos distintivos del período kirchnerista consiste en el carácter, la cantidad, la magnitud y la importancia de los acontecimientos que están asociados al mismo. ¿Qué hecho de este período impactó profundamente tu vida? ¿Por qué?

Como hecho positivo, la recuperación de la Patria en sus aspectos fundamentales, demostrando que hoy vuelve a ser posible encarar un proyecto de liberación nacional. Puede parecer general pero es esa la sensación. Como hecho negativo, sin dudas la muerte de Néstor. Había sido desde 2003 apoyarlo, pelear por él, estar día a día pendiente, y un día no está más. A pesar del paso del tiempo, es extraño, pero se lo extraña mucho al “flaco”.

Una gestión gubernamental puede afectar la existencia de una persona, en uno o en varios aspectos, positiva o negativamente. ¿Qué cambió en la tuya a partir de la asunción presidencial de Néstor Kirchner?

Pienso que lo que cambió, se recuperó más bien, es la Patria para todos y todas. A partir de allí las historias personales se entrelazan con la historia del país. En estos diez años, mirando hacia atrás es mucho lo que se avanzó, pero al mismo tiempo, cuando uno mira lo que falta para lograr una Patria libre, justa y soberana, que es mucho, se da cuenta de dos cosas: una, el profundo daño que le hicieron al país los gobiernos posteriores al ’55 (quitando el interregno Cámpora-Perón); y segundo, el enorme esfuerzo y la unidad del campo popular que vamos a necesitar para avanzar en todo lo que falta. Está en nosotros como Pueblo garantizar la continuidad de lo logrado hasta aquí, y profundizar el rumbo.



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