Nuestro Modelo Sindical actual es producto de un proceso histórico
protagonizado y sostenido por los trabajadores argentinos a lo largo de
infinidad de luchas libradas desde el origen mismo del Movimiento Obrero a
principios del Siglo XIX. En pleno Siglo XX, durante
el Gobierno del General Juan Domingo Perón, cuya principal base social la
constituían las grandes masas de trabajadores organizados en distintas
Organizaciones Sindicales, el Modelo asumió niveles de fortaleza y
consolidación que lo distinguen hasta
nuestros días: el Derecho de Asociación consagrado en el artículo 14 de la
Constitución Nacional, los Tratados internacionales al incorporarse la
Argentina a la OIT (Art. 14 bis) y la
sanción de la Ley N° 23.551 de Asociaciones Sindicales, fueron el decálogo de
un proceso normativo que fue protegiendo y tutelando Derechos tanto
individuales como colectivos, siempre a destiempo o demasiado tarde. Por lo
tanto, no debemos confundirnos: nuestro Modelo Gremial no fue establecido por
la Ley de Asociaciones Sindicales, sino que por el contrario, la Ley fue consecuencia
de la experiencia histórica protagonizada por el conjunto de los trabajadores
argentinos. En consecuencia, debemos
afirmar categóricamente que el accionar sindical fue plasmado en una norma y no
al revés, es decir, el Modelo Sindical Argentino preexiste a todas las normativas mencionadas previamente.
En la actualidad, la incorporación de nuevas
generaciones de trabajadores jóvenes a la participación sindical, conjuga un
escenario alentador para consolidar un Movimiento Obrero Unido, Organizado y
Solidario en defensa de los intereses de los trabajadores y del Modelo
económico de crecimiento con Inclusión social. Más Inclusión significa salarios
y condiciones dignas de trabajo. En este sentido, nuestro Modelo Sindical es la
herramienta que los trabajadores tenemos para alcanzar una distribución más
equitativa de la riqueza y para hacer realidad el sueño de un país que se
desarrolla económicamente de manera Independiente y con Justicia Social. En un mundo en el que el poder
económico y financiero internacional se fusiona en grandes Corporaciones de
capital trasnacionalizado que provocan especulación, tercerización y acciones desestabilizadoras
a escala mundial, no es casual que estos mismos poderes económicos nos quieran fragmentar.
Su objetivo es debilitar nuestros reclamos y bastardear los mecanismos de los
ámbitos de discusión existentes. Por lo
tanto, la defensa de nuestro Modelo Sindical debe ser irrestricta y sin cuartel
ya que configura el pilar básico de un Movimiento Obrero Unificado, Solidario y
Organizado. No queremos más
fragmentación, queremos más Unidad y más Organización en el Movimiento Obrero.
Para ello estamos dispuestos a dar la
discusión que haya que dar para mejorarlo. No obstante, sabemos que hay muchos sectores
que fomentan discusiones y contradicciones falsas con el único objetivo de
destruirlo. Es este Modelo
Sindical Argentino el que confiere la Personería Gremial a los Sindicatos más
representativos y, por medio de ella, la capacidad de defender los Derechos
laborales, siendo la negociación colectiva la herramienta fundamental que
tenemos los trabajadores organizados para el reparto de la riqueza. En un país que se ha desarrollado durante los últimos
10 años de manera ininterrumpida, no cabe duda que el Modelo Sindical Argentino
fue, es y continuará siendo el mecanismo fundamental que tenemos los
trabajadores para acceder a los beneficios del crecimiento de nuestra economía.
Estos logros, obtenidos a través del ejercicio
de Derechos sindicales son producto de la fortaleza de nuestro Modelo Sindical.
La Unidad y la concentración del poder sindical es la condición indispensable
para la defensa de los Derechos de los trabajadores frente a los poderes
económicos.
A lo largo de nuestra historia, las Organizaciones Sindicales hemos sufrido la persecución constante de las Dictaduras cívico-militares y los diversos embates de las Corporaciones Judicial, política y mediática. En este contexto, algunos dirigentes del Movimiento Obrero han alimentado equivocadamente a estas fuerzas de la Antipatria anteponiendo sus mezquinas pretensiones a los intereses de los trabajadores en su conjunto. Sin embargo, miles y miles de trabajadores seguimos respaldando contra viento y marea nuestro Modelo Sindical día a día, con nuestra fuerza de trabajo, a través de las afiliaciones, la participación y la elección de compañeros representativos de nuestros intereses, sueños y anhelos. Esta Juventud Sindical Peronista defiende la Democracia en todas sus formas y expresiones y repudia los embates que sufre nuestro Modelo Sindical por parte de aquellos sectores que bajo la idea de una fingida “Democracia”, postulan la fragmentación del Movimiento Obrero desde una concepción liberal e individualista: mediante las operaciones del “sálvese quien pueda y como pueda”, buscan atomizar al Movimiento Obrero organizado y su defensa colectiva, intentan sin miramientos romper la Unidad sindical aspirando a que el Movimiento Obrero se atomice y se debilite.
Para el Movimiento Obrero la construcción de
la identidad colectiva es fundamental. Tener identidad equivale a tener
existencia a partir de nosotros mismos, reconocernos en una historia de lucha
compartida como plataforma para actuar en el presente y lanzarnos audazmente
hacia el futuro. Nuestra identidad colectiva se cimenta en el reconocimiento de
la conciencia profunda de nuestra realidad colectiva. Es una óptica desde donde
mirar nuestra Patria, para amarla, defenderla y comprenderla. No puede
defenderse lo que no se conoce. Por eso, identificar y dar sentido a los
valores que compartimos, las cosas que queremos y que nos hermanan es la tarea
de esta hora de nuestro Pueblo. Es lo que nos da origen al “orgullo de ser” y
pertenecer al glorioso Movimiento Obrero argentino. La historia de los trabajadores organizados es la
clave para interpretar quiénes somos en la actualidad y hacia dónde vamos. Hoy
somos millones de trabajadores que desde hace años estamos afiliados a una
Organización Sindical por actividad, tarea u oficio. Ayer y hoy somos los que resistimos y peleamos contra
la explotación laboral, los que sostenemos que debe existir un horizonte mejor
para nosotros y nuestras familias. Somos los que creemos en que la Justicia
Social es el único reaseguro de una Patria Justa, Libre y Soberana. Pero hay
algunos que en nombre del “mercado” y del gran capital, niegan nuestro Derecho
a existir como realidad colectiva y, por ende, como entidad social e histórica.
A ellos les decimos que no nos han vencido ni nos vencerán.
Ayer y hoy somos los que practicamos y ejercemos día a día dentro de nuestras estructuras internas la multiplicidad de voces a través de debates, Congresos, Asambleas y múltiples actividades. Mediante esta práctica permanente podemos sostener y defender la multiplicidad de voces “hacia adentro” y con un mensaje común hacia fuera de nuestras Organizaciones. Para nosotros, para nuestro Sindicalismo, el trabajador es el centro de nuestra atención no como mero prestador de tareas, sino como PERSONA INTEGRAL, con necesidades, contingencias y expectativas que van más allá de la esfera laboral y que tienen que ver con su bienestar y realización personal y social. Producto de esta visión son los sistemas de Formación profesional, las Obras sociales, Mutuales, el Turismo social y un sinnúmero de actividades y Programas sindicales que responden a esa demanda. Por consiguiente, el trabajador es el principio y el final de todo lo que hacemos en nuestras Organizaciones sindicales. El trabajador es, sin lugar a duda, la esencia misma de nuestro Modelo Sindical.
Somos quienes hemos asumido un activo
protagonismo político en la vida de nuestra Patria. Los trabajadores delineamos
nuestra propia forma de participación política.
Frente al poder de los Partidos políticos demoliberales, de los Medios de Comunicación personeros de las Corporaciones y de los empresarios concentrados, los trabajadores reivindicamos nuestro Derecho a decidir en qué sociedad queremos vivir, con qué medios y de qué manera llegaremos a concretar nuestros sueños. Por eso, los jóvenes que integramos la Juventud Sindical Peronista defendemos el Modelo Sindical Argentino existente, con la convicción de que es el único que garantiza efectivamente la Unidad del Movimiento Obrero organizado y, por consiguiente, su fuerza de acción para poder terminar de concretar todos los beneficios de vivir en una Patria Justa, Libre y Soberana.
Frente al poder de los Partidos políticos demoliberales, de los Medios de Comunicación personeros de las Corporaciones y de los empresarios concentrados, los trabajadores reivindicamos nuestro Derecho a decidir en qué sociedad queremos vivir, con qué medios y de qué manera llegaremos a concretar nuestros sueños. Por eso, los jóvenes que integramos la Juventud Sindical Peronista defendemos el Modelo Sindical Argentino existente, con la convicción de que es el único que garantiza efectivamente la Unidad del Movimiento Obrero organizado y, por consiguiente, su fuerza de acción para poder terminar de concretar todos los beneficios de vivir en una Patria Justa, Libre y Soberana.