La crisis
de Ucrania ubica en la superficie con claridad, la naturaleza del sistema mundo
emergente y su estructuración como "orden" unipolar, unimultipolar, bipolar
o multipolar. Ya la situación en Siria, empezó a reflejar con mayor nitidez que
lejos están los días del "fin de la historia", y que un
"orden" multipolar se halla en ciernes.
Desde la
implosión de la Unión Soviética estamos siendo oyentes, en el sentido estricto
de la palabra, de esta discusión de los estrategas de los grandes centros. En
el fondo, no sólo los acontecimientos mundiales generan incertezas más que
certezas en el sistema mundo, sino también caen hechas trizas las categorías
conceptuales que crean y recrean las Relaciones Internacionales en su carácter
de disciplina, de fuerte raíz anglosajona. El
internacionalista español Celestino del Arenal, refiriéndose al concepto
de Relaciones Internacionales, dice: “Sin entrar de nuevo en la
cuestión terminológica, y aceptada en principio la expresión relaciones
internacionales, señalábamos en la Introducción, que la expresión relaciones
internacionales designa tanto a un sector de la realidad social como la
consideración científica de la misma. Definiríamos a las relaciones
internacionales como aquellas relaciones entre individuos y colectividades
humanas que configuran y afectan a la sociedad internacional en cuanto
tal." (Celestino del Arenal. Introducción a las Relaciones Internacionales.
Editorial Tecnos, Madrid, 2.000, pág. 424) La proliferación de teorías y del
paradigma del Estado y del Poder y su instalación en ámbitos universitarios
norteamericanos y su complementariedad con los centros de poder del Pentágono. "Las
relaciones internacionales como ciencia se han desarrollado, así, en un
contexto absolutamente exclusivista y cerrado, más que por expresa voluntad de
los estudiosos anglosajones, por la decisiva dependencia que las relaciones
internacionales como ciencia han tenido y tienen en relación con la propia
política exterior de los Estados Unidos y por la ignorancia que esos estudiosos
tienen de otras lenguas y de otros mundos científicos y culturales, producto
de una mezcla de provincianismo y de imperialismo cultural y científico. No en
balde, a las relaciones internacionales, le han identificado con un carácter de
ciencia americana o ciencia anglosajona." Es decir, que las relaciones internacionales se consolidan universitariamente asociada a
la hegemonía de los EE.UU y a la visión cultural imperial norteamericana,
desconociendo o abordando secundariamente o para mejor decir, desconociendo los
aportes filosóficos y teóricos de otras corrientes del pensamiento
internacional, que vienen desde la antigüedad o del Derecho de Gentes de la
escolástica o de la geopolítica, inherente a la acción y estrategia de los
Estados. Y como
afirma el antropólogo brasileño Renato Ortiz, las Ciencias Sociales se
encuentran atravesadas por un fuerte proceso de anglosajonización (Renato
Ortiz. La supremacía del inglés en las ciencias sociales, Siglo
XXI, 2009), y hoy en la mayoría de las carreras de ciencias sociales,
resulta más prestigioso ser citado en inglés, por ser más cotizado, que buscar
ideas. La producción del conocimiento en un mundo que postula la diversidad, no
puede ser jerarquizada únicamente por la hegemonía del inglés. En el fondo, es
un positivismo con nuevo rostro, en pleno siglo XXI.
Nuestras
carreras de Relaciones Internacionales corren el riesgo de cumplir la función
de correa transmisora de la colonización pedagógica que tanto nos advirtió
Arturo Jauretche, de imperialismo cultural como señaló Hernández Arregui, de
colonialismo civilizatorio al decir de Fermín Chávez o de reemplazar ejércitos
con libros como nos ensenó Jorge Abelardo Ramos y anteriormente la Generación
del 900 de Manuel Ugarte. (Miguel Ángel Barrios. El Latinoamericanismo
educativo en la perspectiva de la integración regional, Biblos, 2.011)
El
geopolítico español Ángel Castiñeira Fernández piensa y explica la
globalización como un fenómeno mucho más rico, complejo y contradictorio que la
"americanización" o "mcdonalización" del mundo. Dice que el
mundo del siglo XXI será multipolar y, por lo tanto, es necesario que los
bloques emergentes empiecen e verlos desde sus propios ojos: hoy el elenco de
pensadores que se estudian y leen es en más del 90 % estadounidense o europeo.
Pero hay un correlato inevitable entre el liderazgo mundial y la construcción de
los relatos explicativos del mundo. Y a veces, no sólo explicativos, sino
también prescriptivos. Comienzan a aparecer laboratorios de ideas, think tanks,
en la India, en Irán, en Rusia, en China , con perspectivas y visiones
geopolíticas radicalmente distinta de las de los europeos y la americana. Y no
sólo narradores. La primera guerra del golfo la vimos a través de CNN, en 1991.
En marzo de 1993 la segunda guerra del golfo la mitad de la población la vio en
el canal Al Jazeera. Esta segunda guerra no tuvo nada que ver con la que vimos
por CNN. Esto tiene que ver con si somos capaces de narrar el mundo. Es decir,
un reto geopolítico importante para el mundo y para América Latina es: o narrás
el mundo o te lo narran. Y eso significa: o tienes una voz y una perspectiva
propia desde las cuáles evalúas y describís como va el mundo y cómo quieres
estar, o viene otro y lo hará por ti". (Ángel Castiñeira Fernández. “La
Unión Europea está contra las cuerdas: o se fortalece o se muere”, Diario
Clarín, 27 de Junio de 2010, Pág.24) Además,
este universo de pensadores y estrategas que circulan en el ámbito académico en
su mayoría son funcionales con los núcleos de decisión de la política exterior
de los Estados Unidos, por lo que sus "categorías científicas" son mecanismos
de la narración del imperialismo cultural. Esto se
agrava aún más, porque en nuestras Universidades, repetimos por acción u
omisión se repite acríticamente a los "científicos" de la narración,
y se va creando una cultura de la impotencia de plasmar un pensamiento crítico
y una Epistemología desde la Periferia, que tanto ocupó y preocupó a Fermín
Chávez. El
resultado son mallas curriculares, especialmente en Teoría de las Relaciones
Internacionales, de una narración caótica, descontextualizada, sin
tiempo-espacio y menos con un hilo conceptual, excepto la narración. Y la
novedad incesante de la "aparición" de nuevas "teorías" que
forman parte de la narración continúa, y que son abordadas como si se tratase
de la teoría de la relatividad de Einstein. Basta observar someramente la
temática en América Latina de los Congresos de Relaciones Internacionales y
Ciencia Política, para comprobar lo antedicho. Siempre, una jerarquización
positivista, es tácita a sus programas.
Por
supuesto, no podemos generalizar, y hay excepciones a la regla, pero son los
menos. Y no, subordinarse, a estas "premisas tácitas" puede conducir
al aislamiento del "sistema meritocrático científico”. Sólo basta decir,
que en la mayoría de las carreras de Relaciones Internacionales no existe la cátedra de Geopolítica, ni de Historia de las Relaciones Internacionales de
América Latina. O, cierto "consenso" en afirmar que el pensamiento
latinoamericano comienza con la CEPAL y Raúl Prebisch. Sin
embargo, es una parte de la realidad. La otra parte es la de aquellos que nos
resistimos a que nos narren, y que con nuestros aciertos y errores, mantenemos
en alto una tenaz búsqueda de la verdad basado en un nacionalismo cultural y
político latinoamericano. Uno de
los referentes más prestigiosos de esta resistencia, es Alberto Methól Ferré.
“Siempre he tenido aprecio a las perspectivas espacio-temporales de la
historia, y rechazo en la historia las narraciones sin espacio. Toda Historia
es la dinámica de los pueblos para ser dignos en tiempo y espacio, por lo que
toda historia es geopolítica y toda geopolítica es historia." (Prólogo de
Alberto Methol Ferré a Barrios, Miguel Ángel, El Latinoamericanismo en el
Pensamiento Político de Manuel Ugarte, Biblos, 2007, Pág.10)
¿A qué se
debe esta larga introducción? Porque
luego que fue despreciada la geopolítica por muchísimos años-asociándolo al
nazismo y a la doctrina de la seguridad nacional- por los estrategas de los
centros de poder, aunque ellos de hecho realizan análisis geopolítico como H.
Kissinger, S.Huntington, Z.Brzezinski, R.Kaplan o P. Kennedy, etc., comienzan a
reflotar la "teoría" que la geopolítica volvió, aunque para nosotros
nunca se había ido. En el año 2009, realizamos un Diccionario Latinoamericano
de Seguridad y Geopolítica, rescatando una epistemología propia. (Barrios,
Miguel Ángel-Director- Diccionario Latinoamericano de Seguridad y
Geopolitica, Biblos, 2009) Seguramente
pronto en muchas Universidades se repetirá en breve la narración de Walter
Russell en relación al- "regreso" de la geopolítica. Puntualizamos,
que el Dr. Andrés Rivarola Puntigliano, ya escribió sobre este punto, bajo el
título "El retorno de la geopolítica: una perspectiva suramericana" http://su.diva-portal.org/smash/record.jsf?pid=diva2:648611 Resulta
llamativo la similitud del título que toma Russell de su artículo, del
realizado mucho antes por el Profesor de la Universidad de Estocolmo y colega,
el Dr. Andrés Rivarola Puntigliano. Una vez
ubicado en el tema, tomaremos a dos geopolíticos norteamericanos o pensadores
de centros hegemónicos, para demostrar que no hay un pensamiento neutro y
"academicista", con la diferencia que nosotros lo decimos
abiertamente que nuestra verdad esta motorizada en la materialización de la
Patria Grande. El
afamado Profesor Paul Kennedy, historiador de la Universidad de Yale -Estados
Unidos-, sostiene que los asuntos internacionales "no andan bien en el
mundo político y social e incluso que están comenzando a desmoronarse".
(Paul Kennedy. “El mundo, señores, está desquiciado. Diario Clarín, 30 de
abril de 2014, 33) Y luego realiza un bosquejo del escenario mundial
tratándose de situarse como un funcionario del Departamento de Estado de los
Estados Unidos. Del
relevamiento que realiza Paul Kennedy se desprenden las siguientes
"recomendaciones" y "conclusiones”:
-En
América Latina el problema agudo actualmente es el "espantoso y obstinado
deslizamiento de Venezuela hacia la catástrofe. El caso venezolano daría para
un estudio de como un hombre -Hugo Chávez- pudo llevar a la ruina a todo un
país". (Paul Kennedy) En este punto, podemos ver, el ataque feroz
de Kennedy a Hugo Chávez, para nosotros tiene una causa, el Comandante Hugo
Chávez ha sido el geopolítico que planteó a través de la Unasur y la Celac, la
independencia definitiva. Hay que enterrarlo en la visión de Kennedy.
-El
África padece el flagelo de "sociedades divididas, atentados terroristas,
violencias transfronterizas y graves problemas ambientales". (Paul
Kennedy) En ningún momento, Kennedy, siendo un prestigioso historiador,
analiza las causas y los actores que llevaron al África, al saqueo colonial. Y
donde los Estados Unidos, han creado el Comando del África o Sexta Flota en su
Plan de Militarización Mundial.
-El
"gran enigma que es Irán, poco estable en lo interior y beligerante en lo
exterior". (Paul Kennedy) Tampoco surge en este punto, un análisis
más agudo sobre las injerencias de Estados Unidos en Medio Oriente, sus
intervenciones y su desconocimiento de un universo cultural que vaya más allá
del etnocentrismo
-Por otro
parte, "es difícil creer que el ascenso de China a la dominación
hegemónica regional pueda darse de manera pacífica" (Paul Kennedy) Kennedy esconde que la principal hipótesis de conflicto de los Estados Unidos
hoy en base a su Estrategia de Seguridad Nacional es China y el área
Asia-Pacifico
-Vemos
que “una gran potencia arrogante, la Rusia de Putin, habla de diplomacia
mientras sus fuerzas especiales encapuchadas y matones locales continúan con su
intimidación". (Paul Kennedy) Kennedy, directamente nada dice del
golpe de estado neonazi ocurrido en Ucrania que desató la crisis de Crimea.
Y llega a
la "conclusión" final, "que nuestro mundo está desquiciado"
(Paul Kennedy), sin decir una sola palabra del papel de los Estados
Unidos como actor estabilizador o desestabilizador del sistema mundo.
La otra
nota, muy didáctica del imperialismo cultural de las Relaciones
Internacionales, es del The New York Times de David Brooks. Este, es un
profesor de alta estrategia de la Universidad de Yale, y cuenta que le
interrogó a Charles Hill, legendario funcionario del Departamento de Estado,
antes de dedicarse a la docencia sobre la situación mundial, y le respondió:
“La gran lección que enseña la historia de la alta estrategia es que cuando un
sistema internacional entra en una fase de deterioro, aparecen nuevas fuerzas
políticas ideológicas en la región en el nuevo orden por venir". (David
Brooks. The New York Times. “Un nuevo e incierto orden mundial, con los viejos
juegos de poder. Nueva York. en Diario La Nación, Argentina.30 de abril de
2014, pp. 1-2).Y añadió: “El antiguo orden, alguna vez conocido como el Siglo
Norteamericano, se ubica dentro de la era moderna, una era que parece estar
apagándose después de más de 300 años. La era que lo reemplace no será moderna
y no será para nada agradable". (David Brooks. The New York Times) "Cuando
habla de orden moderno Hill se refiere a un sistema de Estados que refrena los
dos grandes vicios de las Relaciones Internacionales: el deseo de dominio
regional y el deseo de eliminar la diversidad". (David Brooks. The New York
Times) En este
último párrafo se aprecia de manera fulminante la visión y acción imperialista
de Hill de las Relaciones Internacionales tanto como desde el análisis de la
política internacional como de las categorías conceptuales que utiliza
jerárquicamente, donde presenta a EE.UU como garantes del "orden"
moral. A tal punto, que sólo ve la posibilidad de que el mundo ingrese a la era
moderna bajo la tutela de los EE.UU. Y además
advierte, que China, Rusia e Irán se oponen al sistema de pluralismo liberal
norteamericano y que “Estados Unidos enfrenta el dilema de morir de mil
heridas.” Y cita "...el soberbio artículo de Walter Russell Mead en
Foreigh Affairs, donde sostiene que la geopolítica está de vuelta y para
vengarse". (David Brooks. The New York Times) "Para
colmo hay gente dispuesta a morir por la Madre Rusia o por Alá, pero es mucho
más difícil convencer a alguien de que muera por un conjunto de procedimientos
pluralistas para proteger lugares remotos" (David Brooks.The New York
Times) Se olvida de decir, que los "procedimientos
pluralistas" son la violación del derecho internacional y la
militarización del mundo.
Queríamos
con estos dos ejemplos, y en momento de tensión geopolítica mundial reafirmar
lo que nos enseñó Juan Perón hace más de 60 años, sólo los Estados
continentales industriales serán soberanos en el siglo XXI. Y que ese camino se
llama Mercosur, Unasur, y la Celac, en un mundo geopolítico pluripolar y
multicéntrico, como nos dio testimonio de acción y vida Hugo Chávez. Nuestra
exigencia es replantearnos una Geopolítica de la Integración Latinoamericana y
Caribeña, y que nuestras carreras de Relaciones Internacionales sean abono de
esta estrategia, y no mecanismos de un imperialismo cultural. Para
ello, debemos entender de una vez por todas, que la única y verdadera política,
es la política mundial, como afirmo Juan Domingo Perón y su continuador Hugo
Chávez.