martes, 15 de abril de 2014

A dos años de la Recuperación de la Soberanía Nacional


Documento de convocatoria al acto por el segundo aniversario de la recuperación de YPF
Juventud Sindical Peronista




La Compañera Presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció el 16 de abril de 2012, el envío del Proyecto de Ley al Congreso Nacional en donde además de expropiar el 51 % de YPF, declara de “interés público y nacional” al “autoabastecimiento de hidrocarburos”. Esta decisión del Ejecutivo Nacional recibió el apoyo inmediato de amplios sectores políticos nacionales e internacionales y la población en general, celebró la medida.La expropiación de la empresa petrolera estatal YPF de manos de la española REPSOL, es un ejercicio de gobierno soberano, nacional y popular porque –parafraseando a Raúl Scalabrini Ortiz- “recuperar nuestro petróleo, es recuperar nuestra bandera”. A dos años de aquella fecha los trabajadores argentinos consideramos pertinente realizar el oportuno balance histórico mediante una demostración activa en las calles tendiente a reafirmar nuestro compromiso con la defensa de la soberanía nacional.

YPF que llegó a tener setenta mil empleados y la destilería de Ensenada llegó a ser la décima destilería más grande del mundo y la tercera de América Latina, fue sustento y orgullo de nuestra identidad argentina y los ypefianos los grandes sostenedores de su grandeza. Durante el Proceso de Reorganización Nacional se hizo todo lo posible para desarrollar la actividad privada, e YPF aparecía como el principal escollo para el equipo económico de la dictadura por lo que la prioridad era limitar el crecimiento y presencia de la petrolera estatal YPF (principal empresa petrolera en el momento), que aumentó su deuda por el casi 1613 %,(de 372 a 6000 millones de dólares en solo siete años). La empresa despidió a trece mil empleados y aumentó la productividad en un 80 %. En ese momento al no contar con destilerías, YPF tenía que entregar el petróleo a empresas como Shell y Esso, para su refinación. Paradójicamente, fue en el marco de un gobierno surgido de las urnas y votado por la masa peronista el 14 de mayo de 1989, que se concretó la privatización de YPF. Desde La Rioja, y con el argumento de la Revolución Productiva” y el “Salariazo”, Carlos Menem asumió la presidencia de la Nación dando inicio a la segunda década infame; mediante tres decretos (1055, 1212 y 1589) firmados en los primeros meses de su gobierno, desreguló el mercado petrolero argentino, disminuyendo el poder de control del Estado respecto de las empresas privadas. Los anteriores contratos de servicio fueron transformados en concesiones con libre disponibilidad del petróleo extraído, y se licitaron áreas centrales y marginales de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. El 31 de diciembre de 1990 mediante el decreto n.° 2.778, el Poder Ejecutivo transformó a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Sociedad del Estado en YPF Sociedad Anónima. En el año 1992 la ley n.º 24.145 transfirió el dominio público de los yacimientos de hidrocarburos del Estado Nacional a las provincias, la ley también privatizó a YPF, así Argentina perdió poder de decisión sobre la política petrolera, toda vez que cada provincia petrolera no podía negociar sola frente a las poderosas empresas multinacionales. Uno de los diez puntos del Consenso de Washington fue también motivo de la privatización de YPF, ya que el mismo expresaba entre otras cosas, la necesidad de privatizar empresas públicas. Fue establecido por organismos como el FMI y el Banco Mundial. De aquí surgió la privatización de varios servicios estatales, como Ferrocarriles Argentinos, YPF, Gas del Estado, Entel y Aerolíneas Argentinas. Pero para privatizar la empresa era condición necesaria endeudarla, no invertir para aumentar la producción y achicar el plantel de trabajadores. En el marco de un conflicto solidario con una filial hermana, la Filial Ensenada acude a un paro de actividades el 21 de septiembre de 1991, dando la excusa precisa para cesantear a casi 1500 trabajadores. A las nuevas empresas petroleras se les permitió la libre disponibilidad del petróleo extraído, ya sea poniendo el precio para importar, como también la libre disponibilidad de las ganancias obtenidas por las exportaciones, a causa de esto la extracción del petróleo para exportar superó el 50 %, por encima de las necesidades del mercado interno, en consecuencia, hubo una brusca caída en las reservas del país, a la vez se agravaron por la falta de inversiones en exploración de nuevos pozos, desde mediados de la década de 1990. Menem concretó los planes que el imperialismo venía preparando sin pausa desde el golpe de 1976. Como sus antecesores, los golpistas y los “democráticos”, las políticas por él practicadas fueron antinacionales, antipopulares y desindustrializantes. Su estrategia consistió en el traspaso masivo del patrimonio nacional a manos de los monopolios y grupos financieros internacionales. Al igual que con la dictadura, la gran prensa antinacional se ocupó de ocultar la verdad, preparando el terreno para la más funesta entrega de la propiedad de todos los argentinos. La empresa española Repsol compró todas las acciones de YPF por un total de quince mil millones de dólares, Repsol solo explotó los yacimientos heredados de YPF, vendiendo el petróleo extraído. Se exportaron grandes cantidades de crudo al mercado internacional, al tener la libertad en las ganancias obtenidas, las mismas fueron usadas para comprar yacimientos en otros lugares, como Bolivia, Trinidad y Tobago y Libia. Repsol (ahora llamada Repsol YPF), obtuvo ganancias de dos mil millones de dólares anuales. Pero como los yacimientos argentinos no eran rentables, la inversión de Repsol YPF en exploración de nuevos yacimientos fue inexistente. Las reservas bajaron. La privatización del petróleo durante la década del 90, que en un contexto muy duro para el movimiento obrero en la dictadura iniciada en 1976 y disciplinamiento a través de la hiperinflación en los 80 evidenció, frente a una reestructuración capitalista similar y aún más profunda, una respuesta diferente por parte de los petroleros estatales; una aparente sumisión de la extensa dirigencia gremial y complicidad de la federación SUPeH, dejaron en evidencia la soledad en que la filial de Ensenada resistió el proceso privatizador. Mientras los trabajadores perdían paulatinamente sus puestos de trabajo unos, y otros debían conformar cooperativas de trabajo para sortear el despojo que la tercerización de muchos sectores les dejaba, la conducción local junto a pocos cesantes y otros en actividad sostuvieron una lucha épica contra la empresa privatizada, los ejecutivos nacional, provincial y municipal, los medios de prensa y la obsecuencia interesada de la conducción nacional del sindicato.
Otras luchas por la misma causa
En julio de 1958, el presidente Frondizi declara la “batalla del petróleo”, dando un giro ideológico a su postura anterior que le había conseguido el respaldo popular para lograr la presidencia de la Nación. En consecuencia se rompe el pacto Perón-Frondizi, y los trabajadores petroleros enrolados en el sindicato SUPE inician la huelga general en repudio de los contratos petroleros que entregaban concesiones a empresas extranjeras.
El presidente Illia anuló algunos de esos contratos, pero luego rectificó, permitiendo la continuidad de las petroleras estadounidenses, produciendo un déficit en la producción de hidrocarburos. La llamada revolución Argentina con su ministro Adalbert Krieger Vasena, devaluó la moneda nacional el 40%, permitiendo a las empresas transnacionales adueñarse de las empresas de capital nacional subvaluadas y luego con la Ley de Hidrocarburos, avanzaron sobre el petróleo argentino. En 1967 la Ley 17319 de Onganía marcó un hito en la política antinacional petrolera, al otorgar a las empresas permisionarias y contratistas seguridades suficientes para operar en el país. Es en este marco que se produce la “gran huelga petrolera” de 1968 en Ensenada; durante la misma, que duró más de tres meses (entre octubre, noviembre y diciembre), se vio una combinación de luchas por mejores condiciones de trabajo como la derogación de la protección horaria por insalubridad, y aspectos políticos contra medidas económicas y sociales de la dictadura, como la Ley de Hidrocarburos, que permitía a empresas privadas explotar yacimientos de YPF, y la Ley 14343 de racionalización administrativa que venía dejando en situación de prescindibilidad a muchos trabajadores estatales en la etapa. La contradicción entre la posiciones de la federación SUPE y la filial Ensenada en el marco de la desestatización de YPF quedó plasmada en el hecho de que la federación tuvo una estrategia de supervivencia organizativa convirtiéndose en un “sindicato de negocios” y desmovilizando a las filiales del interior con el discurso de que “nada podía hacerse” más que adaptarse a la lógica privatizadora, mientras que la filial Ensenada asumió el camino de la resistencia y la lucha contra la privatización. Esta huelga de los trabajadores petroleros y la de los ferroviarios, junto a los hechos del llamado “cordobazo”, produjeron la declinación del dictador Juan Carlos Onganía. La suerte que corrió la empresa nacional, sus trabajadores y la Nación durante los siguientes 15 años fue una impronta que permite entender los sucesos privatistas subsiguientes.
El sueño de un país soberano
Esta historia comenzó cuando apareció el primer yacimiento de petróleo el 13 de diciembre de 1907 en Comodoro Rivadavia. En 1922 por decreto del 3 de junio, a instancia del presidente Hipólito Irigoyen, se funda la empresa YPF, cuya presidencia fue ejercida hasta 1930 por el general Enrique Mosconi, quién impulsó la idea de: “La propiedad del subsuelo es un derecho inalienable del país”. Poco después, en 1925 se inaugura la Destilería La Plata, iniciándose la búsqueda del autoabastecimiento de hidrocarburos. Desde 1930, con el golpe de estado que derrocó a Yrigoyen, la empresa estatal se estancó permitiendo el crecimiento de las empresas privadas extranjeras, hasta que con el gobierno de Perón, se recuperó aquél espíritu inicial y con la reforma constitucional de 1949, nacionalizo los yacimientos petroleros, haciendo así de YPF un monopolio estatal y incorporando el principio de que “Los yacimientos de hidrocarburos sólidos, líquidos y gaseosos… son bienes exclusivos, imprescriptibles e inalienables del Estado Nacional…. estarán a cargo de YPF, Gas del Estado”. Pero fueron los trabajadores petroleros, aquellos pioneros que con su sacrificio personal, permitieron que esta empresa creciera hasta ser orgullo nacional.
En 1955, con el derrocamiento del gobierno popular de Perón a manos de la “revolución” liberticida y Fusiladora, YPF no fue concesionada a petroleras extranjeras, pero tampoco se alentó la inversión, lo que alejaba los sueños de auto abastecimiento.
Por todo lo expuesto la Juventud Sindical Peronista convoca a todos los compañeros encuadrados en las distintas organizaciones sindicales y al pueblo en general a participar del acto por el segundo aniversario de la recuperación de la empresa YPF organizado por los compañeros del Sindicato Unido de Petroleros e Hidrocarburiferos conjuntamente con la Confederación General del Trabajo.



Nuestro maestro, Norberto Galasso: Embajador de la Cultura Popular Argentina

Merecido reconocimiento a quien ha batallado y continúa batallando por el Pensamiento Nacional y Popular


(Galasso con los integrantes del CEHA)

A través de un Decreto publicado hoy en el Boletín Oficial se destaca que el historiador "goza de un merecido reconocimiento por su dilatada trayectoria" y que eso "lo acredita como un genuino representante de la cultura argentina". En los considerandos de la norma se destaca que "Galasso goza de un merecido reconocimiento por su dilatada trayectoria de historiador, escritor, ensayista y docente, que lo acredita como un genuino representante de la cultura argentina". Además, "que en gran parte de su prolí­fica obra (...) ha incidido en la investigación histórica de carácter revisionista, tal como lo testimonian sus innúmeros trabajos monográficos y conferencias, como así­ también los libros editados y las publicaciones periódicas que lo han tenido como asiduo colaborador". En otro párrafo, se señala "que el citado investigador, atento siempre a las vicisitudes y experiencias políticas del país, ha participado en ellas no sólo como actor sino también como un analista comprometido con el curso de la historia nacional". 

En estrecha cercanía a su itinerario de pensador, se destacan sus valores éticos, profesionales y culturales, los que avalan cumplidamente la propuesta de designación formulada por la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación", concluye el decreto 515/2014 que declara a Norberto Galasso "Embajador de la Cultura Popular", con rango y jerarquía de subsecretario.

La norma publicada hoy está firmada por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; y el Ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.

Años atrás, la misma distinción había sido otorgada por el Gobierno a la actriz Isabel Sarli y al cineasta Leonardo Favio. 

Pensando la problemática nacional

Entrevista al Periodista y Pensador venezolano Alberto Nolia

 por Erasmo Magoulas (1)

En el acerbo político-cultural argentino existe un grupo de intelectuales que se les dio en llamar Los Pensadores Nacionales. El sociólogo-político Aritz Recalde, estudioso del tema, hace una breve pero sustanciosa caracterización de estos intelectuales: “Siempre que nos referimos a “pensamiento” o a “pensadores”, estaremos describiendo una actividad cuyo sustrato primordial se vincula estrechamente a la capacidad de dar respuesta a determinados interrogantes que nos presenta el medio social, político y cultural de determinado período histórico. Asimismo hablamos de Pensamiento Nacional y no de Pensamiento Argentino, ya que el primero no implica únicamente un tipo de inscripción geográfica respecto a la producción intelectual, sino que además involucra un posicionamiento específico del intelectual y/o pensador en función del debate en torno al “problema nacional.” Las décadas del ´30, ´40 y ´50 fueron en la Argentina muy fructíferas en la aparición de este tipo particular de pensadores. Figuras intelectuales como las de Juan José Hernández Arregui, Rodolfo Puiggrós, Raúl Scalabrini Ortiz, Jorge Abelardo Ramos, Manuel Ugarte y Arturo Jauretche, por sólo nombrar algunas, que confluyendo del marxismo tradicional, de la izquierda latinoamericanista y del nacionalismo popular, construyeron un modo de pensar y teorizar el problema nacional desde un pensamiento propio y original. Muchas veces creemos que figuras intelectuales como las de Eric Hobsbawn, Howard Zinn, Edward Said, André Gunder Frank, el mismo Noam Chomsky, -pensadores valiosos sin lugar a dudas- descubrieron el agua tibia sobre nuestra problemática nacional, -lo que Arturo Jauretche llamaba “la colonización pedagógica”-, sin darnos cuenta que en nuestros propios países existe la materia gris suficiente para teorizar sobre nuestra problemática nacional y regional. Hoy hablaremos con el pensador venezolano Alberto Nolia.

¿Cómo has visto este año de gobierno bolivariano, sin la conducción política de Hugo Chávez?

Ha sido un año duro, en lo político y en lo económico. La ausencia de Chávez lo vuelve también un año difícil en lo sentimental, en lo afectivo. Todavía los venezolanos no terminamos de digerir su muerte y cada vez que vemos un video de él, nos da la impresión de que es en directo y no de archivo. Cuesta asumir que ya Chávez no está físicamente con nosotros. Pese a las dificultades, Nicolás Maduro ha mostrado capacidad y liderazgo creciente. Todos sabemos que es el Presidente, pero en el fondo aún lo vemos sólo como el heredero político de Chávez. La sombra de Chávez sin duda tapa sus merecimientos. Como era previsible, Estados Unidos calculó mal. Siempre se equivocan. El Departamento de Estado y sus entes de Inteligencia -inteligencia que no tienen y que no saben buscar- estimaron que la muerte de Chávez dejaba a Venezuela a la deriva y que nadie sería capaz de llenar el vacío. Sin duda, nadie puede llenar el vacío que dejó Chávez, pero Maduro asumió sin problemas ni complejos las funciones de Jefe de Estado y de Gobierno. En Venezuela podemos tener un vacío afectivo por la muerte de Chávez, pero no un vacío de poder. Las instituciones funcionan y el país transita el camino que Chávez trazó, sin apartarnos ni un milímetro. En su torpeza, EEUU calculó que bastaba echar a la calle a paramilitares y grupos fascistas para tumbar al gobierno. De nuevo metieron la pata. El criminal de guerra Obama, que va por el mundo desatando guerras civiles y Golpes de Estado, en Venezuela se estrelló contra un gobierno serio, y también contra el muro del enorme respaldo popular que Chávez legó a Maduro. Me imagino que el reyezuelo noruego estará avergonzado, si es que conserva algo de vergüenza, de haberle otorgado el Premio Nóbel a semejante asesino. Sonriendo, fingiendo equilibrio y sin perder los estribos, Obama es aún más criminal que Bush. Mantiene todas las guerras que heredó de los republicanos, agregando las guerras civiles que desató y se mantienen en Libia, Túnez, Egipto -con Golpe de Estado adicional-, Ucrania y la terrible sangría de Siria. Ese nazi disfrazado de demócrata en Latinoamérica ha chocado con los Pueblos y la mayoría de sus planes criminales han fracasado. Su único éxito fue el Golpe de Estado y secuestro del Presidente en Honduras. Venezuela a cada rato le da un buen revolcón en la OEA y otros foros al gobernante imperial.

¿Cuáles son los puntos débiles en lo político, social y económico, de la actual conducción?

En lo político, el proceso de cambios es muy sólido. El chavismo ha dado una lección de madurez tras la muerte de Chávez. Cuando EEUU apostaba a que los diferentes dirigentes revolucionarios se matarían entre sí por la herencia de Chávez, la realidad es que todos juegan unidos y aceptan el liderazgo de Maduro. En lo social, los problemas están en vías de solución. Hoy hay menos problemas y son menos apremiantes que hace 15 años, pero más que dentro de un par de años. Se han logrado grandes avances en salud, educación y vivienda. Sin embargo, no ocurre lo mismo con el tema de la inseguridad y de la impunidad. El hampa es poderosa y todavía en el gobierno hay pajúos que consideran a los delincuentes como excluidos, pobres y dignos de lástima, cuando la realidad es que ni son excluidos ni pobres -hasta un mísero microtraficante de drogas gana verdaderas fortunas, muchas veces más de lo que percibe un buen profesional- y los dignos de lástima son sus víctimas. La impunidad no es sólo para el hampa común. En los hechos de violencia desatados por EEUU no hay sanciones para quienes actúan a las órdenes del imperio. No hay presos contrarrevolucionarios, pese a haber asesinado a muchas personas, pero sí encarcelan y enjuician a los chavistas y funcionarios que tratan de controlar la violencia. En lo económico, y pese a la conseja regada por los Medios, no hay problemas graves. Mientras el petróleo se mantenga en torno a los cien dólares por barril y se continúen las políticas trazadas por Chávez, Venezuela seguirá creciendo. Habrá que ver que efecto adverso tiene la violencia política sobre la economía.

¿Estás conforme con el equipo humano que acompaña a Nicolás Maduro, como jefe del Ejecutivo?

Nombrar Ministros es una facultad indelegable de los Presidentes, así que Maduro debe designar a sus colaboradores inmediatos, que deben gozar de su confianza. En el Gabinete hay una mayoría de personas honorables y competentes, con unos cuantos que no son ninguna de esas dos cosas. En la medida en que Maduro adquiere experiencia como Jefe de Estado y su liderazgo se afianza, aumentará también su capacidad para distinguir entre los ineptos y los aptos, entre los ladrones y los honestos, entre los bacalaos y los verdaderos revolucionarios. Con el tiempo, no demasiado, Maduro verá que no puede cargar con algunos bacalaos que pesan más que una ballena y desprestigian a todo el gobierno.

¿Qué impresión te causa el bloque parlamentario del PSUV y del Gran Polo Patriotico? ¿Hay, en tu criterio, un verdadero trabajo legislativo en favor de la Revolución bolivariana?

Los Parlamentos siempre son antipáticos y tienen fama de no hacer nada. Sin embargo, la función esencial de la Asamblea Nacional no es legislar, sino servir de foro político, de escenario para el debate. Por desgracia, en Venezuela hay gobierno pero no oposición. Hay una bancada escuálida que, salvo rarísimas excepciones, la integran maleantes muy incompetentes. En la IV República, antes de que Chávez llegara al gobierno, los parlamentarios de lo que hoy es la oposición -que para entonces eran el poder- posiblemente eran también maleantes, pero conocían su oficio, eran políticos hábiles. Así que, en general, los parlamentarios chavistas hacen su trabajo y el país no tiene nada que reclamarles.

¿Necesita Venezuela una reforma del Poder Judicial, y si así fuera, por qué?

Reformar el Poder Judicial es la tarea más urgente del país. Se han hecho, en vida de Chávez, varios intentos de reforma, la mayoría de ellos muy tímidos, muy poco revolucionarios. El sistema de Justicia está medularmente podrido, pese a que en él hay muchas personas honorables y conocedores del tema. Pero la descomposición es tal que la impunidad es la norma y el castigo la excepción. La inseguridad en Venezuela se debe esencialmente a la mala administración de Justicia. En la cadena de lucha contra la delincuencia hay 5 eslabones: la policía preventiva (uniformada), la policía represiva (judicial, el CICPC), el Ministerio Público, los jueces y, por último, el sistema carcelario. Si me preguntan cuál de esos eslabones es el peor, el más podrido, el más corrupto e inepto, no me atrevería a responder. Todos están destruidos, carcomidos por la corrupción, la desidia y la impotencia. Hemos fallado estrepitosamente en la lucha contra el hampa por simple cobardía, por no enfrentar el tremendo problema de instituciones destruidas desde adentro. En Venezuela a cada rato repetimos una frase magistral de Simón Rodríguez: “o inventamos o erramos”. La realidad es que hay materias en las que no inventamos nada, nos limitamos a repetir las fórmulas del pasado, a copiar a los viejos Partidos y los viejos gobiernos. Hemos sido terriblemente cobardes a la hora de, por ejemplo, crear nuevos jueces y castigar ejemplarmente los casos de corrupción judicial. Tenemos el caso de una señora -y lo de señora es un decir- llamada María Lourdes Afiuni. Esa delincuente era juez y dejó en libertad a un banquero que le robó a Venezuela 27 millones de dólares. Ahora, a semejante lacra la presentan como perseguida política, simplemente porque Chávez dijo que sobre ella debía recaer el máximo castigo que contempla la ley para su delito. La Afiuni hasta el día antes de liberar a Eligio Cedeño -que ese es el nombre del ladrón liberado por ella, ahora en Estados Unidos y presumiendo de exiliado- se las daba de chavista. Hasta aseguraba tener amistad directa con Chávez. La oposición presenta a semejante juez venal como víctima del gobierno. Una ladrona de la peor especie es objeto de campañas dentro y fuera de Venezuela, para mostrarla como una dama inocente que cumplió el sacrosanto deber de sacar de la cárcel a un ladrón.

¿Cuáles son las causas profundas de los ciclos de desabastecimiento de productos de la canasta familiar, y cómo se podría encarar ese problema hacia una solución, digamos, definitiva?

En Venezuela el acaparamiento, la especulación y la desaparición de productos no es nueva. Siempre el empresariado -que de alguna manera hay que llamar a unos hampones que les da miedo atracar con un revólver y lo hacen con los precios- utilizó esa técnica cuando quería, por ejemplo, subir los precios. Es un problema que no es económico y, en consecuencia, la solución no es económica. Es un problema delictivo y, por tanto, su solución es policial y judicial. Cuando en Venezuela veamos a dos o tres docenas de empresarios pudriéndose en la cárcel, con sus bienes confiscados -como se hace, por ejemplo, con las propiedades de otros delincuentes, los narcotraficantes- y sus negocios cerrados o estatizados, el resto sabrá que el gobierno es serio, que no está jugando y que desaparecer productos puede que sea muy rentable, que deje grandes ganancias políticas y en dinero, pero también algo terriblemente peligroso.

¿La inseguridad en Venezuela es un problema real que sufre la ciudadanía o se ha creado una percepción exagerada del problema por parte de los Medios corporativos, en busca de un rédito político?

El que niegue el problema de la inseguridad en Venezuela está loco. Es, sin duda, el principal problema nacional. Todas las encuestas señalan que al menos el 80 por ciento del país cree que la delincuencia es el mayor problema venezolano. A mí esas cifras me sorprenden. No que el 80 por ciento crea que la inseguridad es el problema, sino que haya un 20 por ciento que piense que hay otras cuestiones más graves. Sin embargo, también es demencial no ver cómo los Medios comerciales magnifican y manipulan la inseguridad. El problema existe y es gravísimo, pero no tanto como dicen unos Medios terroristas, que aterrorizan a los ciudadanos y juegan a favor del hampa. Han creado tal clima de terror, que ahora la calle es del hampón y la gente decente se encierra en su hogar. El hampa se puede combatir, pero las mentiras mediáticas son más difíciles. En Veneuela no es tan difícil resolver la inseguridad. Sólo hace falta valor para reformar lo podrido, castigar a los podridos y colocar gente nueva y honesta a enfrentar a los malandros. A los Medios hay que combatirlos con otros Medios. El gran fallo del gobierno es no haber creado Medios de comunciación de calidad. A estas alturas, el chavismo no tiene un diario de combate, un periódico digno de ese nombre. VTV se cae a pedazos, pese a que al frente de ese canal hay gente competente y honesta (y no es la primera vez, ni mucho menos, que VTV está en manos de personas capaces y honorables), pero también aquí faltó guáramo para hacer reformas. Nos confíamos en que teníamos a Chávez y su inmensa capacidad comunicacional, pero ya no está con nosotros y no hemos creado nada para compensar, aunque sea parcialmente, esa ausencia.

¿Crees que el Gobierno está subutilizando los Organismos del Estado encargados del orden y la tranquilidad social?

El gobierno sólo tiene autoridad teórica sobre las policías y las cárceles. Sobre el resto de la cadena no, son entes autónomos e independientes. No los subutiliza, sino que no puede utilizarlos y le da miedo reformarlos en profundidad.

¿Qué análisis nos puedes hacer sobre la Comisión Política por la Paz? ¿Qué resultados se lograrán con este nuevo intento?

No conducirá a nada, salvo a darle guaral al tema de la violencia. Es una comisión de paz donde no intervienen los violentos. Ningún capo de las mafias violentas está representado en esa comisión. Para hablar de paz habría que hacerlo con Uribe Vélez, que presta los paramilitares, y con Estados Unidos, que es el dueño del circo y de los payasos.

¿Crees que ha faltado una dinámica lo suficientemente inteligente por parte del bolivarianismo para entusiasmar a más amplios sectores de la juventud universitaria en sumarse al proceso de transformación?

La inmensa mayoría de los estudiantes universitarios es chavista y está comprometida con la revolución. Hay una pequeña minoría de hijitos de papá que son de derechas. Nada hay más asqueroso que un joven conservador. En Venezuela se invirtió la lucha de clases. Hay una lucha de ricos contra pobres. Nótese cómo todas las guarimbas, toda la violencia, se produce en las zonas ricas, donde vive la clase media y alta. En los sectores populares hay un respaldo absoluto al proceso. Los Medios dentro y fuera de Venezuela jamás mencionan que el chavismo viene de dos grandes victorias electorales, una de ellas hace menos de tres meses y otra, la elección de Nicolás Maduro, hace menos de un año. El pueblo sigue siendo revolucionario y chavista, mientras que los ricos son cada día más reaccionarios. Da asco ver a cavernícolas como Gaby Arellano o Villca Fernández, dos dirigentes estudiantiles fascistas. Son seres sucios, rastreros, a sueldo de una potencia enemiga de Venezuela y, además, lo más repugnante que puede ser un joven -bueno, ya no lo son tanto; son estudiantes profesionales que van para cuarentones- es decir, ser reaccionario, buscar que el país regrese a un pasado oscuro.

¿Existe a tu criterio un movimiento de carácter fascista en Venezuela que se esconde tras clichés sobre la libertad y los DDHH?

Sí, hay un claro movimiento fascista. Hasta Partidos de origen popular como AD, que no eran fascistas, ahora lo son o, cuando menos, cooperan con el fascismo.

¿Qué opinión te merece la actual Fuerza Armada Nacional Bolivariana, luego de la desaparición física de Hugo Chávez?

En Venezuela se logró que la Fuerza Armada sea el pueblo armado y capacitado para la defensa externa del país. En el pasado, los militares siempre fueron mayoritariamente de extracción popular, pero en la Academia los derechizaban. Hoy no. La Fuerza Armada está comprometida hasta el alma con el proceso de cambios y la muerte de Chávez no altera esa realidad. Hay un apego absoluto a la Constitución y, en consecuencia, de respeto a las autoridades legítimas.

La frontera occidental de Venezuela es una frontera conflictiva. ¿Qué solución, a tu criterio, tienen los problemas de la infiltración paramilitar desde Colombia y el contrabando?

Venezuela y Colombia siempre tendrán fronteras comunes. No hay forma de separar ambas naciones. El problema es esencialmente militar y policial. Ambos pueden resolverse o atenuarse con presencia efectiva del Estado y castigos draconianos a los delincuentes. Colombia hoy no es un Estado soberano. Uribe la transformó en un protectorado estadounidense. Con Santos eso no cambió, aunque él tiene más juego, más astucia y mas capacidad política.

¿Qué pronóstico nos podrías hacer sobre el accionar de los sectores políticos más radicalizados de la derecha venezolana y sus grupos de choque golpistas?

A corto plazo, la violencia fracasó y está en vías de extinción. Sin embargo, si esta vez también queda impune, si no hay un castigo ejemplar para quienes participaron en esos hechos y para quienes los organizaron, sin duda volverá a repetirse. La derecha violenta es cada día más peligrosa, está mejor dotada, armada, financiada y con entrenamiento militar (o paramilitar). Si no aplastamos a los cabecillas y a todos los que participaron en ella, más temprano que tarde darán otro golpe. Y alguna vez pueden triunfar.


Notas
(1) Entrevista publicada en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=182016

El acuerdo de precios del año 1973

por Aritz Recalde
Febrero 2014


El Gobierno Nacional está implementando el Programa Precios Cuidados. (1) Entre los antecedentes relevantes de esta política, no puede dejar de mencionarse el Pacto Social del año 1973. La iniciativa la impulsó el Peronismo durante su tercer mandato y el acuerdo incluyó, entre otras cuestiones, el congelamiento de precios y de salarios. Resultante de este acuerdo, el porcentaje de participación de los asalariados en el ingreso nacional, pasó del 36,1 %  al  50 %. El Pacto Social del año 1973, se formuló como consecuencia de negociaciones y de alianzas previas, que incluyeron a los principales actores económicos y políticos del país. Con la finalidad de avalar la iniciativa de concertación política, Perón impulsó con anterioridad a la asunción de Héctor Cámpora:

- Un acuerdo con los principales PARTIDOS DE OPOSICIÓN. Se alcanzó en el año 1970 un compromiso con Ricardo Balbín y la UCR (Hora del Pueblo). La UCR abandonó su posición golpista propia del año 1955 y generó condiciones de sustentabilidad del Pacto Social

- Un frente amplio y plural de gobierno. El FREJULI contuvo al Justicialismo, pero además, sumó a la Democracia Cristiana, a la Izquierda Nacional, al Partido Conservador Popular y a un grupo de desarrollistas, entre otros

- Un pacto entre SINDICATOS y EMPRESARIOS. José Ignacio Rucci y José Ber Gelbard firmaron el “Programa Conjunto de la CGT y de la CGE” en el año 1972

Resultante de los diálogos entre Rucci y Gelbard, se redactó el Documento de “Coincidencias programáticas del Plenario de Organizaciones Sociales y Partidos Políticos.” Adhirieron al Documento en diciembre de 1972, buena parte del espectro político y partidario, quedando por fuera la Nueva Fuerza (Álvaro Alsogaray), la Alianza Popular Federalista (Manrique), la Alianza Republicana Federal (Lanusse) y el Partido Comunista, entre otros. En mayo de 1973 se rubricó el acuerdo por intermedio del “Acta de Compromiso Nacional”, que fue firmada por la CGT, la CGE y la Federación Agraria Argentina. Inicialmente, el Acta obtuvo el consentimiento de la Unión Industrial Argentina y de la Sociedad Rural Argentina. Luego se sumaron otros actores económicos como la Cámara Argentina de Comercio. En agosto del mismo año, se firmó con las provincias el “Acta de compromiso del Estado.

Al acuerdo entre actores sociales, económicos y políticos, Perón le sumó la capacidad punitiva del Estado. El Proyecto Nacional sancionó la Ley de Abastecimiento 20.680/74 (2), creó Comisiones sectoriales de precios y salarios y motorizó un importante paquete de medidas de regulación de la industria nacional, de las empresas extranjeras y del Comercio Exterior.

El Pacto Social encontró cuatro grandes dificultades:  

1.Sectores del capital concentrado impulsaron el desabastecimiento y la suba de precios

2.El asesinato de Rucci eliminó un articulador central

3.Las oposiciones políticas dentro del Peronismo y las provenientes de la ultraizquierda y de la derecha, generaron un marco de inestabilidad permanente

4.Aumentaron los precios del petróleo y el Mercado Común Europeo bloqueó las exportaciones argentinas (3)

Muerto Perón, el nuevo gabinete abandonó el programa de Gelbard para aplicar recetas de corte liberal. Isabel convocó a Alfredo Gómez Morales y luego a Celestino Rodrigo, que terminaron con la concertación entre la empresa nacional, los Partidos políticos y el Peronismo. (4)

¿Qué continuidades y qué diferencias existen entre 1973 y la actualidad? Entre las continuidades, es innegable que los empresarios concentrados, de manera similar a 1973, inducen los aumentos de precios, la fuga de capitales o la especulación con el dólar.

Entre las diferencias existentes del Pacto Social y el programa Precios Cuidados, resaltan las siguientes:

El Pacto Social se originó por fuera del Estado y surgió desde las Organizaciones Libres del Pueblo. Precios Cuidados es una iniciativa gubernamental

El Pacto Social acordó un Programa de Desarrollo Nacional ambicioso y global, que excedió el mero objetivo de cuidar los precios. El paso siguiente y complementario del Pacto, fue la sanción del Plan Trienal (1974)

Al Programa Precios Cuidados, no lo acompañan los Partidos políticos de la oposición. La oposición actual no conoce la Hora del Pueblo y apuesta a la desestabilización para alcanzar el poder en 2015

El proceso político actual mantiene una relación distante con la CGT, que no está cumpliendo un rol importante, ni en la planificación, ni en la aplicación del control de precios

El empresariado actual es, en buena medida, oligopólico y extranjero. Gelbard representó a un sector del empresariado que perdió peso relativo y capacidad de negociación

La garantía del Programa Precios Cuidados no es la CGT y tampoco la CGE. La imagen de Rucci protegiendo con un paraguas a Perón, es emblemática de rol que ocupó el Movimiento Obrero organizado frente al Pacto Social. El programa Precios Cuidados no tiene en el centro de la estrategia a la poderosa Central Sindical, sino que se convocó a los sectores medios. La CGT no es el paraguas del acuerdo de precios: ese lugar lo ocuparon los celulares de tecnología Android. El enemigo es el mismo y lo que se modificó considerablemente, es el frente político, económico y social para enfrentarlo.



Notas
(3) La economía mundial dificultó la aplicación del Pacto Social. El aumento de los precios del petróleo modificó los costos de importaciones de energía, que pasaron de 3,1 % en octubre de 1973 al 15 % en 1974 sobre el total de las importaciones.
(4) A partir de la llegada de ambos, ingresó Ricardo Zinn quien se desempeñaba como Ejecutivo de Sasetru y del Grupo Macri. Con Zinn desembarcaron asesores como Pedro Pou, artífices de las reformas Neoliberales en la Argentina. Completa el cuadro, el acuerdo que impulsó López Rega con el Consejo Empresario Argentino,  presidido por Martínez de Hoz. 


lunes, 7 de abril de 2014

La Universidad argentina: del Modelo Colonial al Reformismo


por Aritz Recalde (Publicado originalmente en el mes de Junio de 2010)

En el presente trabajo realizaremos un breve análisis de la historia de las Universidades argentinas en el período que va de la inauguración de la Universidad de Córdoba en 1613, a la aparición del Programa Reformista del año 1918. En el recorrido tendremos en cuenta las vinculaciones existentes entre la institución educativa, el contexto histórico, el modelo productivo y la política. Vamos a trabajar sobre tres Modelos diferenciados de Universidad:

La Universidad Colonial
La Universidad Liberal o de los Abogados
La Universidad Reformista  

1. La Universidad Colonial
El origen de la Universidad argentina se remonta a la fundación de la Universidad de Córdoba en el año 1613 (1), producto de la política de ocupación colonial española. Es oportuno remarcar, que el territorio de nuestro actual país formaba parte del Virreinato del Perú hasta su desprendimiento en el Virreinato del Río de La Plata (1776). A partir de éste último, se produce la separación de las actuales naciones de Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia. En este marco, la institución cordobesa coexistió con otras como la Universidad de Chuquisaca radicada en la actual Sucre  (Bolivia), en la cual se educaron muchos dirigentes que ocuparon lugares prominentes en la política del Continente, como fue el caso de Mariano Moreno o de Bernardo Monteagudo.

La creación de las Universidades se organizó con la finalidad de garantizar la efectiva ocupación territorial y administrativa de los territorios. La ciudad de Córdoba donde se radicó la institución, formó parte fundamental del camino del Alto Perú y fue un nodo de desarrollo importante en su época. A la primera etapa de ocupación militar ejercida por España, le siguió la organización de un esquema institucional capaz de garantizar el ordenamiento político y la posesión económica. Con esta finalidad, se crearon las sedes de los futuros Cabildos que oficiaron como cabeceras de las actuales Provincias argentinas. Dichas ciudades implementaron sus sistemas normativos a partir de la legislación de indias, del Derecho de Castilla y del Derecho Canónico (Korn 1936: 28) y organizaron su sistema político a partir de la llegada de dirigentes españoles (inmigración). Los primeros pobladores se ligaron estrechamente a las tareas de ocupación militar y a la organización del sistema de extracción de recursos hacia el gobierno central y es por eso, que los Cabildos fueron denominados de “Justicia y Regimiento.” Una vez consolidada la posesión territorial, España se abocó a formar gobiernos estables en sus colonias con el objetivo de sostener su programa económico y político. En este contexto, aparece la necesidad de abrir Universidades para educar a un conjunto de individuos capaces de apuntalar la administración institucional y de aplicar la política española en América. Es importante remarcar, que los dirigentes que ocupaban las funciones de mando eran españoles de origen y que por mucho tiempo las Universidades tenían las tareas de preparar a funcionarios de bajo nivel de responsabilidades de gobierno. Asimismo y dada la condición racista de la política colonial, no accedían a la educación los representantes de los pueblos originarios, los mulatos o los zambos y por mucho tiempo tampoco, los criollos americanos. La educación era impartida a grupos reducidos de personas que conformaban una elite política y cultural.

Las Universidades, las Escuelas (2), conjuntamente a otras organizaciones ligadas a la imposición ideológica a las poblaciones originarias (encomiendas) o las estrictamente religiosas (Iglesias) fueron prácticamente las primeras instituciones estables españolas abocadas a la producción y divulgación de la cultura. Lo que es más importante aún, las Universidades fueron las instituciones más significativas en la tarea educativa de España en América. Dichas instituciones reprodujeron los esquemas de las Universidades españolas caracterizadas por su impronta escolástica y religiosa. El tipo de formación se relacionó a que la religión era la doctrina política del Imperio español y por intermedio de ella, los dirigentes y funcionarios de las colonias asimilaron la visión del mundo de la potencia metropolitana. Las instituciones impartían el cúmulo de saberes morales de su tiempo y otros como matemáticas, historia o filosofía. La Universidad de Córdoba se dividió en dos Facultades:

a- Facultad de Artes: aquí se estudiaba lógica, física y metafísica según Aristóteles. La duración de los estudios fue de cinco años. Se obtenía el título de Bachiller, de Licenciado y de Maestro.
b- Facultad de Teología: se impartía el conocimiento de Cánones, Moral y Teología y posteriormente, se sumó la escritura y la historia sagrada. A los tres títulos mencionados, ésta Facultad sumó el de Doctor.

Inicialmente, la Universidad de Córdoba fue administrada por un sector de la Iglesia denominado Compañía de Jesús, creada por Ignacio de Loyola y los jesuitas. Posteriormente a la expulsión de los jesuitas por parte de Carlos III y a la creación del Virreinato del Río de La Plata (1776), la Universidad fue controlada por los seguidores de Francisco de Asís (franciscanos). Tras la expulsión de los jesuitas la Universidad se organizó en torno del Gobernador de Buenos Aires y del Virrey, hasta que en el año 1808 fue refundada bajo la denominación de Real Universidad de San Carlos y de Nuestra señora de Monserrat. La educación impartida por las Universidades coloniales se relacionó estrechamente a la educación de sacerdotes y de administradores. Para perfeccionar la formación de éstos últimos, entre los años 1791 y 1793 se organizó la enseñanza de Derecho Civil (Del Bello, 2007: 20). La Universidad de Chuquisaca, a diferencia de la de Córdoba, impartió conocimientos jurídicos desde su origen y es por eso, que muchos intelectuales y políticos como Mariano Moreno, Bernardo Monteagudo o Juan José Castelli, pasaron por sus aulas.  

Educación y producción
El atraso de España en relación a la revolución industrial y a los sistemas productivos ingleses, fue un factor fundamental para la formación de sus sistemas educativos. A diferencia de España y sus colonias, la nación europea se encontraba en pleno proceso de revolución industrial. El modelo institucional español fue el reflejo de un país que no producía mucho de lo que consumía y que importaba gran parte de las manufacturas desde Inglaterra. El exiguo desarrollo de las industrias de las colonias americanas y su condición de ser exportadoras de recursos naturales, generaron escasos incentivos a la educación productiva o técnica aplicada a la transformación económica del Continente. En dicho marco, la Universidad difundió el dogma religioso y la doctrina política del Estado imperial, centrada en la exportación de los recursos de la colonia a la metrópoli y que no promovió las industrias en América. Esto no quiere decir que no se desarrolló la industria en América. Por el contrario, se produjo en el Continente una considerable articulación de los modelos productivos precolombinos, con las nuevas formas de acumulación y de trabajo europeo. Ello permitió la producción de tejidos de lana y algodón, la fabricación de sandalias y de otros productos de cuero, la creación de pólvora, de artesanías en oro y plata, de carretas o la promoción de plantaciones en las haciendas y en las estancias. Un caso excepcional de articulación entre enseñanza y producción, fueron las Misiones Jesuíticas. En ellas se implementó un proyecto productivo y cultural en el cual se impartieron conocimientos para la explotación agrícola y artesanal a los Pueblos Originarios. En estas experiencias de carácter comunal se construyeron grandes haciendas de yerba, se producían azúcar, cueros, tejidos y se promovió la formación técnica a los Pueblos Originarios para la construcción de artesanías en hierro, en madera o en plata. (Astesano, 1986: 88-89)

2. La Universidad en la etapa Independentista
En el marco del proceso Independentista argentino, coexistieron diversas tradiciones políticas e ideológicas a partir de los cuales se organizaron los proyectos educativos, incluyendo la Universidad. Por un lado, existieron corrientes políticas y culturales que plantearon la importancia de promover la independencia de España recuperando territorialmente la unidad del Virreinato e impidiendo su fragmentación en varios países. Los promotores de dichos programas impulsaron el desarrollo de la economía y las formas de producción artesanal del Interior del país y el Continente y movilizaron a los sectores sociales postergados (Pueblos Originarios, negros o mestizos). En términos culturales, estos grupos consideraron que la Independencia política no implicaba la negación de las tradiciones culturales hispánicas y de aquellas provenientes de nuestro acervo histórico originario. Arturo Jauretche (2008) denominó a estos políticos e intelectuales como los impulsores de la “Patria Grande” y mencionó a figuras como José de San Martín, Manuel Dorrego o Juan Manuel de Rosas.

Frente al programa político de la Patria Grande y siguiendo a Jauretche, se enfrentó el proyecto de la “Patria Chica.” Dicho modelo se caracterizó por permitir, e incluso promover, la fragmentación del Virreinato en varios países e impulsó las políticas de apertura económica y de importación de manufacturas enfrentando a los productores locales. En el plano político, fueron promotores de modelos restrictivos para el acceso y la participación que quedó circunscripta a las elites y a los grupos de poder económico. En el plano cultural se caracterizaron por el intento de negar la identidad histórica del Continente haciendo “tabla rasa” e impulsando el modelo de la “razón iluminista.” (Chávez 1977) Dichos intelectuales y políticos fueron, generalmente, anti hispanistas y racistas bajo el lema de la “civilización y la barbarie” y promovieron los valores, formas de vida y trabajo británicos y franceses sobre los locales. Jauretche ubicó en este programa político y cultural a Bernardino Rivadavia y a Bartolomé Mitre. En este marco, es interesante rescatar la opinión de Adriana Puiggrós (2004) que se refirió a la existencia de diversos modelos educativos en las Provincias Unidas del Rio de La Plata luego de la Independencia. La autora reconoció cinco modelos y los denominó como una “pedagogía liberal radicalizada” y citó a Mariano Moreno o a Simón Rodríguez; una “educación federalista popular” mencionando a Gervasio Artigas o a Francisco Solano López; una “pedagogía de la generación liberal del 37” con personajes como Domingo F. Sarmiento; una “pedagogía liberal oligárquica” citando a Bernardino Rivadavia y a Bartolomé Mitre; y una “pedagogía tradicionalista colonial anti independentista.” El esquema de la Patria Chica, retomando el modelo de Jauretche, fue el de la “pedagogía liberal oligárquica.” Puiggrós menciona un  hecho poco difundido en la historia educativa argentina, que es el de la existencia de proyectos educativos entre los caudillos federales y, por ejemplo, recupera las experiencias de Santa Fe (Estanislao López), de la Banda Oriental (Gervasio Artigas) o de Entre Ríos (Justo José de Urquiza).

La Universidad liberal o de los Abogados: la Universidad de Buenos Aires (3)
La Universidad de Buenos Aires se fundó en el año 1821 por decisión del Gobernador de Buenos Aires, Martín Rodríguez, y por intermedio de las gestiones de su Ministro Bernardino Rivadavia y del Sacerdote y Bachiller en Letras, Antonio Sáenz. Éste último fue su primer Rector y uno de sus principales promotores. La institución dependía de la Provincia de Buenos Aires y promovió principalmente, y a diferencia de la Universidad de Córdoba, los estudios profesionales en Jurisprudencia (Abogados) desplazando la centralidad y pese a no suprimirlos, de conocimientos como la Teología. Tal cual expresó Puiggrós, Rivadavia era devoto de la “pedagogía liberal oligárquica” y dicho perfil profesional se vinculó al Programa económico Agroexportador Dependiente y que Jauretche mencionó como parte de la “Patria Chica.” En el plano administrativo, Rivadavia impulsó una centralización educativa repitiendo en el modelo de Universidad napoleónico, que promovió que la institución sea el ámbito rector del conjunto del sistema educativo. (4) El Rector de la Universidad, siguiendo el modelo de organización francés, dependía política y administrativamente del Estado por intermedio de la Provincia de Buenos Aires a través del Ministro. La formación en Jurisprudencia era una competencia vinculada a la administración del programa de servicios y agroexportador, ligado al Puerto porteño. En su modelo educativo, no se impulsaron las industrias nacionales y por el contrario, se promovieron las nociones liberales del libre cambio. Estas ideas eran difundidas por Inglaterra y en nuestro país ingresaron como políticas de Estado desde el año 1809. Se fomentaron modelos políticos propios de la tradición europea y se sentaron los principios ideológicos para justificar la acción de gobierno porteño en el resto del país. El modelo se desarrolló plenamente durante la gestión presidencial de Bartolomé Mitre (1862-68). Tal cual expresó Fermín Chávez: “Europeizar significó, para ellos, liquidar valores hispánicos de América, para dar paso a los valores e ideales anglosajones, representativos de la encarnación iluminista.” (Chávez 1977: 32) La organización institucional de la UBA en su proyecto original, constaba de los Departamentos de Primeras letras, de Estudios preparatorios, de Ciencias exactas, de Medicina, de Jurisprudencia y de Ciencias sagradas. Según Mignone (1998: 16) la UBA en sus inicios solamente alcanzó a dictar Estudios preparatorios (latín, filosofía, física y matemáticas), de Derecho y de Medicina. La emisión oficial de estos dos últimos títulos, quedaba en manos de la Academia de Jurisprudencia y del  Protomedicato creado en 1813. Se impartió una educación de contenido liberal y secular, apuntando a la formación de profesionales. La asunción de Bernardino Rivadavia al mando del Gobierno nacional en el año 1826, implicó la aplicación de un paquete de medidas de gobierno que generaron un profundo malestar en las Provincias argentinas. En particular, fue rechazada la Constitución centralista, elitista y extranjerizante del año 1826, su política de venta de yacimientos mineros de La Fátima en La Rioja, el inicio de la deuda externa con un empréstito y sus negociaciones con Brasil para separar la Banda Oriental. (Scalabrini Ortiz, 2004) En este cuadro de inestabilidad permanente, Rivadavia fue expulsado del gobierno y asumió Manuel Dorrego que fue asesinado un tiempo más tarde por Lavalle. En este complejo panorama, se tornó profundamente dificultosa la situación política nacional que entró en un estado de guerra civil y a partir de aquí, fue tumultuoso el funcionamiento de la UBA.

La UBA y Juan Manuel de Rosas
Rosas fue Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y representante de las relaciones exteriores de la Confederación Argentina en dos oportunidades (1829-32 y 1835-52). Su gobierno intentó pacificar y unificar el país tras los fuertes conflictos políticos originados por el gobierno liberal y unitario de Bernardino Rivadavia. Con dicha finalidad firmó el Pacto Federal de 1831, que es una pieza constitucional clave para la organización política e institucional argentina. En el año 1832 se formó una Comisión que reorganizó el funcionamiento de la UBA y que constituyó un gobierno con un Consejo de la Enseñanza y Administración compuesto por el Rector y por un profesor de cada uno de los Departamentos y que entró en vigencia recién en 1834. En su primera gestión de gobierno, la UBA no conoció demasiadas modificaciones en su funcionamiento en relación a la etapa anterior. (Ramallo, 1954: 6) El segundo gobierno de Rosas inició transformaciones en el país que marcaron el funcionamiento de la Universidad. Por un lado, y con la finalidad de proteger las industrias del Interior, sancionó una Ley de Aduanas en el año 1835 sobre una propuesta del Gobernador correntino Pedro Ferre. La protección aduanera le permitió mejorar las relaciones con los gobernadores y fomentar la producción artesanal, dando estabilidad al régimen político y crecimiento al modelo económico. Un tema crucial para la época, fue el enfrentamiento político y militar entre el gobierno argentino y el de Francia en el año 1838. El país europeo intentó imponer condicionamientos al país (5) y Rosas lo consideró un atropello a la Soberanía nacional. Las potencias europeas iniciaron un fuerte Bloqueo económico al país, cuestión que implicó una caída de la recaudación aduanera y de los presupuestos públicos. A dicho enfrentamiento de política exterior, se le sumó la guerra con Bolivia y la agresión militar anglo francesa de 1845. (Rosa 1974) En este cuadro, Rosas redujo el presupuesto a la UBA para invertirlo en los gastos ocasionados por la guerra y por la defensa territorial. Para suplir los recursos públicos, implementó un impuesto especial a los estudiantes y propulsó un registro de suscriptores de altos recursos que destinaron dinero a la educación. En la etapa no se produjeron fuertes reducciones de la matrícula universitaria exceptuando en la Facultad de Ciencias Exactas que dejó de existir. Mientras tanto y pese a lo severo del conflicto militar, continuaron egresando Médicos y Abogados en gran cantidad tal cual documentó Fermín Chávez (Chávez, 1973) en su estudio de la cultura de la época. Durante su segundo gobierno, Rosas abrió el Colegio Republicano Federal,  obligó a los egresados de la UBA a jurar a la causa federal, implementó un servicio social a los egresados de Medicina y reivindicó en los programas de estudio los derechos del país sobre el Paraguay, las Islas Malvinas y la Patagonia.
    

La historia oficial y los Colegios Nacionales de Bartolomé Mitre
Mitre fue un político que alcanzó el cargo de Gobernador de Buenos Aires en 1861 y el de Presidente en el año 1862. Se desenvolvió como militar, participó en varios Golpes de Estado (6) e intervino en la Guerra del Paraguay. Además y cuestión que nos interesa remarcar, implementó un programa cultural en el país. Sus aportes principales a la cultura nacional se vincularon a la promoción de la denominada “historia oficial” que se enseñó en las instituciones educativas, a la fundación de un órgano de prensa (La Nación) y a la creación del Colegio Nacional en 1864. Mitre escribió la historia oficial a partir de su obra Galería de Celebridades Argentinas y de sus biografías de José de San Martín y de Manuel Belgrano. (Galasso, 1999) En estos trabajos, reivindicó algunas figuras políticas ligadas a lo que Jauretche identificó como “Patria Chica” y denostó a otras como Gervasio Artigas o Juan Manuel de Rosas. Dicha matriz de pensamiento liberal, se caracterizó por ser europeísta, elitista, antiindustrialista y represiva políticamente y favorable a nuestra Dependencia con Inglaterra y con Francia. Ese proyecto cultural fue impartido en la UBA y asimilado por importantes grupos de la intelectualidad de Buenos Aires. Mitre promovió la centralización de la formación cultural del país desde la Provincia de Buenos Aires, que trasfirió su programa ideológico y su historia oficial a todo el territorio. La Presidencia de Domingo F. Sarmiento (1868-74), continuando la línea cultural de su antecesor, impulsó la apertura de cinco Colegios Nacionales en las Provincias y de dos Escuelas Normales cuya finalidad fue educar maestros. Sarmiento además, promovió la apertura de otras instituciones educativas y culturales como el Observatorio de Córdoba o el Colegio Militar de Oficiales.

El modelo del Paraguay
Paraguay era un territorio del Virreinato del Rio de La Plata y tras la Revolución de Mayo, se incluyó como parte de las Provincias Unidas. En el año 1840 declaró su Independencia de nuestro territorio, cuestión que le fue reconocida definitivamente en 1852. A  diferencia del programa Agroexportador y Liberal argentino aplicado desde 1853, el Gobierno de Paraguay con Gaspar Francia y luego con los Solano López, impulsó un modelo económico industrialista autocentrado e independiente. (Ortega Peña, 1973) El plan de gobierno incluyó la construcción y la promoción de fundiciones, de ferrocarriles, de una flota mercante, de un telégrafo y de grandes producciones de tabaco y de yerba estatales, entre otros importantes emprendimientos públicos. El proyecto articuló el conocimiento científico europeo aprendido por los estudiantes paraguayos en los viajes de estudio que financió su gobierno, con las demandas propias del desarrollo nacional. Paraguay fue un pionero en la aplicación científica y técnica estatal a la producción y se desenvolvió como un país profundamente avanzado en términos industriales. El programa quedó inconcluso por efecto de la Guerra de la Triple Alianza. Solano López, según Adriana Puiggrós, se ubicó entre los promotores de la “educación federalista popular con elementos liberales.” A partir de acá, deben leerse sus iniciativas de apertura de la Escuela Normal, del Colegio del Seminario o de la Escuela de Impresores y Litógrafos. (Rosa 1985)

Cambios en la Universidad de Córdoba
Luego de la Independencia, la Universidad siguió dependiendo de las Provincias Unidas del Río de La Plata hasta que en el año 1820, pasó a la jurisdicción de la Provincia de Córdoba. Finalmente en 1854, fue nacionalizada. Desde el año 1864 se eliminó la Facultad de Teología y se introdujeron los estudios de Derecho Civil, acompañando un ciclo de cambios en la institución que incluyó la apertura de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas en 1871 y pocos años después, la de Ciencias Medicas (1877) y la de Filosofía y Humanidades. (Del Bello, 2007: 21) Poco a poco, la UNC comenzó a tener un perfil de formación de profesionales similar al impulsado por la UBA.

El proteccionismo económico
Tal cual mencionamos, tanto la Universidad Colonial como la Universidad de los Abogados, no promovieron las carreras técnicas y tampoco impulsaron el desarrollo de la industria nacional. Esta tendencia se agudizó desde 1853 cuando se impone el libre comercio y se difunde el programa Agroexportador que incluyó la importación masiva de las manufacturas británicas. Dicho programa, desestimó a la industria y junto a ella, los debates sobre la necesidad de promover una educación técnica para industrializar el país. Las crisis económicas mundiales alertaron sobre la Dependencia y la vulnerabilidad del modelo Agroexportador del país. Producto de la crisis económica de 1873, se retraen las financias públicas y las actividades comerciales. En este contexto, se produce un debate sobre la necesidad de aplicar una Ley de Aduanas que,  siguiendo la norma del año 1835, promueva la industria nacional y que permita aumentar los erarios públicos. Las figuras más prominentes de dichos debates fueron Carlos Pellegrini y Vicente Fidel López, que conjuntamente a Rafael Hernández, abrieron el Club Industrial Argentino en 1875.  Estos grupos promulgaron la Ley de Aduanas de 1876 que inició nuevas perspectivas para los estudios y desarrollos económicos en el país. (Gugliarmelli, 2007) Pese a que dichos planteos no ingresaron masivamente a la Universidad, fueron un antecedente importante para la formación de nuevas escuelas de pensamiento, de actividades científicas aplicadas a la innovación y para la promoción de las actividades industriales.

La Organización Nacional con Julio Argentino Roca
Julio Argentino Roca fue Presidente del país en dos oportunidades (1880-86 y 1898-04). Implementó la institucionalización definitiva del modelo Agroexportador iniciado en 1853. Con dichos objetivos, derrotó militarmente a Mitre en junio de 1880, centralizó el monopolio de la violencia en el Estado Nacional e impulsó la estabilización política de las Provincias. Su acción contempló la ampliación de la frontera productiva argentina con las Campañas al mal llamado desierto (7) y con la entrega de grandes superficies de tierras. Resultante de esa acción se consolidó la “oligarquía” de la Argentina. Posteriormente a su enfrentamiento con el mitrismo y con las poblaciones originarias, Roca se abocó a la organización del Estado. Con esta finalidad, culminó la aplicación de la Ley de Capitalización sancionada por Avellaneda fundando Ciudad de La Plata en 1882. El segundo gobierno de Roca encomendó el mando de la cartera de Guerra a Pablo Ricchieri, quién promovió la aplicación del Servicio Militar Obligatorio. (8) Ricchieri impulsó la modernización del Ejército argentino que implementó importantes iniciativas científicas en el siglo XX. En el plano educativo su gobierno sancionó la Ley 1420 de 1884, que estableció para todo el país la Educación primaria, laica y obligatoria. Previo a la sanción de la Ley, se organizó un Congreso Pedagógico en el cual se discutieron las bases del ordenamiento educativo, donde quedaron expresadas las diferencias entre el representante del gobierno, Onésimo Leguizamón y los políticos y educadores católicos. La obligatoriedad educativa y la separación entre religión y educación, favoreció la uniformidad cultural de las diversas colectividades de inmigrantes. Estos grupos componían la población mayoritaria del país, hablaban distintas lenguas y tenían historias y tradiciones diversas. Durante el gobierno de Roca se construyeron un alto número de establecimientos educativos: pasaron de 1.214 en el año 1881 a 1.804 en el año 1886, es decir un 50% de aumento. (Galasso, 2000: 18) Complementado el ordenamiento institucional mencionado, Nicolás Avellaneda que en ese momento era Rector de la UBA, presentó un Proyecto de Ley Universitaria en el año 1883. El proyecto fue debatido en el Parlamento y en una extremada síntesis, se puede establecer que existieron dos grandes posiciones al respecto. Por un lado, estaba el punto de vista de Avellaneda que propulsó dotar a las Universidades de mayores potestades y, por ejemplo, propuso designar a los profesores por intermedio de Concursos internos con la participación de jurados docentes. Por otro lado, se expresó el Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública, Eduardo Wilde, que sostuvo que el Estado tenía que disponer de mayores funciones en el control de la institución, incluyendo la designación de los docentes por parte del Poder Ejecutivo. Finalmente y tras los debates, se promulgó la Ley 1597 de 1885 recordada como “Ley Avellaneda”. La norma tenía solamente 4 artículos y estableció la posibilidad de que cada Universidad dicte sus estatutos atendiendo el esquema de la Ley. El Rector era nombrado por una Asamblea Universitaria que contaba con representantes de todas las Facultades. El texto mencionó un Consejo Superior presidido por el Rector, los Decanos y representantes nombrados por estos últimos. La elección de los profesores quedaba sujeta a la opinión del Poder Ejecutivo que debía nombrarlos a través de una terna presentada por el Consejo Superior. El texto mencionó, además, el cobro de aranceles por parte de las Universidades (derechos universitarios) y estableció la facultad de las Universidades a emitir los diplomas como órganos delegados del Estado nacional. Tal cual se puede leer en la Ley, las Universidades y las Facultades disponían de un gobierno propio. Dicha cuestión está vinculada estrechamente a la noción de Autonomía Universitaria y a la propuesta de Avellaneda. Asimismo y tal como quedó expresado por la forma de seleccionar los docentes, el Estado tenía importantes competencias para el control de la Educación Superior. Las Universidades, en consonancia con el modelo político nacional, eran profundamente elitistas e ingresaban a sus aulas solamente los sectores dirigentes posibilitados de cubrir los costes educativos. Según datos de Del Bello (2007: 31) en un país con una población de 4 millones de personas en la UNC había solamente 173 estudiantes y en la UBA 602, o sea 0,2 estudiantes cada mil habitantes. Asimismo y dada las dificultades de ascenso social, la Universidad se conformó tradicionalmente con jóvenes de clase alta y ofició como un medio de perpetuación del esquema político de la oligarquía. Ernesto Palacio se refirió a dicha característica de la siguiente manera: “La Universidad organizada por Avellaneda continuaba dando hornadas de profesionales, entre los que descollaban los Abogados, mimados y favoritos del régimen, ya que entre ellos se reclutarían los Ministros y parlamentarios indispensables para su correcto funcionamiento. Recibían la preparación adecuada a la función a que los destinaba, pues salían de las aulas convencidos de que el capital extranjero (y sobre todo inglés) era no sólo un factor de la producción, sino un beneficiario que merecía especial reverencia; de que los servicios públicos debían estar a cargo de empresas privadas, porque el Estado (sobre todo el argentino) era “mal administrador”; de que nuestras finanzas dependía del crédito europeo, al que había que cuidar, ahorrando sobre la “sangre y la sed” de los criollos; de que constituíamos un “emporio agrícola ganadero, destinado a cambiar perpetuamente materias primas por manufacturas británicas.” (Palacio, 1960: 300) Su formación, en consonancia con el perfil agroexportador del país y con la matriz cultural promovida por la UBA, se relacionó a la tradición enciclopédica, europeísta y liberal. (9) La clase dirigente educó a la juventud en el liberalismo conservador, el positivismo y en algunas instituciones como la Universidad de Córdoba, siguió teniendo fuerte importancia la promoción de marcos teóricos cercanos a la tradición del catolicismo. El modelo cultural fue incapaz de producir o de incorporar el salto científico y tecnológico que venía sucediendo con la primera y la segunda revolución industrial. La escasa promoción de la ciencia aplicada a la industria, fue una manifestación de nuestra Dependencia política y económica. Dicho modelo educativo profesado por los intelectuales y dirigentes argentinos, consolidó y profundizó la Dependencia científica y tecnológica y la de nuestro programa agroexportador que fue el rasgo típico de América latina del siglo XIX. (Herrera 1974) Un legado característico de esta etapa, va a ser la creación de los Consejos o Academias vitalicias que desarrollaban tareas en el gobierno de las Facultades. Sus integrantes podían se externos a las Universidades. Este hecho, sumado a la elección de docentes por el Poder Ejecutivo, conformó un esquema de gobierno universitario estrechamente ligado al poder político y a las elites de cada comunidad en donde se insertaban las Universidades. Ésta realidad va a ser una de las causas fundamentales de los conflictos universitarios con los estudiantes en el año 1918

Ampliación del sistema universitario
Tal cual mencionamos, las primeras instituciones universitarias fueron la de Buenos Aires y la de Córdoba. A ellas se les sumarían las de Tucumán, Santa Fe y La Plata que surgen como producto de iniciativas de los políticos provinciales y de las elites locales. Estas experiencias innovaron en la apertura de nuevas Carreras que modificaron la concepción profesionalista que se impuso desde la UBA. En su lugar, promovieron actividades científicas. Si en dicho aspecto eran innovadoras, en otros conservaron el cariz liberal y elitista del sistema educativo de la oligarquía.

La Universidad de La Plata nació como una iniciativa del Senador de la Provincia de Buenos Aires, Rafael Hernández. La Ley de creación se promulgó en 1890 e incluía las Facultades de Derecho, Medicina, Química y Farmacia y Ciencias Físico Matemáticas. La inauguración oficial fue en 1897 con las clases de la Facultad de Derecho y con la inscripción exigua de 47 alumnos. La baja matrícula no se modificó por mucho tiempo y por ejemplo, en el año 1904, tenía solo 75 jóvenes en las aulas. La institución fue nacionalizada en el año 1904 por intermedio de la gestión del Ministro de Justicia e Instrucción pública de La Nación, Joaquín V. González, que ocupó el rectorado en el año 1906. La institución incluyó el pase a la órbita nacional de la Universidad Provincial, del Museo, del Observatorio Astronómico, de la Facultad de Agronomía y Veterinaria y de la Escuela Práctica de Santa Catalina, entre otros. (Barba, 1998)

La Universidad de Santa Fe nació el año 1889 y fue nacionalizada en 1919, fecha a partir de la cual adoptó su nombre actual que es de Universidad Nacional del Litoral. Promovió Carreras como la de Química industrial y agrícola en Santa Fe o la de Agricultura, ganadería e industrias afines, en la Provincia de Corrientes. Impulsó estudios de Ciencias jurídicas y sociales en Santa Fe y de Ciencias médicas en Rosario.

La Universidad de Tucumán se fundó en el año 1914 por parte de la Provincia y fue nacionalizada en 1921. El proyecto incluyó estudios no tradicionales como fueron los de Ingeniería Química, Agrimensura y Geodesia y Farmacia, que se articularon con la producción industrial y agrícola local. (Del Bello, 2007: 34) Algunas de nuevas carreras no se consolidaron y entre otros factores, se debe destacar el hecho de que no se produjeron cambios sustanciales en el perfil productivo del país, que siguió estrechamente ligado al programa agroexportador.

3. La Universidad en la etapa Reformista

“Los que respiran en una época de excepción como la nuestra, lejos de epilogar sobre los acontecimientos, deben vivirlos; lejos de juzgar la historia, deben hacerla.” .Manuel Ugarte (1996: 51)

El término “reformismo” se utiliza para definir a las personas o corrientes culturales y/o políticas, que adhieren a los postulados para la organización de las Casas de Altos Estudios impulsados en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) en el año 1918. Dichos principios organizativos, son el resultado de un conjunto de transformaciones propias de la Universidad argentina y se ligan los cambios producidos en el país y el Continente durante la presidencia de Hipólito Yrigoyen. Yrigoyen fue un dirigente político que llegó a la presidencia del país en dos oportunidades (1916-22 y 1928-30). Alcanzó la primera magistratura luego de un largo proceso que implicó la creación de un partido (la Unión Cívica Radical, UCR) y, además, participó de varios procesos revolucionarios (10) contra el programa liberal. Los alcances de sus políticas pueden resumirse en tres grandes aspectos. Primero, el gobierno impulsó una democratización política y cultural en el país. Yrigoyen implementó el sufragio secreto y universal (11) que modificó profundamente el funcionamiento del sistema político, caracterizado por el fraude y el clientelismo de los gobiernos de la oligarquía liberal. Estas modificaciones impulsaron un importante movimiento político y cultural en el país y, en particular, fueron motorizados los sectores medios. En dicho contexto, se generó la posibilidad de que ingresen nuevos dirigentes a la política argentina que cuestionaron en muchos casos, a los referentes políticos conservadores incluyendo los universitarios. Asimismo, la etapa implicó el reverdecimiento cultural y la posibilidad de promover nuevos debates intelectuales. Segundo: el gobierno impulsó una política exterior independiente que había sido abandonada desde la caída de Rosas y a partir de nuestro alineamiento a la geopolítica británica. (12) Esta posición soberana en las relaciones internacionales, se expresó en la decisión del país de mantener la neutralidad  en la Primera Guerra Mundial y en el repudio por parte del gobierno a las actitudes de la ocupación de EUA en Nicaragua y a los Congresos Panamericanos. El tercer aspecto se refiere a la economía. Los principios fundamentales del modelo Agroexportador heredado de la etapa anterior, no fueron modificados. Pese a eso, se deben hacer dos salvedades. Una es la apertura de Yacimiento Petrolíferos Fiscales (YPF) que Yrigoyen encomendó a Enrique Mosconi y la otra es la participación del Estado como mediador en las discusiones salariales. Durante su segundo gobierno se impulsó la nacionalización del petróleo, lo que le valió un fuerte rechazo por parte de las empresas norteamericanas. La apertura de YPF y el impulso a la ciencia y las investigaciones militares, no son un dato menor y muchas de estas iniciativas tuvieron continuidad en la década del treinta con la aparición de polos de desarrollo y de empresas del Estado. Un caso paradigmático fue Fabricaciones Militares que estimuló la producción de aviones y también desde la acción militar, se impulsó a las industrias petroquímicas, de armas o de autopartes de la industria.

Las propuestas de los reformadores
La reforma puede ser explicada a partir de identificar sus fines y los medios a partir de los cuales se pensó alcanzar los primeros. Los fines de los reformadores son complejos de identificar ya que fue un movimiento político y cultural que tuvo diferentes manifestaciones en las distintas Universidades, además de la experiencia de Córdoba. La reforma y en consonancia con el reverdecimiento cultural fruto de la democratización política del país y del Continente, impulsó los desarrollos intelectuales de figuras diversas como fueron Deodoro Roca, Aníbal Ponce, Manuel Ugarte, Saúl Taborda (13), Alejandro Korn, Alfredo Palacios, José Ingenieros o Gabriel del Mazo. Estas figuras no tienen una misma concepción sobre la cultura, acerca de las prácticas políticas o de los modelos a implementar en la Universidad argentina. Es bueno reiterar, que la reforma fue una corriente cultural que no se expresó solamente en un debate sobre la organización del gobierno de la Universidad, sino que lo excedió y que adquirió diversas manifestaciones en América Latina. Más allá de dicha complejidad, los reformadores legaron una práctica y algunos documentos, entre los que resalta el Manifiesto Liminar que resumió gran parte de sus concepciones.  

A-Finalidades de la reforma
Primero: la juventud tiene el deber histórico de ser un factor de transformación política y cultural. Uno de los hechos más trascendentes inaugurados por los reformadores se relacionó a que promovieron una participación más activa de la juventud en los debates sobre la organización de la política y la sociedad. No habían sido los primeros (14) ni tampoco serán los últimos, pero y lo que es innegable, legaron una concepción voluntarista y vanguardista del lugar de las juventudes en su relación con las realidades del Continente. El contexto general era el yrigoyenismo que motorizó la participación popular en la vida pública desde la aplicación de la Ley Sáenz Peña. Así es como el Manifiesto Liminar expresó que: La única puerta que nos queda abierta a la esperanza, es el destino heroico de la juventud (…) el sacrificio es nuestro mejor estímulo, la redención espiritual de las juventudes americanas nuestra única recompensa.” No fue casualidad que en el año 1918 se impulsó la apertura de la Federación Universitaria Argentina (FUA) y que tras ella, se promovieron los Congresos Latinoamericanos de la Juventud.

Segundo: se debe renovar la producción de la cultura y las Universidades pueden ser la vanguardia en dicha tarea. El Manifiesto Liminar expresó un cuestionamiento a los contenidos y las concepciones de la Universidad, ya que: “Las Universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y lo que es peor aún, el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara.” Frente a dicho panorama, se impulsaron debates y se promovieron figuras intelectuales como los ya mencionados Ingenieros, Korn (15), Palacios o Taborda. Estos objetivos implicaban en opinión de los reformadores, la necesidad de renovar los contenidos y las metodologías de la enseñanza universitaria para poder vincular el saber a las problemáticas del contexto social e histórico. En muchos casos, dicha renovación se trató de una crítica al positivismo, al catolicismo o al pragmatismo liberal.

Tercero: se debía retomar la dimensión americana en las producciones culturales. El Manifiesto Liminar se dirigió a los “hombres libres de Sudamérica” y mencionó que se estaba viviendo una “hora americana.” El gobierno de Yrigoyen tenía una política exterior de contenido latinoamericano y actuó como marco general para una generación de argentinos que miraban nuevamente hacia el Continente. Dicha mención tendría expresión en la organización de Congresos y de Encuentros latinoamericanos y en la producción de intelectuales reformistas, como es el caso de Ingenieros o de Manuel Ugarte. Según Piñeiro Iñiguez: “La presencia de Ugarte en la Reforma Universitaria es decisiva. En particular, para que ésta adopte ese claro perfil latinoamericanista, poco común en las iniciativas progresistas argentinas, orgullosas de su hipotético europeísmo.” (Piñeiro Iñiguez, 2006: 127-140) El postulado venía a cuestionar en varios aspectos, la tradición europeísta de las Universidades y de los intelectuales argentinos, cuya perspectiva teórica era principalmente, importada del viejo Continente. Es interesante remarcar que diversos dirigentes americanos con posiciones marcadamente antiimperialistas, adhirieron a los principios reformistas y figuras disimiles en el tiempo o en las ideologías como los cubanos Julio Antonio Mella y Fidel Castro o los peruanos Haya de La Torre (16) y José Carlos Mariátegui (17) se reconocen devotos de dicho movimiento. (Piñeiro Iñiguez, 2006 o Kohan, 2000)
B-Medios implementados
Los fines mencionados por los reformistas en su opinión, se veían imposibilitados por las falencias en el funcionamiento de las Universidades, ya que y tal cuál se mencionó en el Manifiesto Liminar el: régimen universitario -aún el más reciente- es anacrónico. Está fundado sobre una especie del derecho divino: el derecho divino del profesorado universitario.” La crítica debe atenderse en el contexto propio de la Universidad y además, en la coyuntura característica de la ciudad de Córdoba de la época. El sistema político recién iniciaba la democracia a partir del sufragio universal y muchas de las decisiones eran tomadas por las elites conservadoras y católicas que tenían influencia sobre los Académicos y demás funcionarios universitarios. Con anterioridad a los sucesos de la UNC del año 1918, ya habían ocurrido algunos hechos que cuestionaban el funcionamiento de la UBA y que implicaron la reforma de sus estatutos en 1906. En la UBA desde el año 1903 los estudiantes venían reclamando la modificación de los exámenes, la reforma de los Planes de estudio, la desaparición de las Academias y la validez de Concursos en la Facultad de Medicina. Tras algunas manifestaciones y huelgas, se modificó el Estatuto que permitió el ingreso de los docentes a los Consejos desplazando a los Académicos. Relacionado a estos fenómenos y en el año 1908, se creó la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA). Los estudiantes de la Universidad de Córdoba cuestionaban la gestión de los Académicos y los modos de designar docentes que administraban las instituciones sin atender gran parte de sus reclamos. Dichas exigencias se expresaron en una sucesión de conflictos entre los estudiantes y la institución y estuvieron relacionados entre otros temas, al modelo de asistencia a clase o a la propuesta de la Facultad de Medicina de la UNC de cerrar el internado del Hospital de Clínicas durante el año 1917. En este cuadro, en el año 1918 se conformó un Comité pro reforma y se elevaron los reclamos al gobierno de la Universidad que fueron desestimados. La negativa de las autoridades aceleró una escalada de manifestaciones públicas y una huelga general que terminó con la intervención de la UNC por parte del Gobierno nacional, previa solicitud de los reformistas. Hipólito Yrigoyen atendió los reclamos estudiantiles y designó al Interventor José Nicolás Matienzo, quién dio por tierra el cierre del Internado y modificó el Estatuto del año 1893. La reforma modificó el carácter vitalicio de los Consejeros y desplazó a los Académicos, proponiendo a los docentes para el control de la Universidad. De esta manera, el dirigente radical continuó con sus acciones para democratizar el sistema político desplazando a los dirigentes de las elites tradicionales. Los cambios iniciados no terminaron con los reclamos de la juventud, por el hecho de que en la convocatoria a la elección de Rector luego de la intervención Matienzo, la Asamblea Universitaria nombró a Antonio Nores. Ésta figura estaba ligada a los adversarios políticos de los reformistas que no reconocieron al funcionario. Se produjo una nueva intervención del Ministro de Culto e Instrucción Pública, José Salinas. La intervención revocó la elección de los funcionarios cuestionados y nombró por Decreto al Rector, al Vicerrector y a los miembros de los Consejos Superior y Directivos. Lo que es importante mencionar, además, es que Salinas promovió la consolidación del “Cogobierno” que es la facultad que tiene la Universidad de gobernarse a sí misma por intermedio de la elección de sus representantes en los Consejos Superior y Directivos y en los órganos ejecutivos (Rector y Decanos). La reforma implicó la transferencia de poder desde los Académicos hacia los docentes. La participación estudiantil se ligó a la potestad que tenían los jóvenes de proponer en asambleas, a graduados y a docentes para que los representen en los Consejos. Su participación no implicó el ingreso de los estudiantes a los Consejos de manera directa con voz y voto. Según el estudio desarrollado por Juan Carlos Del Bello (2007), existieron solamente dos iniciativas de participación directa de los estudiantes en los Consejos hasta el año de su legalización nacional de 1955. Una fue implementada en la Universidad Nacional de Tucumán en 1924 y la otra en la Universidad Nacional del Litoral en 1922. En este marco, ingresaron a la UNC docentes ligados a la intervención y depositarios de posiciones cercanas a los reformistas. Esta medida, bajó el nivel de enfrentamiento de los estudiantes y pasó a un segundo plano el debate sobre la designación de docentes por intermedio de Concursos u otros métodos similares propios del Cogobierno. En muchos casos, la elección de docentes quedó sujeta al modelo heredado de la Ley Avellaneda y los profesores continuaron siendo seleccionador por el Poder Ejecutivo nacional a través de una terna enviada por las Universidades. Se suponía que una vez garantizada la democratización universitaria frente al marco autoritario del contexto político controlado por las elites, la juventud podía impulsar los fines universitarios mencionados.

Interpretaciones de la reforma
“La Universidad no puede ser una fábrica de diplomados. El estudiantado hasta ahora buscó obtener un título que le diera un privilegio social y económico sobre el resto de los ciudadanos. Queremos que la Universidad sea parte integrante de la gran labor de construcción de una nueva Argentina, que vaya forjando un nuevo hombre argentino, en todos sus aspectos.” Rodolfo Puiggrós

No hay acuerdo entre los historiadores y las corrientes políticas y culturales universitarias, acerca de la interpretación sobre los alcances y los objetivos concretos de la reforma. Es habitual que se haga una recuperación del proceso definiéndola estrictamente como un sinónimo de gobierno propio de las Universidades (Autonomía). Dichas perspectivas suelen perder de vista la finalidad originaria del movimiento y se desconocen o se subestiman las posiciones políticas e ideológicas de sus intelectuales y de sus figuras más prominentes. De esta manera, se hace hincapié en los medios políticos y de gobierno aplicados por la reforma y no así, en los aspectos fundamentales del resultado de sus prácticas y de sus objetivos fundamentales. Los promotores de dicha interpretación, privilegian como tema fundamental la defensa de la Autonomía universitaria frente al accionar del Estado, incluyendo incluso, la posibilidad de apoyar medidas antidemocráticas y antipopulares. La historia de las Universidades argentinas luego del año 1918, puso al descubierto estas complejidades cuando, por ejemplo, las Agrupaciones reformistas apoyaron el Golpe de Estado del año 1930 contra el dirigente político que los había impulsado o cuando favorecieron el terrorismo militar en el año 1955. Tomando distancia de esa interpretación, están aquellos académicos e intelectuales que establecen que la reforma se define a partir del llamado a la juventud y a la Universidad, a jugar un rol importante en los procesos sociales, pasando a un segundo plano los debates sobre el Cogobierno o la Autonomía. A partir de aquí, es que diversos grupos políticos e intelectuales se reconocen deudores de la reforma, pero promueven otras agendas universitarias distantes del mero debate del cogobierno. Un caso paradigmático de ésas últimas interpretaciones, se refleja en la agenda de discusión de la izquierda universitaria en América Latina. Por ejemplo, los promotores de la Revolución Cubana rescatan la reforma, pero en sus Universidades no se administran con el modelo del Cogobierno argentino. En éste último universo, se privilegian los “fines” por sobre los “medios.” Entre sus impulsores se puede mencionar a intelectuales como Arturo Jauretche o a Juan José Hernández Arregui. Ambos, luego de haber militado en su juventud en las filas del Radicalismo y del Reformismo, consideraron críticamente las prácticas de los universitarios con posterioridad al año 1918. Hernández Arregui remarcó la importancia histórica de la reforma como movimiento cultural y político de cariz transformador y latinoamericano. Luego de analizar su devenir, mencionó que existió una marcada incapacidad de las Universidades para acompañar el desarrollo nacional a partir de la producción de conocimiento y de prácticas culturales y socialmente relevantes. Por el contrario, las Universidades en opinión de Arregui, habían apuntalado programas antidemocráticos en lo político y extranjerizantes en lo económico, tomando distancia con los postulados reformistas de intelectuales como Manuel Ugarte. Asimismo, el autor consideró que la juventud argentina de clase media fue incapaz de articular sus prácticas con las del Movimiento obrero, cuestión que favoreció su enfrentamiento a los programas políticos democráticos de contenido popular, como fue el caso del gobierno de Hipólito Yrigoyen o de Juan Perón. Hernández Arregui desestimó en su análisis, el supuesto de que la tradición de la reforma era meramente una iniciativa de Autonomía universitaria. A partir de éste posicionamiento, concluyó que la aplicación concreta de esas consignas, fue realizada por otros proyectos de país al cual los reformistas habían cuestionado. En sus palabras: “Los postulados de la Reforma del 18, extensión universitaria, agremiación estudiantil, becas, residencias estudiantiles, cooperativas, comedores y asistencia médica gratuita, Universidad abierta al pueblo, equivalencia de títulos para los estudiantes latinoamericanos, etc., fueron conquistas de la época de Perón.” (Arregui, 2004: 367-368) Arturo Jauretche, de manera similar a Hernández Arregui, consideró positivamente la impronta de origen del movimiento reformista. Concluyó igual que Hernández Arregui, que la experiencia finalmente fracasó al ser desnaturalizado el movimiento original. La reforma habría de ser más positiva en otros países de América Latina y en Argentina se frustró ya que: “No supo integrar la Universidad en el país. (…) El desiderátum entonces es una Universidad aséptica, depurada de toda preocupación vinculada con el destino de la comunidad y, por consecuencia, de la Nación, a la que da expertos despreocupados de los fines de la técnica y el resultado de su aplicación.” (Jauretche 2004: 136-137) Otros intelectuales como Oscar Varsavsky (Varsavsky, 1969) remarcaron la dificultad de las Universidades reformistas y del sistema de Ciencia y Técnica, para articular la Autonomía con la resolución de los problemas nacionales. El debate sobre la Autonomía tenía que surgir de interrogarse el “para qué.” En su defecto, se corría el peligro de derivar hacia posiciones académicas infructuosas, que el autor denominó como cientificistas o desarrollistas. Éstos últimos, son los docentes e investigadores cuya producción no es un medio para resolver los problemas sociales y productivos de un país. Por el contrario, los académicos “cietificistas” son un instrumento para reforzar las desigualdades, la Dependencia y el subdesarrollo del país.
La polémica sobre los alcances de la reforma continúa abierta. En este marco, sigue vigente la necesidad de que nuestras Universidades y sus jóvenes, se comprometan masivamente con la producción de conocimiento socialmente relevante y con la construcción de una Argentina Industrial, Soberana y con Justicia Social. Como sostiene Ana Jaramillo: “No se puede hacer ciencia y técnica sin preguntarnos para qué fin, a quién sirve, si implica un bien para la sociedad, la Nación la humanidad. No se puede enseñar una profesión sin preparar ese individuo para la vida, sin sembrar en él la reflexión crítica sobre el ejercicio de la misma y su compromiso con la comunidad a la cual pertenece y se debe, para construir una sociedad mejor.” (Jaramillo, 2006: 55)

Notas

1- El obispo diocesano Fray Hernando Trejo y Sanabria realizó un aporte económico para financiar Cátedras de latín, arte y teología sobre la base del Noviciado de los jesuitas existente desde 1607 en Córdoba. Gregorio XV le permitió a la Compañía de Jesús emitir grados universitarios con autorización papal  en varias ciudades americanas en 1622. (Mignone, 1998: 11)

2- Adriana Puiggrós (2004: 34-35) reconoció la existencia de diversos modelos de Escuelas en América. Mencionó las Escuelas Pías que funcionaban en las parroquias para las poblaciones indígenas y mestizas; las Escuelas de los Conventos que eran preparatorias para el ingreso a la Universidad; las Escuelas de los Ayuntamientos para la población pobre; las Escuelas del Rey controladas por los jesuitas hasta su expulsión; y las Escuelas Particulares que funcionaban con docentes costeados de manera individual, generalmente, por comerciantes que eran habilitadas previamente por el Cabildo. 

3- Entre las instituciones que antecedieron a la UBA se debe mencionar al Colegio Unión del Sud (1818) abierto sobre la base del Colegio de San Carlos (1783-1810). En él se desarrollaron estudios “preparatorios”. Se creó en este período la Escuela de Matemáticas (1810, cierra ese mismo año); la Escuela de dibujo (1815); la Academia de matemáticas y Arte militar (1816) y la Academia de Jurisprudencia (1814). (Mignone, 1998)

4- En temas educativos, Rivadavia impulsó el método lancasteriano en las Escuelas de Buenos Aires y abrió el Colegio de Ciencias Morales sobre la base del Colegio de la Unión del Sud. (Puiggrós, 2004: 58)

5- Francia exigió privilegios de sus ciudadanos para evitar el Servicio militar y quiso obtener por la fuerza la libertad de comercio para sus productos. En ese período las potencias ocupaban posiciones coloniales en África y en Asia. Inglaterra tomó por la fuerza las Islas Malvinas en el año 1833.

6- Tras la derrota electoral de su Partido protagonizó levantamientos militares en septiembre de 1874 y en junio del año 1880 desconociendo los triunfos de Nicolás Avellaneda y de Julio A. Roca. 

7- La denominación “desierto” escondió y justificó la eliminación de las poblaciones aborígenes.

8- El Servicio militar desarrolló funciones educativas vinculadas a la homogenización cultural de los inmigrantes y a la enseñanza de la lectoescritura.

9- Osvaldo Magnasco que fue Ministro de Justicia e Instrucción pública de Roca, intentó modificar sin éxito la educación enciclopédica a partir de promover la Educación Técnica.

10- Revolución del Parque contra el Gobierno de Juárez Celman;  el levantamiento de julio de 1893 contra Luis Sáenz Peña y en el año 1905 contra Manuel Quintana.

11- La Ley fue sancionada en el año 1912. El reclamo de voto secreto y universal tenía otros impulsores además de la UCR, como fue el Partido Socialista. Con la reforma electoral seguían sin votar las mujeres o los miembros de las Fuerzas de Seguridad.

12- Existieron excepciones en las gestiones de Bernardo de Irigoyen o de Luis María Drago que marcaron algunos trazos importantes de la política exterior. Éste último, se opuso a la ocupación militar de Venezuela de 1902 ejercida por Alemania, Inglaterra e Italia para cobrar la deuda externa inaugurando la llamada Doctrina Drago. 

13- Saúl Taborda fue Rector del Colegio Nacional de la UNLP en el año 1920. (Taborda, 2009)

14- Del proceso de la Independencia de 1816 a la fecha se produjeron 4 grandes intervenciones de la juventud como actor político y cultural. La primera fue la “generación del 37”; la segunda fue la “juventud del ochenta”; la tercera la “juventud reformista”; y la cuarta y última gran intervención generacional fue la “juventud de los años sesenta y setenta.” 

15- Según Luis Aznar (1936: 9): “Alejandro Korn bregó incansablemente para que los estudiantes dieran a su movimiento un contenido que estaba más allá de los estatutos y de la modificación de los Planes de estudio. Lo que fallaba era la Universidad en si, como institución divorciada de la realidad social que la sustentaba.”

16-Haya de La Torre fue Presidente de la Federación Universitaria del Perú y fundador del APRA.

17-El caso de Mariátegui es emblemático de la exportación del modelo reformista a América latina. En su obra Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana el autor le dedica un apartado a la aplicación de los principios reformistas en la Universidad de Lima. (Mariategui, 2005)

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