viernes, 23 de octubre de 2015

Leonardo Castellani y el periodismo


Aritz Recalde, octubre de 2015

“Se monta y arma un grande y completo aparato de hacer opinar a la gente en este sentido y no esto otro … ¡y a eso se llama libertad de opinión!.  Este aparato responde a un pilotaje invisible y está fuera de todo control nacional político o no político”. Leonardo Castellani, año 1943

Leonardo Catellani (1899-1981) fue un escritor de cuentos, de poesía y novela[1]. Además, fue un pensador profundo y un prolifero crítico de temas literarios, filosóficos, educativos y políticos. Nacido en la provincia de Santa Fe, entró al noviciado cordobés de la Compañía de Jesús y en los años treinta fue designado en Roma como sacerdote. Como parte de sus estudios, se graduó en filosofía en París y en su regreso a la Argentina ejerció la docencia y el periodismo. Portador de una gran erudición, sus más de cuarenta tomos y artículos recorren, principalmente, los temas literarios, educativos, filosóficos y religiosos.

El periodismo, la verdad y el poder
Leonardo Castellani destacó que el lector de periódicos considera que la noticia tiene que tener veracidad y autenticidad. Es en este sentido que manifestó que “por naturaleza, el periodismo debería estar al servicio de la verdad” (Castellani 1955: 298).
El autor sostuvo que más allá del “deber ser” del periodismo, dicha actividad dista de ser un medio objetivo e imparcial de transmisión de verdades. En realidad, Castellani menciona detrás de las páginas del periodista se desenvuelven “imperialismos extranjeros, empresas crudamente comerciales, logreros sin escrúpulos ni conciencia, ideologías funestas, pasiones oscuras y potentes… el oficialismo, la oposición, la ambición, el interés, la codicia, la avaricia, la maldad, el error, el plebeyismo, la irresponsabilidad, la tiranía oculta del anonimato y el embauque… y también a veces el amor a la verdad y la cura del bien público” (Castellani 1955: 299). Tal cual sostiene Castellani, el terreno de la práctica periodística está sujeto a fuertes presiones de las potencias extranjeras y a la despiadada puja política de poder dentro del país. Lejos de ser un ámbito laboral caracterizado por la libertad de acción y de pensamiento, el periodismo argentino fue un terreno de disputa y de confrontación permanente.
Una de las manifestaciones de la dependencia cultural y política de la prensa argentina, se expresaba en que cumplía una función de desprestigio de la cultura nacional. En sus palabras “un autor extranjero, aunque sea bellaco, tiene en esta nación la propaganda a favor, extranjera y nacional; un autor nacional, aunque sea bueno, tiene en esta nación la propaganda en contra; luego esta nación no es nación, sino una cosa así como La Nación. Si fuera nación conocería y acogería lo suyo” (Castellani 1958: 487).

Como resultado del proceso mencionado, el autor entiende que en la medida que los periodistas han renunciado a la verdad, “han prostituido esa misión (…) son una cosa prostituida, abierta al soborno, y a la traición y a toda infamia” (Castellani 1943: 302).

El periodismo es una actividad comercial
Castellani destacó que buena parte de la prensa argentina funciona con las pautas de una empresa comercial. En su punto de vista, abrir “un diario para hacer plata significa infaliblemente renegar de la verdad. El mundo es así o actualmente está así” (Castellani 1955: 299). La prensa de su época tenía objetivos meramente financieros, cuestión que impedía que las instituciones alcancen un planteo objetivo de la realidad. Ahora bien, si un editor se proponía cambiar el funcionamiento económico del periodismo  tenía que saber que “hacer un diario para defender la verdad significa infaliblemente perder plata” (Castellani 1955: 299).

¿Existe la libertad de prensa?
Tomando distancia del postulado liberal, Leonardo Castellani mencionó en los años cuarenta que el verdadero problema de la “libertad de prensa consiste en quien nos libertará de la prensa”, ya que la información que se produce y distribuye en el país está “dirigida, amañada y si es preciso fraguada. Se eligen las agencias, se hinchan y decoran (o mutilan) los telegramas, se les adoba el tono, se dispone el lugar de ellos, se los resume en tendenciosos titulares, se los condensa en editoriales y por último se invita a teorizadores a escribir estudios filosóficos o literarios que respondan al sentido del diario y hagan de marco teórico a su información” (Castellani 1943: 302).

Tal cual postula el autor, el periodista al momento de construir la noticia estaba atado a los intereses del grupo editorial. Castellani destacó que los diarios regulan de manera tendenciosa las fuentes periodísticas, aplican técnicas de presentación de la información y cuestión importante, se justifica teóricamente la línea editorial del periódico. Con dicha finalidad, se identifican los técnicos adecuados a esa tarea, que no necesariamente son aquellos que pueden explicar objetivamente el tema abordado.
¿El periodismo para qué?
“Vienen tiempos de masas, de inmensos movimientos colectivos, de colaboración no solamente entre hombres y entre clases, sino entre naciones y entre continentes. Si no somos capaces de unirnos los argentinos, somos menos que nada, y más valía que siguiéramos siendo una colonia de España”. Leonardo Castellani, año 1968

Pese al severo diagnostico, Leonardo Castellani ejerció el periodismo publicando textos en diarios y revistas como Criterio, Cabildo, Azul y Blanco, Dinámica Social o La Prensa.
Desarrolló su actividad con pasión y haciendo de su escritura un elemento de debate y de polémica, convencido de que su verdad iba a contribuir a la unidad de los argentinos consustanciados con la emancipación social y con la defensa de los intereses nacionales. En su punto de vista, “seguimos hablando para que siga respirando la patria. Mientras habla una nación, no está muerta” (Castellani 1968: 305).


Material citado
Castellani Leonardo (1943) Doll y la libertad de Imprenta, en Castellani 1999.
                         (1955) Castellani y el periodismo, en Castellani 1999.
                        (1958) De cultura argentina, en Castellani 1974.
(1968) ¿Para qué seguimos? en Castellani (1999).
 (1974) Crítica Literaria y Notas a Caballo de un país en crisis, Biblioteca del Pensamiento Nacionalista Argentino, Buenos Aires.
(1976) Lugones. Esencia del liberalismo. Nueva Crítica literaria, Biblioteca del Pensamiento Nacionalista Argentino, Buenos Aires.
 (1999) Castellani por Castellani, Ediciones Jauja, Buenos Aires.
Montejano Bernardino (1974) Estudio Preliminar, en Castellani (1974).




[1] Un listado de sus principales obras puede consultarse acá: http://www.hjg.com.ar/txt/lc/bibliog.html

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