Thierry Meyssan
17 DE NOVIEMBRE DE 2015
Extraído de la RED VOLTAIRE - http://www.voltairenet.org/article189295.html
La guerra que se extiende a París resulta incomprensible para los franceses, que nada saben de todas las actividades secretas de su gobierno en el mundo árabe, de sus alianzas contra natura con las dictaduras del Golfo y de su activa participación en el terrorismo internacional. El Parlamento francés nunca ha abordado esas políticas y los grandes medios de prensa raramente se atreven a mencionarlas.
Hace 5 años que los franceses oyen hablar de guerras
lejanas, sin entender de qué se trata. La prensa los informó ampliamente sobre
la implicación de sus fuerzas armadas en Libia, pero nunca ha hablado de la
presencia de soldados franceses en el Levante. Muchos leen mis artículos sobre
ese tema pero los ven como extraños cuentos orientales. A pesar de mi historia
personal, es de buen tono calificarme de «extremista» o de «conspiracionista» y
resaltar que sitios web de todas las tendencias, incluyendo los auténticamente
extremistas o complotistas, reproducen mis artículos. Pero nadie encuentra cómo
responder a lo que escribo. Como tampoco nadie escucha mis alertas sobre las
alianzas en las que Francia se ha implicado.
Y la verdad ignorada emerge bruscamente.
En la noche del viernes 13 de noviembre de 2015, Francia fue
atacada por varios comandos que asesinaron al menos 130 personas en 5 lugares
diferentes de París. Se ha decretado el estado de urgencia por 12 días en todo
el territorio nacional y el Parlamento podría prolongarlo.
No existe vínculo directo con el caso de Charlie Hebdo
La prensa francesa interpreta este acto de guerra
vinculándolo al atentado perpetrado en las oficinas de Charlie Hebdo, a pesar
de que los modus operandi son totalmente diferentes. En enero, el objetivo era
matar a personas bien identificadas mientras que el viernes 13 se vio un ataque
coordinado e indiscriminado contra un gran número de personas.
Hoy se sabe que el redactor jefe de Charlie Hebdo acababa de
recibir una «donación» de 200 000 euros para que continuara su campaña
antimusulmana [1]. También se sabe ahora que los asesinos de Charlie Hebdo
estaban vinculados a los servicios de inteligencia franceses [2] y que el
origen del armamento que utilizaron está clasificado como Secreto Militar [3].
Ya demostré en un trabajo anterior que este atentado no fue una operación
islamista [4]. También demostré que fue objeto de una inmediata recuperación
mediática [5] y que esa recuperación encontró eco en la población hostil a la República
[6] –idea brillantemente desarrollada unos meses después por el demógrafo
Emmanuel Todd [7].
Si volvemos a concentrarnos en la guerra que acaba de
extenderse a París, veremos que es una novedad en Europa occidental. No es
comparable a los atentados perpetrados en Madrid en 2004. En España nadie
disparó sobre la gente, tampoco hubo kamikazes sino 10 bombas distribuidas en 4
lugares diferentes [8]. Lo que se vio el viernes en Francia es lo que viven
cada día numerosas poblaciones del «Medio Oriente ampliado» desde 2001. Y
también encontramos hechos comparables fuera de esa región, como los 3 días de
ataques diferenciados en Bombay –en 2008 [9].
Aunque los atacantes de París fuesen realmente musulmanes e
incluso a pesar de que algunos de ellos hayan gritado «¡Allah Akbar!» mientras
disparaban sobre los transeúntes, no existe ningún vínculo entre esos ataques,
el islam y una eventual «guerra de civilizaciones». O sea, esos comandos tenían
órdenes de matar gente al azar, sin preocuparse por la religión de sus
víctimas.
De la misma manera, es absurdo tomar al pie de la letra el
móvil que el Emirato Islámico invoca contra Francia –aunque no quepa duda de la
implicación de ese grupo en este ataque. Si el Emirato Islámico realmente
quisiese «vengarse», sería en Moscú donde habría realizado esos ataques.
Francia es un Estado terrorista, al menos desde 2011
La lectura de esos hechos se hace más complicada porque
detrás de los grupos no estatales siempre se esconden Estados que los
financian. Durante los años 1970, el venezolano Ilich Ramírez Sánchez, más
conocido como «Carlos», se había puesto, por convicción, al servicio de la
causa palestina y de la Revolución, con discreto respaldo de la URSS. En los años 1980,
el ejemplo de Carlos fue invocado por mercenarios que en realidad trabajaban
para quién mejor pagara, como Sabri al-Banna, más conocido como «Abu Nidal»,
quien efectuó atentados por cuenta de Libia y Siria, pero también por encargo
de Israel. Hoy en día existe una nebulosa del terrorismo y de la acción secreta
en la que están implicados numerosos Estados.
Aunque los Estados siempre niegan su participación en grupos
terroristas, el ministro francés de Exteriores Laurent Fabius declaró en
diciembre de 2012, durante la conferencia de los «Amigos de Siria» en
Marrakech, que al-Nusra –la rama de al-Qaeda en Siria– estaba haciendo «un buen
trabajo» [10].
Teniendo en cuenta su condición de ministro francés, el
señor Fabius sabía perfectamente que su respaldo a una organización que el
Consejo de Seguridad clasifica como terrorista no le valdría acabar ante un
tribunal. Pero sí asumía un grave riesgo para su país, hundiéndolo así en la
caldera del terrorismo.
En realidad, Francia ya estaba implicada del lado de
al-Qaeda –al menos desde inicios de 2011. En aquel momento, el Reino Unido y
Francia se habían unido al proyecto estadounidense de «primavera árabe». El
objetivo era derrocar a todos los regímenes árabes laicos y reemplazarlos por
dictaduras de la Hermandad Musulmana. Londres y París descubrieron
esa operación cuando ya estaba en marcha en Túnez y en Egipto, pero es muy
probable que la participación de ambos gobiernos haya sido solicitada de
antemano contra Libia y Siria [11].
En Libia, los gobiernos de Francia y del Reino Unido
organizaron –con ayuda de las fuerzas especiales de Italia– las matanzas de
Bengazi y, posteriormente –con ayuda de al-Qaeda– la toma de varios arsenales
del ejército libio. Yo mismo soy testigo de ello ya que, en agosto de 2011,
hallándome bajo la protección de Khamis el-Kadhafi, en momentos en que la OTAN
tomaba por asalto la capital libia, el hotel Rixos –donde nos encontrábamos–
fue asediado por la “Brigada
de Trípoli”, una unidad de al-Qaeda bajo el mando de Mahdi al-Harati, cuyos
hombres, al grito de «¡Allah Akbar!», estaban directamente dirigidos por
oficiales franceses en misión. Posteriormente, el propio Mahdi al-Harati fue,
junto con su jefe Abdelhakim Belhadj, fundador del Ejército Libre Sirio, en
realidad un grupo de al-Qaeda que se identifica con la bandera de la
colonización francesa.
En Siria, está ampliamente demostrada la presencia de
oficiales franceses a la cabeza de los grupos armados en momentos en que
perpetraban crímenes contra la humanidad.
Francia ha estado jugando, desde entonces, un juego
extremadamente complejo y peligroso. En enero de 2013, un mes después de la
declaración pública de Laurent Fabius en apoyo a al-Qaeda en Siria, Francia
emprendía en Mali una operación contra ese mismo grupo terrorista, provocando
así acciones de represalia contra sus agentes infiltrados en Siria.
De todo eso, los franceses nunca han oído hablar. Y nunca se
les ha hablado de ello porque, aunque Francia dispone de organizaciones
democráticas, la política actual del gobierno francés en el mundo árabe nunca
se ha debatido públicamente. Lo único que se ha hecho –en violación del
Artículo 35 de la Constitución de la República Francesa–
ha sido entrar en guerra contra Libia y contra Siria después de unas pocas
horas de debates parlamentarios, superficiales y sin voto final. Los
parlamentarios franceses han renunciado a ejercer su mandato, que consiste en
controlar las acciones del Ejecutivo en materia de política exterior, pensando
que se trata de un sector reservado al presidente de la República,
supuestamente sin consecuencias para la vida cotidiana de los franceses. Hoy
todos pueden comprobar, por el contrario, que la paz y la seguridad –uno de los
4 «Derechos del Hombre y del Ciudadano» proclamados en 1789 (Artículo 2),
dependen directamente de la política exterior. Lo peor está por llegar.
A inicios de 2014, cuando los halcones liberales
estadounidenses daban los últimos toques a su plan de transformación del
«Emirato Islámico en Irak y el Levante» (EIIL) en lo que sería Daesh [12],
Francia y Turquía se encargaron de hacer llegar municiones a al-Qaeda para que
combatiera el Emirato Islámico –esto está debidamente comprobado gracias a un
documento presentado al Consejo de Seguridad de la ONU el 14 de julio de 2014
[13].
Sin embargo, Francia se unió después a la operación secreta
de los halcones liberales de Washington y participó en la coalición
internacional contra el Emirato Islámico, de la que hoy sabemos todos que,
contrariamente a lo que anunciaba su nombre, no bombardeó al Emirato Islámico
sino que le lanzó en paracaídas cargamentos de armas durante todo un año [14].
La situación siguió evolucionando aún después de la firma del Acuerdo 5+1 con
Irán. En el terreno, Estados Unidos se volvió súbitamente contra el Emirato
Islámico y lo empujó hacia Hassaké (en Siria) [15]. Pero no fue hasta mediados
de octubre de 2015 –hace sólo un mes– que Francia reinició los ataques contra el
Emirato Islámico. Pero no fue para detener las masacres de sus yihadistas sino
para conquistar parte del territorio que estos ocupan en Siria y en Irak e
instalar en ellos un nuevo Estado colonial que sería designado como
«Kurdistán», a pesar de que los kurdos serán allí extremadamente minoritarios
[16].
Con esa perspectiva, Francia envió su portaviones –que
todavía no está en la zona– para apoyar a los marxista-leninistas kurdos del
YPG –pero, ¿qué significa esta referencia política cuando el proyecto es la
creación de un Estado colonial?– contra el Emirato Islámico… el ex aliado de
París.
Ahora estamos viendo un segundo efecto de boomerang. Pero no
de parte de al-Qaeda en Siria. Ahora el golpe viene del Emirato Islámico en
Francia, que sigue instrucciones de los inconfesables aliados de la propia Francia.
¿Quién dirige el Emirato Islámico?
El Emirato Islámico, llamado Daesh en el mundo árabe, es una
creación artificial. Es solamente el instrumento de la política de un grupo de
Estados y multinacionales.
Sus principales recursos son el petróleo, las drogas afganas
–los franceses siguen sin entender las consecuencias que tienen estas últimas
en su propio suelo– y las antigüedades provenientes del Levante. Todo el mundo
está de acuerdo en que el petróleo robado transita libremente a través de
Turquía antes de ser vendido en Europa occidental. A la vista de los volúmenes
de petróleo robado, trasladado y vendido no cabe duda del apoyo que el Estado
turco aporta al Emirato Islámico [17].
Hace 3 semanas, el vocero del Ejército Árabe Sirio revelaba
que 3 aviones –fletados uno por Turquía, otro por Arabia Saudita y el tercero
por los Emiratos Árabes Unidos– acababan de sacar de Siria grupos de
combatientes del Emirato Islámico, transportándolos a Yemen. En este caso,
tampoco hay duda posible sobre los vínculos de esos 3 países con el Emirato
Islámico, en violación de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad
de la ONU.
Desde la primera conferencia de Ginebra, en junio de 2012,
he venido explicando que en el seno del aparato estatal de Estados Unidos
existía una facción que estaba haciendo su propia política, en contra de la
política de la Casa
Blanca. Al principio, quien encabezaba esa facción era el
general David Petraeus, el entonces director de la CIA y cofundador del Emirato
Islámico en 2007 («The Surge») [18], hasta que fue arrestado, al día siguiente
de la reelección de Barack Obama. Vino después el turno de la secretaria de
Estado Hillary Clinton, a quien un «accidente» le impidió mantenerse en el cargo
durante la llamada «transición presidencial». Esa facción prosiguió entonces la
lucha a través del embajador Jeffrey Feltman, secretario general adjunto de
Naciones Unidas, desde sus oficinas en la sede de la ONU, y del general John
Allen, a la cabeza de la coalición que supuestamente luchaba contra el Emirato
Islámico.
Ese grupo, que forma parte del «Estado profundo»
estadounidense, que sigue oponiéndose al Acuerdo 5+1 firmado con Irán y lucha
contra la República Árabe Siria, sigue teniendo gente dentro de la administración Obama. Lo
más importante es que puede contar con la ayuda de grandes transnacionales, que
disponen de presupuestos más importantes que los de los Estados, lo cual les
permite financiar sus operaciones secretas. En ese caso se hallan, por ejemplo,
el gigante petrolero Exxon-Mobil (el verdadero dueño de Qatar), el fondo de
inversiones KKR y el ejército privado Academi (antes conocido como Blackwater).
Actuando por cuenta de esos Estados y de esas
transnacionales, Francia se ha convertido en un país mercenario.
El chantaje a Francia
El 11 de noviembre de 2015, el primer ministro de Francia,
Manuel Valls, aseguraba que Francia tenía un compromiso en contra del
terrorismo [19].
El 12 de noviembre, el Observatorio Nacional sobre la Delincuencia
y las Respuestas Penales –vinculado al ministerio francés del Interior–
publicaba un informe que señala que el terrorismo se ha convertido en la
segunda preocupación de los franceses, inmediatamente después del desempleo
[20].
En la mañana del viernes 13 de noviembre, el ministro
francés del Interior, Bernard Cazeneuve, presentaba en la localidad parisina de
Nanterre un plan de 20 medidas para luchar contra el tráfico de armas [21].
Es evidente que el gobierno esperaba lo peor, lo cual quiere
decir que estaba negociando con quienes realizaron los ataques. Francia aceptó
un compromiso que no cumplió y ahora es víctima de un chantaje de parte de los
amos a quienes acaba de traicionar.
En la mañana del mismo viernes 13 de noviembre, día de los
atentados, los servicios de urgencia de los hospitales habían realizado un
ejercicio que simulaba varios atentados [22]. Esta coincidencia ya se había
visto durante los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y en
Washington, al igual en los del 11 de marzo de 2004 en Madrid, en los atentados
del 7 de julio de 2005 en Londres.
Conclusión provisional
Los sucesivos gobiernos franceses han establecido alianzas
con Estados cuyos valores son contrarios a los valores de la República Francesa. Los
gobiernos franceses sucesivos han ido comprometiéndose progresivamente a librar
guerras secretas por cuenta de esos Estados, antes de renunciar a esos
compromisos. El presidente Hollande; su jefe de estado mayor particular, el
general Benoit Puga; su ministro de Exteriores Laurent Fabius y su predecesor
Alain Juppé, ministro bajo el mandato del ex presidente Sarkozy, son
actualmente objeto de un chantaje del que sólo podrán liberarse revelando en
qué implicaron indebidamente al país, aunque eso los ponga en peligro de tener
que comparecer ante la Alta
Corte de Justicia.
El 28 de septiembre, desde la tribuna de la Asamblea General
de la ONU, dirigiéndose a Estados Unidos y a Francia, el presidente Putin
exclamaba:
«Me gustaría preguntar a los responsables de esta situación:
“¿Están ustedes al menos conscientes de lo que ustedes
mismos han hecho?”
Pero mucho me temo que esta pregunta quede sin respuesta,
porque estos personajes no han renunciado a su política, basada en una
exagerada confianza en sí mismos y en la convicción de su propia
excepcionalidad y de su propia impunidad.» [23].
Y no lo han escuchado. No lo han escuchado los
estadounidenses, ni tampoco los franceses. Ahora es demasiado tarde.
Elementos fundamentales:
- El gobierno francés ha ido alejándose progresivamente de
la legalidad internacional. Está perpetrando asesinatos políticos y dirigiendo
acciones terroristas al menos desde 2011.
- El gobierno francés ha establecido alianzas contra natura
con las dictaduras petroleras del Golfo Pérsico. Está trabajando con un grupo
de personalidades estadounidenses y de compañías transnacionales para sabotear
la política de apaciguamiento que tratan de aplicar los presidentes Obama y
Putin.
- El gobierno francés ha entrado en conflicto con esos
aliados poco recomendables. Uno de ellos orquestó los atentados perpetrados en
París.
Thierry Meyssan
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[1] «Charlie Hebdo: les révélations de la dernière compagne
de Charb», por Thibault Raisse, Le Parisien, 18 de octubre de 2015.
[2] «Diario estadounidense vincula a los hermanos Kouachi
con los servicios secretos franceses», Red Voltaire, 9 de enero de 2015.
[3] «Masacre de Charlie-Hebdo: Francia clasifica como
“Secreto militar” la información sobre las armas de los terroristas», Red
Voltaire, 18 de septiembre de 2015.
[4] «¿Quién está detrás del atentado contra Charlie Hebdo?»,
por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 8 de enero de 2015.
[5] «Charlie Hebdo como pretexto», por Thierry Meyssan, Red
Voltaire, 13 de enero de 2015.
[6] «¿A qué le temen los políticos y los periodistas
franceses?», por Red Voltaire, 29 de enero de 2015.
[7] Qui est Charlie ?: Sociologie d’une crise religieuse,
Emmanuel Todd, Seuil, 5 de mayo de 2015, 252 p.
[8] «11 de marzo de 2004 en Madrid: ¿fue realmente un
atentado islamista?» y «Atentados de Madrid: la pista atlantista», por Mathieu
Miquel, Red Voltaire, 19 de octubre y 16 de diciembre de 2009.
[9] The
Siege, Adrian Levy & Cathy Scott-Clark, Penguin, 2013.
[10] «Pression militaire et succès diplomatique pour les
rebelles syriens», por Isabelle Mandraud, Le Monde, 13 de diciembre de 2012.
[11] Ver el testimonio del ex presidente del Consejo Constitucional
de Francia, Roland Dumas.
[12] Acrónimo árabe del actual Emirato Islámico, también
designado por la prensa occidental como Estado Islámico, EI, o por sus siglas
en inglés como ISIL o ISIS.
[13] Ver la intervención del representante de la República
Árabe Siria «Resolución 2165 y debates (ayuda humanitaria en Siria)», Red
Voltaire, 14 de julio de 2014.
[14] La prensa occidental ha ignorado cuidadosamente este
tema, ampliamente abordado sin embargo por la prensa del mundo árabe y en
lengua persa. La verdad salió a la luz cuando 50 analistas del CentCom
denunciaron las mentiras de los informes sobre la coalición, lo cual provocó la
apertura de una investigación interna y, finalmente, el general estadounidense
John Allen fue obligado a dimitir. Ver, principalmente, «Partidarios del
acuerdo con Irán denuncian manipulaciones de los datos de inteligencia en el
Pentágono» y «Dimite el jefe de la coalición internacional contra el Emirato
Islámico (Bloomberg)», Red Voltaire, 15 y 24 de septiembre de 2015.
[15] «Francia trata de obstaculizar el despliegue militar
ruso en Siria», Red Voltaire, 7 de septiembre de 2015.
[16] «Estados Unidos e Israel inician la colonización del
norte de Siria», Red Voltaire, 1º de noviembre de 2015.
[17] Ver más datos en «Vínculos de la familia Erdogan
con el Emirato Islámico», Red Voltaire, 26 de julio de 2015.
[18] El Emirato Islámico fue constituido inicialmente en
Irak, en el marco de un plan cuyo objetivo era acabar con la resistencia a la
ocupación estadounidense. Para lograr ese fin, Estados Unidos creó milicias
antichiitas –entre las que se hallaba el Emirato Islámico en Irak, el futuro
«Daesh»– y, posteriormente, milicias antisunnitas. Conforme al plan, estos dos
grupos de la población iraquí acabaron luchando entre sí, y olvidándose así de
la ocupación estadounidense.
[19] «Valls: la France engagée contre le terrorisme», AFP y
Le Figaro, 11 de noviembre de 2015.
[20] «La grande peur du terrorisme», por Timothée Boutry, Le
Parisien-Aujourd’hui en France, 13 de noviembre de 2015.
[21] «Bernard Cazeneuve présente un plan contre le trafic
d’armes», AFP, 13 de noviembre de 2015.
[22] Cf. Intervención [en francés] del Dr. Patrice Pelloux,
presidente de la Asociación de Médicos de Urgencia de Francia, en France Info a
las 10h26 y en el noticiero de la noche de France2, 14 de noviembre de 2015.
[23] «Discours de Vladimir Poutine à la 70ème Assemblée
générale de l’Onu», por Vladimir Putin, Réseau Voltaire, 28 de septiembre de
2015.