Los curas en Opción por los pobres, reunidos en nuestro
Encuentro Anual en el que hemos querido reflexionar sobre la “Fe y la
política”, queremos hacer llegar a las comunidades de las que formamos parte, y
a la opinión pública, una palabra sobre nuestra realidad.
Estamos cerca como país, de elegir nuevo presidente y otras
autoridades. En plena campaña queremos reiterar, una vez más, nuestra opción en
favor de los pobres. Sin duda, no podemos olvidar todas aquellas dramáticas
circunstancias que sumieron a nuestra Patria en una noche oscura donde los
pobres, sus familias y sus trabajos fueron las principales víctimas del modelo
económico neoliberal, instalado en el 76 y consolidado en los 90, que algunos
candidatos intentan reeditar. Sabemos que con la complicidad de los distintos
medios de comunicación concentrados, instrumentos de una nueva forma de
colonialismo, muchos de ellos proponen un modelo económico que llevaría a los
pobres a ser más pobres aun: “¡Esta economía mata!” (Papa Francisco)
No podemos ni queremos olvidar la Patria Grande que nuestros
próceres del pasado y del presente soñaron y gestaron, y vemos con preocupación
las amenazas con las que los poderosos pretenden someterla y acabar con ese
sueño. Como parte de esa Patria nuestra queremos renovar nuestro
compromiso con el proyecto común de un
mundo nuevo, una patria donde todos podamos “bien vivir” y construir juntos un
mañana mejor para todos.
Alentamos a que todas y todos en estas elecciones que se
avecinan apostemos por el trabajo digno, la educación para todos, la salud
común, una economía y un sistema político que nos permitan mirar con dignidad
el mañana. Con memoria, responsabilidad y esperanza.
En otras ocasiones hemos escrito sobre algunos aspectos que
quisiéramos recordar: la urgencia de control y dedicación del Estado en temas
de la hermana madre Tierra, y en especial las víctimas de la sobreexplotación
de los bienes naturales (megaminería, sojización, desmontes, la polución del
aire y el agua…), el descontrol, y el modelo económico que lo provoca. Creemos
que en la encíclica Laudato Si encontramos un cabal eco de lo que venimos
sosteniendo desde hace tiempo.
El próximo año, en el que cumpliremos el trigésimo
aniversario de nuestro primer Encuentro Nacional, haremos memoria de tantas y
tantos que dieron su vida por el Evangelio y por la Patria. El derrocamiento de
un gobierno constitucional generó una dictadura genocida y entre ellos muchas y
muchos cristianos dieron su vida por una patria justa y fraterna, solidaria y
liberada. En particular, a los 40 años de su martirio, queremos hacer memoria
de los obispos Enrique Angelelli y Carlos Ponce de León, de Pancho Soares y los
padres y seminaristas palotinos, y los mártires de La Rioja Carlos de Dios
Murias, Gabriel Longueville y Wenceslao Pedernera, quienes junto a otros miles,
católicos o no, vieron sus vidas truncadas por el odio que defendía un modelo
económico genocida como el que pretende volver.
Como curas queremos celebrar los muchos signos de vida que
nos alegran:
- Ante todo,
una nueva instancia democrática libre y participativa;
- también la
proliferación de militancia juvenil que desde diferentes corrientes y espacios
políticos y sociales aportan nueva sangre y esperanzas al mañana mejor que
deseamos;
Alentamos la participación de los sectores populares para
que todos los derechos conseguidos en estos años sean defendidos como propios y
los pasos futuros sean dados hacia adelante;
Queremos invitar a nuestras hermanas y hermanos a que en el
futuro que nos espera sepamos aportar con responsabilidad, haciendo memoria del
pasado y con mirada esperanzadora en un futuro que soñamos cada vez más
inclusivo, cada vez más justo, cada vez más solidario.
Nos sentimos alentados por las palabras y los gestos del
Papa Francisco que nos invita a volver la mirada a Jesús, al Reino y a los
pobres para construir una sociedad más justa desde los excluidos; así como cantó la Virgen Maria: ¨Dios derriba
de su trono a los poderosos y enaltece a los humildes¨
San Fernando, agosto 2015