lunes, 30 de mayo de 2016

Disertación de Alvaro García Linera

Facultad de Ciencias Sociales 
Muy buenas tardes a todos, muy buenas tardes a todas. Como buen populista, voy a hablar de pie. Quiero agradecer a cada uno de ustedes que se han tomado el tiempo para hacerse presentes en este hermoso escenario, para venir a dialogar y compartir las lecturas que tenemos sobre lo que está pasando en nuestro continente. Agradecer infinitamente a los compañeros de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. También a Carlos, que cuando fue a Bolivia me dijo: tienes que venir Álvaro, y acá estamos, cumpliendo con nuestro compromiso. Gracias por la invitación. Saludar también al compañero Eduardo por sus reflexiones sobre el papel del Estado y su propuesta de este republicanismo popular, plebeyo. Y al profesor Emir Sader, de quien hemos aprendido mucho y de quien seguramente seguiremos aprendiendo más en el porvenir.

Yo quisiera hacer una reflexión de lo que está pasando en el Continente, de lo que veo que ocurre en el Continente. No estamos en un buen momento. Tampoco es un momento terrible. Pero este es un momento de inflexión histórica. Algunos hablan de un retroceso, de un avance los restauradores. Lo cierto es que en el último año, después de diez años de intenso avance, de irradiación territorial de gobiernos progresistas y revolucionarios en el Continente, este avance se ha detenido, y en algunos casos ha retrocedido, y en otros casos está en duda su continuidad. De manera fría, como lo tiene que hacer un revolucionario, tiene que hacer un análisis de plaza, en terminología militar, analizar las fuerzas y escenarios reales que hay, sin ocultar nada, porque dependiendo de la claridad del análisis que uno hace, es que sabrá encontrar las potencias, las fuerzas reales prácticas del avance futuro.

No cabe duda que hay una limitación o una contracción territorial de este avance de los gobiernos progresistas. Allá donde han triunfado las fuerzas conservadoras, hay un acelerado proceso de reconstitución de las viejas elites de los años 80 y 90, que nuevamente quieren asumir el control de la gestión estatal, el control de la función estatal. En términos culturales, hay un esfuerzo denodado desde los medios de comunicación, desde las ONG, desde intelectuales orgánicos de la derecha, por devaluar, por poner en duda, por cuestionar la idea y el proyecto de cambio y de revolución.

Todo esto dirige su ataque haciaa lo que podemos considerar como la década dorada, la década virtuosa de América Latina. Son más de diez años que el Continente, de manera plural y diversa, unos  más radicales que otros, unos más urbanos, otros más rurales, con distintos lenguajes muy diversos, pero de una manera muy convergente, América latina, dese los años 2000, ha vivido los años de mayor autonomía y de mayor construcción de soberanía que uno pueda recordar desde la fundación de los Estados en el siglo XIX.

Cuatro cosas caracterizaron esta década virtuosa latinoamericana.

UNA NUEVA ÉPOCA DE CONSTRUCCIÓN

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