A 81 años de la disolución de FORJA
Juan Godoy - diciembre 2016
Hace exactamente 81 años, un 15 de diciembre de 1945, se
desintegraba la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina, más
conocida como FORJA. Diez años habían pasado desde que un puñado de patriotas
proveniente en mayor o menor medida, y sobre todo, del radicalismo
yrigoyenista, pero también de otras tradiciones como nacionalistas y/o
marxistas, daba nacimiento a dicha agrupación en un sótano de la Ciudad de
Buenos Aires. El nombre venía inspirado en una vieja frase del caudillo radical
Hipólito Yrigoyen: “Todo taller de forja parece un mundo que se derrumba”.
Fue un 29 de junio, una tarde fría de otoño a las 17.45
horas, y en ese subsuelo húmedo y oscuro pocos sabían (incluso sus integrantes)
que nacía una nueva agrupación que sería una bisagra en la historia argentina.
En el acto fundacional los asistentes dejan estampadas sus firmas en un “libro
rojo”. Entre las rubricas que se cuentan las de Arturo Jauretche, Juan B.
Fleitas (que había sido ministro de Yrigoyen), Homero Manzi, Manuel Ortíz
Pereyra (uno de los precursores de la agrupación), Jorge del Río, Atilio García
Mellid, Gabriel del Mazo, Luis Dellepiane, etc. En el acta de nacimiento de
FORJA, ya aparece escrita en letras mayúsculas una de sus célebres frases que
da cuenta de la orientación de la fuerza: “SOMOS UNA ARGENTINA COLONIAL,
QUEREMOS SER UNA ARGENTINA LIBRE”.
Estos muchachos están preocupados por la patria, les
duele la injusticia, la claudicación del radicalismo alvearizado y la entrega
de la nación al imperialismo británico. Deciden entonces entablar una lucha
desigual, se lanzan a recuperar el radicalismo para su función reparadora
(aunque conforme pasen los años abandonarán en cierto sentido esta idea) y a
desentrañar el accionar del imperialismo británico que nos convertía, a través
de una dominación indirecta, prácticamente en su sexto dominio. En esa
Argentina infame, una luz asoma en la oscuridad. Las ideas comienzan a germinar
desde lo bajo, crecen desde el pie, siguiendo la idea de José Hernández que
decía en el Martín Fierro “el fuego, pa’ calentar, debe ir siempre por abajo”.
Sus ideas las diseminan por todo el país, a través de una militancia incansable
e indoblegable: en diez años hacen cerca de cuatro mil conferencias, editan
trece cuadernos, libros, volantes, afiches, carteles, entabla relación con
otros movimientos latinoamericanos como el APRA y/o con los cimientos del MNR,
como asimismo con políticos, militares de nuestro país y de otros, etc.
No obstante estos tópicos centrales en el pensamiento
forjista, en el tránsito de los 10 años de lucha terminará abordando una gama
de temas más amplia, y al mismo tiempo será un importante antecedente e
influencia (directa e indirecta) en el peronismo naciente, y por el cual se
termina desintegrando para que sus afiliados se sumen al “nuevo” movimiento
nacional-popular.
FORJA se lanzó a construir una manifestación genuinamente
argentina, construir categorías desde y para un país semi-colonial, parte de
una Gran Nación inconclusa, sin que esto signifique cerrazón frente al
extranjero. Lo que se busca es la correspondencia de las ideas con las
necesidades nacionales. Nos interesa aquí recorrer algunos de los lineamientos
centrales de la agrupación, en tanto anti-imperialista y latinoamericana, al
mismo tiempo que ponemos de relevancia la actualidad del pensamiento forjista
que puede actuar como guía en el presente.
FORJA busca comprender las problemáticas nacionales. Para
ello construye un ideario que procura abordar los problemas argentinos con
criterio argentino. Sigue la máxima de Simón Rodríguez que ya ha principios del
siglo XIX planteaba “o inventamos o erramos”. Pensar en nacional consiste en
“dirigir el pensamiento nacional hacia los hechos concretos y sus implicancias
económicas sociales y culturales propias, para tratar de contribuir a la
elaboración de un pensamiento propio” (Jauretche, 1976: 68). El forjismo
construye sus propias herramientas de análisis y acción política. Emprende la
tarea de la construcción de un método para abordar la realidad, y llevar a cabo
una política nacional.