lunes, 19 de junio de 2017

Blanco sobre negro

Por Ricardo Rouvier* (para La Tecl@ Eñe)

Buenos Aires, 12 de junio de 2017

El kirchnerismo está perdiendo el control del peronismo. Varios factores inciden en este fenómeno que viene produciéndose desde que CFK dejó el gobierno en diciembre del 2015. Es una regla general y elemental de la democracia que el poder se achica cuando uno deja el gobierno. Pierde la centralidad ante el horizonte global; y vuelve al llano con una perspectiva más acotada en su eficacia. La ex Presidenta se encuentra con los suyos, los otros ahora son el espacio a conquistar o reconquistar.
 El recuento que uno hace en la nueva situación señala que la principal candidata en la Provincia de Buenos Aires sigue siendo CFK; pero ahora entre los doce gobernadores, sólo dos muestran afinidad con la expresidenta; ha disminuido ostensiblemente el apoyo entre los muchos intendentes en el país y la presencia es mínima en el Senado y también minoritaria, aunque activa, en Diputados. La influencia en la CGT es mínima, aunque sí se cuenta con la CTA. Pero, no está el Movimiento Evita con su capacidad de movilización (en estas horas hay versiones y contraversiones sobre éxodos en el Evita que habrá que chequear); sí están otros movimientos sociales.
 La partida del gobierno estimuló la disputa en el matrimonio peronismo/kichnerismo que funcionó entre el 2003 al 2015, y cuyo artífice fue Néstor Kirchner. Una prueba anticipada de lo que señalamos es que las elecciones realizadas recientemente en Corrientes, La Rioja y Chaco mostraron que las boletas que indicaban inequívocamente la pertenencia al kirchnerismo tuvieron una performance poco relevante, compitiendo por separado del peronismo, que ganó en dos de los tres distritos.
 Sí vamos al detalle vemos que en LA RIOJA el PJ compitió dividido, a pesar de esto se impuso en las elecciones que abarcaba la renovación de 18 bancas de diputados provinciales, derrotando a Cambiemos. La lista del Frente para la Victoria obtuvo el séptimo lugar con el 2,5%. El peronismo perdió la INTENDENCIA DE CORRIENTES ya que el intendente y candidato Fabián Ríos obtuvo el 46,5% de los votos y el ganador radical dentro de Cambiemos, Tassano, llegó al 50,2%. La candidata del FpV Sonia López consiguió el 3,4%.
 En la PROVINCIA DE CHACO se votaron las PASO, con una significativa caída de la participación electoral, para renovar la mitad de la Cámara de Diputados provinciales. El frente Chaco Merece Más, impulsado por el actual gobernador Domingo Peppo y el intendente de Resistencia Jorge Capitanich, se quedó con el primer lugar con el 50,1% de los votos. A pesar de esto, el Intendente de la capital perdió la elección frente a los candidatos radicales de Cambiemos. El frente electoral peronista que se alzó con el triunfo había sufrido una escisión kirchnerista. Es un sector que proclama líder a Cristina Fernández de Kirchner, y que llevó su foto en la boleta, y se presentó con el sello del Frente Grande; quedó en cuarto lugar con el 3,2% de los sufragios.
 Sería un grueso error interpretar que el nombre de CFK fue o es “piantavotos” en esos distritos, la lectura es otra. El kirchnerismo tiene una única fortaleza y esa es también su debilidad. Si la ex Presidenta hubiera sido candidata en esos distritos obviamente hubiera sido otro el resultado. En doce años no se formaron dirigentes, no se conformó una continuación, una sustitución. No hay institucionalidad en que apoyarse. O sea, que no hay candidatos en la mayoría de los distritos del país, que no pueden defender los votos del kirchnerismo, como sí lo puede hacer su líder. Este carácter excluyente genera en el tiempo una vulnerabilidad extrema. Es paradójico, se cuestiona tanto el régimen demoliberal, y se queda aprisionado por él, al no construir una organicidad permanente.
 Otra cuestión que surgió en estas elecciones adelantadas distritales es que el peronismo de las provincias, independientemente del kirchnerismo, se presenta fragmentado. Eso pone en evidencia la ausencia de conducción en el peronismo.
 En la disputa en la Provincia de Buenos Aires sobre las PASO, teniendo como protagonistas a CFK  y Florencio Randazzo en el ring; en realidad, lo que se está jugando es otra cosa. Las elecciones primarias abiertas y simultáneas, también llamadas primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO), fueron creadas en el 2009 tras la aprobación de la Ley Electoral Nro. 26571. Uno de los motivos no cumplidos de esta norma presentada por el Poder Ejecutivo ha sido la de consolidar a los Partidos Políticos. Los Partidos siguen siendo estructuras en disolución que resucitan sólo en los períodos electorales. Es más; estas PASO bonaerenses para los principales cargos, salvo en el nivel de los consejos deliberantes, va perdiendo sentido.  
Esta crisis de hoy, se funda en dos factores: uno que hay sectores del peronismo que consideran que el kirchnerismo ha llegado al final de su ciclo. Hay muchos dirigentes gremiales, sociales y políticos que coinciden en esto, pero ninguno ejerce un liderazgo sobre una minoría activa como lo hace CFK. Y el peronismo se balcaniza en sus peleas   provinciales. Asoma Urtubey, tal vez De la Sota, como pioneros en la búsqueda de erigirse en jefe del peronismo; y a esa lista quiere agregarse Florencio Randazzo. Tal vez, en el futuro no haya lugar para un conductor único sino para una liga o federación.
 El segundo factor de la crisis que incide es que el kirchnerismo no quiere cambiar nada y se plantea su restauración sin ninguna mediación autocrítica. Esto es lo que significa esta controversia sobre las próximas primarias. Considera que admitir algún error o avanzar hacia un cambio de estrategia sería una demostración de debilidad, ante un adversario que tiene el volumen real o imaginario de un enemigo mortal. Es decir que es una lucha que no tiene resolución política a futuro. ¡A matar o morir!
 El problema de estas líneas es que en pocas horas o días tal vez, puedan producirse acontecimientos que vuelvan obsoletas algunas de las afirmaciones de esta nota. Por lo tanto, las opiniones que van y vienen ocultan el verdadero motivo de la disputa. Obviamente CFK y el kirchnerismo luchan por mantenerse, por sobrevivir y no convertirse en un recuerdo de la política, ni repetir el ciclo vital del menemismo.
 Los cargos que se le atribuyen a la expresidenta son: responsabilidad sobre las derrotas electorales del 2013 y 2015, el apañamiento de sectores juveniles con estilos directivos muy marcados y la provocación de un drenaje significativo de dirigentes, además de la pérdida de influencia política en la clase trabajadora organizada. Esto indica que el liderazgo de Cristina tiene una extensión limitada. Un triunfo sería, sin duda, un espaldarazo en un escenario general no favorable.
 La realidad en estas horas es que probablemente no haya PASO, tampoco en el peronismo, y que Randazzo se vea obligado a jugar por afuera. Por supuesto que siempre está abierta la puerta para regresar al silencio del hogar. Esta sería la segunda prohibición a Randazzo proveniente de Cristina. La primera ya sabemos cuál fue y sus consecuencias; ahí nació la grieta entre los dos. Randazzo tiene ante sí un horizonte que puede ser más cercano o más lejano, más grande o más chico, depende de su voluntad política y definición estratégica. Su experiencia puede precipitarse a tierra una vez que despegó; o tomar vuelo. Parece que los resultados no serán ahora, serán más adelante.
 Para observar cómo se distribuye el poder en la relación peronista/kirchnerista habrá que ver como se asignan candidaturas a nivel de los municipios. Y cómo finalmente juegan los intendentes, por fuera de los que ya tomaron partido. Ya sabemos que en el día de las elecciones se comprueba cómo inciden los jefes comunales, y cuáles son las boletas que apoyan. Por supuesto que si CFK juega es una historia y si no juega es otra.
 No hay duda que Domínguez, y luego Randazzo, tuvieron la característica de ser pioneros en  interpelar a CFK, tras dos períodos completos en que se mantuvo un centralismo muy acentuado. Claro esto, luego está a sujeto al resultado posterior. El que gana es el que tiene razón y el que pierde es porque se equivocó.  !Dura lex sed lex!
 Lo que Randazzo ni los dirigentes que lo acompañan negarán, es su compromiso con doce años de gobierno kirchnerista, por las responsabilidades que asumieron. No es por los logros que se separan o que los separan, es por sus diferencias en cómo construir el futuro. Y quieren apoyarse en una pata del matrimonio que es el peronismo, al cual CFK nunca quiso conducir.
 Un triunfo de la ex Presidenta en octubre mejoraría su situación relativa en relación a las provincias, la CGT y otros sectores. Pero esto no evitaría la competencia que tiene con otros dirigentes peronistas de las provincias; la confirmaría como principal opositora y en camino a su retorno del 2019. Entonces no estaríamos ante una situación terminal del kirchnerismo, sino en la posibilidad de su recuperación. Y esa recuperación supone salir del abroquelamiento que tiene hoy, en el GBA y una porción de CABA, un poco en Sta Fe, y otras presencias, pero mucho menos de lo que tenía.
El panperonismo se mantendrá fraccionado en sus apoyos diversos; una parte se irá con la lista de CFK, otro se irá con Randazzo (si juega) y otra con el FR. La mayoría de los votos que hoy tiene el ex Ministro de Interior y Transporte son más afines a Massa que a CFK; por lo tanto es poco lo que puede afectar al Frente Ciudadano para la Victoria, si Randazzo va por afuera.

No podemos hoy anticipar una victoria o una derrota del kirchnerismo y seguimos sosteniendo que Cristina Fernández es una candidata con límite por su imagen negativa, y ese límite podría romperse si se cumplieran muchas asignaturas pendientes que posee. Falta la campaña electoral y veremos cómo evolucionan los consensos.
 Por supuesto, que la división del peronismo y su conflicto con el kirchnerismo es favorable a las pretensiones electorales de Macri. El reciente ejemplo de la derrota en la Ciudad de Corrientes mostró eso, que la no conjunción entre el FpV y el PJ puede favorecer al adversario. Pero, muchos opinan que si se suma ahora, se pierde después.
 Es decir, que para el grupo de “desobedientes” la cuestión no es una sumatoria, entienden que la afectación al 2019 ya está, y hay que cambiar ahora.
 En definitiva, se ha producido una diferencia estratégica dentro del peronismo/kirchnerismo; esta diferencia que ya se manifiesta de manera más categórica en el interior del país, no tiene relevancia para el gran público por el unitarismo cultural que hace del conglomerado del GBA la nación entera.
 Más allá de las candidaturas, el kirchnerismo debería tomar nota de su estado de situación nacional, y el peronismo debería tomar nota de que si sigue tan fragmentado le dará crédito a la continuidad de Cambiemos, y ese crédito se nutrirá también con peronistas.



*Lic. en Sociología. Dr. en Psicología Social. Profesor Universitario. Titular de R.Rouvier & Asociados.

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