Por Ricardo Rouvier* (para La Tecl@ Eñe)
Buenos Aires, 12 de junio de 2017
El kirchnerismo está perdiendo el control del
peronismo. Varios factores inciden en este fenómeno que viene produciéndose
desde que CFK dejó el gobierno en diciembre del 2015. Es una regla general y
elemental de la democracia que el poder se achica cuando uno deja el gobierno.
Pierde la centralidad ante el horizonte global; y vuelve al llano con una
perspectiva más acotada en su eficacia. La ex Presidenta se encuentra con los
suyos, los otros ahora son el espacio a conquistar o reconquistar.
El
recuento que uno hace en la nueva situación señala que la principal candidata
en la Provincia de Buenos Aires sigue siendo CFK; pero ahora entre los doce gobernadores, sólo dos
muestran afinidad con la expresidenta; ha disminuido ostensiblemente el apoyo
entre los muchos intendentes en el país y la presencia es mínima en el Senado y
también minoritaria, aunque activa, en Diputados. La influencia en la CGT
es mínima, aunque sí se cuenta con la CTA. Pero, no está el Movimiento Evita
con su capacidad de movilización (en estas horas hay versiones y
contraversiones sobre éxodos en el Evita que habrá que chequear); sí están
otros movimientos sociales.
La
partida del gobierno estimuló la disputa en el matrimonio peronismo/kichnerismo
que funcionó entre el 2003 al 2015, y cuyo artífice fue Néstor Kirchner. Una
prueba anticipada de lo que señalamos es que las elecciones realizadas
recientemente en Corrientes, La Rioja y
Chaco mostraron que las boletas que indicaban inequívocamente la
pertenencia al kirchnerismo tuvieron una performance poco relevante,
compitiendo por separado del peronismo, que ganó en dos de los tres distritos.
Sí vamos
al detalle vemos que en LA RIOJA el
PJ compitió dividido, a pesar de esto se impuso en las elecciones que abarcaba
la renovación de 18 bancas de diputados provinciales, derrotando a Cambiemos.
La lista del Frente para la Victoria
obtuvo el séptimo lugar con el 2,5%. El peronismo perdió la INTENDENCIA DE
CORRIENTES ya que el intendente y candidato Fabián Ríos obtuvo el 46,5% de los
votos y el ganador radical dentro de Cambiemos, Tassano, llegó al 50,2%. La candidata del FpV Sonia López consiguió
el 3,4%.
En la PROVINCIA DE CHACO se votaron las PASO,
con una significativa caída de la participación electoral, para renovar la
mitad de la Cámara de Diputados provinciales. El frente Chaco Merece Más,
impulsado por el actual gobernador Domingo Peppo y el intendente de Resistencia
Jorge Capitanich, se quedó con el primer lugar con el 50,1% de los votos. A
pesar de esto, el Intendente de la
capital perdió la elección frente a los candidatos radicales de Cambiemos.
El frente electoral peronista que se alzó con el triunfo había sufrido una
escisión kirchnerista. Es un sector que proclama líder a Cristina Fernández de
Kirchner, y que llevó su foto en la boleta, y se presentó con el sello del Frente Grande; quedó en cuarto lugar con el
3,2% de los sufragios.
Sería un
grueso error interpretar que el nombre de CFK fue o es “piantavotos” en esos
distritos, la lectura es otra. El
kirchnerismo tiene una única fortaleza y esa es también su debilidad. Si la ex
Presidenta hubiera sido candidata en esos distritos obviamente hubiera sido
otro el resultado. En doce años no se formaron dirigentes, no se conformó una
continuación, una sustitución. No hay institucionalidad en que apoyarse. O
sea, que no hay candidatos en la mayoría de los distritos del país, que no
pueden defender los votos del kirchnerismo, como sí lo puede hacer su líder.
Este carácter excluyente genera en el tiempo una vulnerabilidad extrema. Es
paradójico, se cuestiona tanto el régimen demoliberal, y se queda aprisionado
por él, al no construir una organicidad permanente.
Otra cuestión que surgió en estas elecciones
adelantadas distritales es que el peronismo de las provincias,
independientemente del kirchnerismo, se presenta fragmentado. Eso pone en
evidencia la ausencia de conducción en el peronismo.
En la
disputa en la Provincia de Buenos Aires sobre las PASO, teniendo como protagonistas
a CFK y Florencio Randazzo en el ring;
en realidad, lo que se está jugando es otra cosa. Las elecciones primarias
abiertas y simultáneas, también llamadas primarias abiertas simultáneas y
obligatorias (PASO), fueron creadas en el 2009 tras la aprobación de la Ley
Electoral Nro. 26571. Uno de los motivos no cumplidos de esta norma presentada
por el Poder Ejecutivo ha sido la de consolidar a los Partidos Políticos. Los
Partidos siguen siendo estructuras en disolución que resucitan sólo en los
períodos electorales. Es más; estas PASO bonaerenses para los principales
cargos, salvo en el nivel de los consejos deliberantes, va perdiendo
sentido.
Esta crisis de hoy, se funda en dos factores:
uno que hay sectores del peronismo que
consideran que el kirchnerismo ha llegado al final de su ciclo. Hay muchos
dirigentes gremiales, sociales y políticos que coinciden en esto, pero ninguno
ejerce un liderazgo sobre una minoría activa como lo hace CFK. Y el peronismo
se balcaniza en sus peleas provinciales.
Asoma Urtubey, tal vez De la Sota, como pioneros en la búsqueda de erigirse en
jefe del peronismo; y a esa lista quiere agregarse Florencio Randazzo. Tal vez,
en el futuro no haya lugar para un conductor único sino para una liga o
federación.
El segundo factor de la crisis que incide es
que el kirchnerismo no quiere cambiar nada y se plantea su restauración sin
ninguna mediación autocrítica. Esto es lo que significa esta controversia
sobre las próximas primarias. Considera que admitir algún error o avanzar hacia
un cambio de estrategia sería una demostración de debilidad, ante un adversario
que tiene el volumen real o imaginario de un enemigo mortal. Es decir que es
una lucha que no tiene resolución política a futuro. ¡A matar o morir!
El
problema de estas líneas es que en pocas horas o días tal vez, puedan
producirse acontecimientos que vuelvan obsoletas algunas de las afirmaciones de
esta nota. Por lo tanto, las opiniones que van y vienen ocultan el verdadero
motivo de la disputa. Obviamente CFK y el kirchnerismo luchan por mantenerse,
por sobrevivir y no convertirse en un recuerdo de la política, ni repetir el
ciclo vital del menemismo.
Los cargos que se le atribuyen a la
expresidenta son: responsabilidad sobre las derrotas electorales del 2013 y
2015, el apañamiento de sectores juveniles con estilos directivos muy marcados y
la provocación de un drenaje significativo de dirigentes, además de la pérdida
de influencia política en la clase trabajadora organizada. Esto indica que el
liderazgo de Cristina tiene una extensión limitada. Un triunfo sería, sin duda,
un espaldarazo en un escenario general no favorable.
La
realidad en estas horas es que probablemente no haya PASO, tampoco en el
peronismo, y que Randazzo se vea obligado a jugar por afuera. Por supuesto que
siempre está abierta la puerta para regresar al silencio del hogar. Esta sería
la segunda prohibición a Randazzo proveniente de Cristina. La primera ya
sabemos cuál fue y sus consecuencias; ahí nació la grieta entre los dos.
Randazzo tiene ante sí un horizonte que puede ser más cercano o más lejano, más
grande o más chico, depende de su voluntad política y definición estratégica. Su
experiencia puede precipitarse a tierra una vez que despegó; o tomar vuelo.
Parece que los resultados no serán ahora, serán más adelante.
Para
observar cómo se distribuye el poder en la relación peronista/kirchnerista
habrá que ver como se asignan candidaturas a nivel de los municipios. Y cómo
finalmente juegan los intendentes, por fuera de los que ya tomaron partido. Ya
sabemos que en el día de las elecciones se comprueba cómo inciden los jefes
comunales, y cuáles son las boletas que apoyan. Por supuesto que si CFK juega
es una historia y si no juega es otra.
No hay
duda que Domínguez, y luego Randazzo,
tuvieron la característica de ser pioneros en
interpelar a CFK, tras dos períodos completos en que se mantuvo un
centralismo muy acentuado. Claro esto, luego está a sujeto al resultado
posterior. El que gana es el que tiene razón y el que pierde es porque se
equivocó. !Dura lex sed lex!
Lo que
Randazzo ni los dirigentes que lo acompañan negarán, es su compromiso con doce
años de gobierno kirchnerista, por las responsabilidades que asumieron. No es
por los logros que se separan o que los separan, es por sus diferencias en cómo
construir el futuro. Y quieren apoyarse en una pata del matrimonio que es el
peronismo, al cual CFK nunca quiso conducir.
Un
triunfo de la ex Presidenta en octubre mejoraría su situación relativa en
relación a las provincias, la CGT y otros sectores. Pero esto no evitaría la
competencia que tiene con otros dirigentes peronistas de las provincias; la confirmaría como principal opositora y
en camino a su retorno del 2019. Entonces no estaríamos ante una situación
terminal del kirchnerismo, sino en la posibilidad de su recuperación. Y esa
recuperación supone salir del abroquelamiento que tiene hoy, en el GBA y una
porción de CABA, un poco en Sta Fe, y otras presencias, pero mucho menos de lo
que tenía.
El panperonismo se mantendrá fraccionado en sus
apoyos diversos; una parte se irá con la lista de CFK, otro se irá con Randazzo
(si juega) y otra con el FR. La mayoría de los votos que hoy tiene el ex
Ministro de Interior y Transporte son más afines a Massa que a CFK; por lo
tanto es poco lo que puede afectar al Frente Ciudadano para la Victoria, si
Randazzo va por afuera.
No podemos hoy anticipar una victoria o una
derrota del kirchnerismo y seguimos sosteniendo que Cristina Fernández es una
candidata con límite por su imagen negativa, y ese límite podría romperse si se
cumplieran muchas asignaturas pendientes que posee. Falta la campaña electoral
y veremos cómo evolucionan los consensos.
Por supuesto, que la división del peronismo y
su conflicto con el kirchnerismo es favorable a las pretensiones electorales de
Macri. El reciente ejemplo de la derrota en la Ciudad de Corrientes mostró eso,
que la no conjunción entre el FpV y el PJ puede favorecer al adversario. Pero,
muchos opinan que si se suma ahora, se pierde después.
Es
decir, que para el grupo de “desobedientes” la cuestión no es una sumatoria,
entienden que la afectación al 2019 ya está, y hay que cambiar ahora.
En
definitiva, se ha producido una diferencia estratégica dentro del
peronismo/kirchnerismo; esta diferencia que ya se manifiesta de manera más
categórica en el interior del país, no tiene relevancia para el gran público
por el unitarismo cultural que hace del conglomerado del GBA la nación entera.
Más allá
de las candidaturas, el kirchnerismo debería tomar nota de su estado de
situación nacional, y el peronismo debería tomar nota de que si sigue tan
fragmentado le dará crédito a la continuidad de Cambiemos, y ese crédito se
nutrirá también con peronistas.
*Lic. en Sociología. Dr. en Psicología Social.
Profesor Universitario. Titular de R.Rouvier & Asociados.