Iciar Recalde, agosto 2017
Algunas reflexiones generales
para PENSAR en términos colectivos NO para que me puteen con la perorata de
siempre: abstenerse de palabritas groseras y agresiones varias y putear en su
muro. Bienvenida la discusión, la agresión al tacho.
Dicho esto. Perdimos 2013,
2015 y CAMBIEMOS marcha, de lo que hasta no hace mucho fuese un Partido
vecinal, a constituirse como primera fuerza nacional en octubre próximo.
En estas PASO nos fue mal.
Perdimos provincias que por décadas eran nuestras. Replicamos bochorno en
Córdoba y CABA, perdimos Mendoza y empatamos o ganamos por cifras muy pequeñas
en el distrito que supone debería darnos la diferencia a nivel nacional. La tan
mentada madre de todas las batallas… acá me quedo.
Y digo: asusta el nivel de voluntarismo
y negación de la realidad en la discusión política bonaerense: el debate está
centrado únicamente en la burdísima estrategia de manipulación en la secuencia
temporal de carga de votos de Cambiemos (cargaron con celeridad los distritos
que le eran favorables y con notable modorra aquellos donde los números no lo
eran). Esto fue claro y se replicó en todos lados. No obstante, NUESTRO
RESULTADO ELECTORAL FUE PÉSIMO y a ese nadie se le anima: Cristina sacó menos
votos que Aníbal Fernández en 2015 (37%). La menor cantidad de votos del 2003 a
esta parte (exceptuando la de Néstor en la interna abierta Menem y Rodríguez
Saa). Breve recordatorio: 2003 (Solá gobernador) 43%; 2005 (Balestrini
diputado) 42%; 2005 (Cristina senadora) 45%; 2007 (Cristina presidenta) 46%;
2007 (Scioli gobernador 48%); 2009 (De Narváez diputado) 35%; 2011 (Scioli
gobernador) 55%; 2011 (Cristina presidenta) 56%; 2013 (Massa diputado) 44%;
2015 (Vidal gobernadora) 39%; 2015 (Scioli presidente) 37%
Lamentablemente, esta nueva
derrota parece tener los mismos efectos que las anteriores: un endurecimiento
de las posiciones del derrotado con dosis medio ezquizo de negacionismo. Se
dice ganamos, cuando perdimos. Y búsqueda de culpables siempre fuera de la
propia estrategia que viene cosechando derrota tras la derrota: Randazzo,
Massa, el Evita, los traidores, los gobernadores…
Cosa de locos: si no se le
gana abiertamente a Macri tras dos años de ajustes brutales en Buenos Aires,
¿de veras creemos que podemos aspirar a ganar una presidencial en 2019 con las
mismas estrategias que nos hacen perder?
Lo de siempre: si las
conducciones de los distintos pedazos peronistas no se juntan, incluida la
centralidad de la CGT y los movimientos sociales, caminamos hacia un proyecto
de disolución nacional trágico para la Argentina. Es necesario reorganizar al
peronismo para 2019, que continúa siendo la única fuerza capaz de interpretar
los grandes desafíos de un mundo muy pero complicado. Eso implicará además de
comenzar a preguntarnos quién estará en condiciones de conducir un Proyecto de
emancipación para lo que sigue y menos de mandar una parcialidad que no
alcanza, seguir afirmando que sin Unidad no vamos ni a la esquina... pd. aclaro
que lo dicho no es contra CFK ni contra nadie (porque siempre se lee el ataque
a los nombres propios, siempre es más fácil ese camino que el de primero la
Patria, ¿cómo seguía? completenló antes de emitir juicios y prejuicios), sino a
favor de mi país y de mi pueblo y acompañaré, como lo hice siempre, a la opción
que los encarne y los represente tenga el nombre que tenga