"Con el Peronismo no
alcanza,
Sin el Peronismo no se
puede"
Néstor Kirchner (un grande de
verdad)
Como un hermoso jarrón chino
-ese objeto valioso y preciado por toda la familia, al que nadie le encuentra
el lugar adecuado-, nuestra conducción atraviesa al Peronismo… que no la
atraviesa.
Nuevas construcciones (el
mismo perro con diferente collar); uniones de similares características que
partiduchos liberales acotados desde Juan Perón al rol de herramientas
electorales, alianzas policromáticas; armados horizontales que, sin embargo,
tienden a orbitar en torno a la estrella de un sistema político-planetario que
se obsesiona en juntar asteroides, cometas que pierden su brillo, cuerpos
celestes varios, pero ninguno con la densidad adecuada, casi todos fugaces,
absolutamente pasajeros.
Estos "espacios
políticos/partiduchos" no tienen la densidad ni la carnadura y textura del
Movimiento Nacional. ¿Será que el Peronismo no ha sido invitado a esta cita?
¿Qué digo invitado? Ha sido, más bien, des-invitado y aunque el "nuevo
espacio" (creado o por crear) contenga algunos nombres respetables y
muchos militantes que vibran con las mismas consignas que voceaba el pueblo
peronista en el ´45 o la gloriosa JP en los cercano/lejanos ´70s… no es el
Peronismo. No respeta ni sostiene el valor constitutivo de la Lealtad. No
contiene el rigor del Luche y Vuelve. Nadie, ahí dentro, daría "la vida
por Perón", ni por los peronistas. Y si bien es cierto, como decía Néstor,
que "Con el Peronismo no alcanza", es más cierto como cerraba él
aquella frase: "Sin el Peronismo no se puede".
Y no. No se puede. Aunque
decidan una campaña light y amateur para evitar que se recuerde a la
"Vieja Cristina", hacedora de tanto, mientras la "Nueva
Cristina" habla de los logros de sus dos gobiernos; y aunque se limpie el
horizonte de "dirigentes estigmatizados", dirigentes que se han roto
el alma en nombre del Proyecto (por favor no me incluyan en esta calificación),
aunque te pidan que no vayan a los actos, no integres las listas, no juegues…
No se puede.
No se puede hacer campaña con
el culo en la mano. No se puede ser socio de un club que no te quiere como un
socio más, aunque pagues rigurosamente la cuota que, además no es barata. No se
puede "parecerse" al enemigo utilizando hasta su terminología, sin
pagar consecuencias. No se puede "ignorar" el fuego amigo y
disfrazarlo de vehemencia. No se puede "aceptar o perdonar" las
peores agachadas de mierda en nombre de la Unidad y la Concordia.
Y no importa si te soplan en
la oreja algunas consignas pensadas por especialistas ecuatorianos, portugueses
o de la Conchinchina. El Peronismo tiene lógicas que la teoría de la
comunicación política mundial no entiende. Es imposible recuperar con las redes
lo que se ha perdido en la calle. Qué se le va a hacer. Todos hemos cometido
errores. El tema es no defenderlos como si fuesen una herencia.
Por lo demás, es innegable el
ataque cotidiano de los medios, la (in)Justicia, las Corporaciones. Como es
innegable que, como dicen por ahí, están llevando a cabo una
"cacería". Pero las piezas de caza apreciadas en este coto, son bien
definidas y casi todas sufren la desprotección de la manada. Distinto de lo que
predicaba Juan Perón cuando nos avisaba que "La unidad nos da la fuerza,
la solidaridad la cohesión."
Puede ser que la Lealtad ya no
"garpe" electoralmente. Pero (y perdón por agarrarme de Juan Perón
con tanta fuerza), "Hay dos clases de lealtades: la que nace del corazón
que es la que más vale y la de los que son leales cuando no les conviene ser
desleales". Hoy hay leales que están presos por leales y traidores que no
sólo gozan de las mieles de su entrega, sino que cada tanto son convocados por
el "nuevo espacio" para ver si vuelven al redil, o si negocian, o si
dialogan, o si articulan o si… coso.
Hace 72 años que, los de
afuera (que son de palo) nos auguran "el fin del peronismo". Eso
quisieran porque lo que nos pasa hoy nos pasó alguna otra vez y siempre,
siempre, fue el Pueblo peronista, su lealtad, su solidaridad, lo que sacó al
país adelante. ¿Tenés alguna duda que volverá a suceder lo mismo con el
Peronismo?
No soy ni agorero ni un
traidor… Solo desprecio esta pretendida construcción (berreta) que lejos de
parecerse a un frente compuesto por fuerzas de distintos palos, se asemeja más
a quienes desde la impotencia, como les pasa a los nenitos, han intentado
hacernos desaparecer y sin embargo, día a día nos multiplicamos. ¿Sin el
Peronismo?… hummm, no. ¿Sabés que no?