viernes, 31 de marzo de 2017

El reposicionamento reciente de Brasil y la integración regional

Marcio Pochmann


La asunción del gobierno de Michel Temer ha significado el abandono desde el año 2016 de una amplia coalición de clases sociales, a favor de la opción clasista de los adinerados y la puesta en marcha de reformas institucionales que desarman el patrón de políticas públicas que confomaron la transición desde la dictadura militar. El ataque a la Constitución Federal de 1988 reposiciona a Brasil interna y externamente en relación a tres aspectos principales:
Por un lado, la realineación con el viejo centro de la dinámica global es la que ha conducido a la pérdida de soberanía nacional. Desde la puesta en marcha del Mercosur, sin embargo, ya desde la segunda mitad de la década de 1980, cuando Brasil y Argentina pusieron fin a la polarización presente entre ambos países durante mucho tiempo, la relación entre Brasil y los Estados Unidos comenzó a verificar cambios significativos. Aunque estos no se produjeron en forma permanente, incluyendo retrocesos en los gobiernos neoliberales de Collor de Mello y Fernando Henrique Cardoso, los cambios más sustanciales se llevaron a cabo en los años 2000, con reafirmación de la soberanía nacional.
La política exterior llevada adelante por los gobiernos liderados por el Partido de los Trabajadores volvió a colocar a Brasil en una base menos pasiva y subordinada al viejo centro dinámico del capitalismo global. De allí, la centralidad de las relaciones Sur-Sur, la promoción de Unasur, las articulaciones de los BRICS con otros países de América del Sur, la política de contenido nacional y de apoyo a la internacionalización de las grandes empresas brasileñas, el nuevo sistema de defensa fuera de la esfera de Estados Unidos fueros decisivos, entre otros, para enfrentar la segunda ola de la globalización capitalista.
Este redireccionamiento no contó -como era de esperar- con el apoyo de Estados Unidos. En cierta forma, y debiendo ello considerarse con las necesarias diferencias, Brasil volvió a conectarse con las experiencias de crisis en el centro de la dinámica del capitalismo mundial, tales como las que se produjeron en los años 1880 (Inglaterra) y 1930 (Estados Unidos), para andar su propio camino.

Las fuerzas internas del golpismo de Estado desde 2016 no parecen encontrarse solas. Por el contrario, y sin oposición de Estados Unidos, las reformas del gobierno Temer se alinean en forma pasiva y subordinada a las fuerzas externas presentes en la actual ola de globalización capitalista.
De allí, la rápida desarticulación de la orgullosa y activa política exterior anterior. El reacercamiento a los Estados Unidos conduce al abandono del Mercosur y las articulaciones sudamericanas con los BRICS, así como a la defensa mercantilista de los acuerdos de libre comercio promoviendo una pauta reprimarizadora de las exportaciones y de pérdida de relevancia o secundarización de las manufacturas.
Con la misma tónica, fueron abandonadas las políticas tanto de defensa nacional como la de promoción de la internacionalización de las grandes empresas brasileñas con el apoyo de BNDES (Banco Nacional de Desarrollo). Acompaña en cierto sentido, el movimiento impulsado por la “Operación Lava a Jato” que ha llevado a la destrucción de empresas brasileñas internacionalizadas, entre otros sectores, en la construcción, el petróleo y el gas, la construcción naval.
Además de la privatización impulsada de lo que queda del parque industrial nacional, se ha incorporado también la liberalización de la venta de las tierras a extranjeros. De tal forma, también actividades económicas exitosas como las de los agronegocios en tierras tropicales han pasado a ser expuestas al capital monopolista de grandes corporaciones transnacionales.
En el camino de las cadenas de valor globales, el gobierno Temer derrocha toda posibilidad de defensa de los intereses y de la soberanía nacional, a excepción de aquellos pasibles de incorporarse a la segunda ola de la globalización capitalista. En este sentido, la entrega que está en curso de los recursos naturales y la promoción de la exportación de productos primarios parece un retorno a la época colonial, impulsando a convertir los activos públicos en sustento de un largo ciclo de las ganancias de la financiarización de la riqueza.
Por otro lado, la estructuración de una nueva hegemonía política interna permitió el retorno a las reformas neoliberales y el aplastamiento de la nación federal. (….) Al contrario de lo sucedido en Brasil aceptando pasivamente el programa liberal en la década de 1990, otras naciones han utilizado hasta la ola de globalización –que no significó la uniformización del mundo -para hacer valer soberanamente todos sus intereses nacionales. Un ejemplo de esto ocurrió en Asia, especialmente en China, cuya defensa de la política nacional le permitió llevar adelante reformas liberalizadoras que le hicieron posible avanzar en la industrialización y modernización de su economía y la sociedad.
En cierto modo, la experiencia de los gobiernos dirigidos por el Partido de los Trabajadores en la década de 2000 buscaron, aun sin negar la existencia de la segunda ola de la globalización capitalista, una conducción propia de las políticas económicas y sociales nacionales. La unión de una base social heterogénea formada principalmente por los estratos de la sociedad perdedores del neoliberalismo fue suficiente para establecer políticas sociales inclusivas y económicas de crecimiento.
Mientras el país pudo sacar provecho de los vientos favorables de la globalización, la mayoría política se negó al regreso del programa neoliberal. De tal forma, los gobiernos encabezados por el PT pudieron lograr cuatro victorias electorales sucesivas, a pesar de una oposición neoliberal minoritaria y fragmentariamente articulada en torno a alianzas políticas internas y externas.
Desde la gran crisis que se inició en 2008, la globalización capitalista ha mostrado cambios significativos en relación al comportamiento que se había observado desde la década de 1980. Por una parte, a pesar del bajo dinamismo económico de todos los países, el comercio exterior pasó a expandirse a una tasa menor que el PBI mundial (estimándose para 2016 un crecimiento del 1,7% del comercio mundial en comparación con un 3,1% de crecimiento del PBI) y una disminución de la significación de la internacionalización de las finanzas (cayó del 20,6% del PIB mundial en 2007 a 2,6% en 2015), mientras que la presencia de importados en la producción importada de diversos países se redujo (del 71% al 65% en China y del 44% a 38% en Estados Unidos entre 2007 y 2015).
Por otro lado, se ha verificado el apoyo creciente en muchos países, especialmente los del centro dinámico global, para el regreso de las políticas proteccionistas y la expansión de los gastos militares. La desarticulación de la Unión Europea, tal como lo demuestra tanto la victoria del Brexit inglés como el ascenso de las fuerzas nacionalistas, se ha sumado el triunfo electoral de Trump en los Estados Unidos con un programa económico y militar distinto al llevado adelante hasta entonces por republicanos (Reagan, Bush padre e hijo) y demócratas (Clinton y Obama).
 (…) Resulta claro que del dinamismo económico que se observó durante el ciclo político de la denominada Nueva República estuvo basado en el proceso de industrialización nacional. Por ejemplo, en el período 1985-2015, la economía nacional creció sólo un 2,9% en promedio anual, mientras que en el período de la industrialización que se produjo entre los años 1930 y 1970, el producto interno bruto registró un crecimiento promedio anual de 6,5%. En tanto, la participación de Brasil en el producto mundial que alcanzó el 4% en 1985, disminuyó al 2,9% en 2015. Incluso con un menor dinamismo económico, la carga tributaria bruta del Estado brasileño aumentó en el mismo período del 24,1% al 32,7%, lo que representa un incremento acumulado del 35,7% o del 1% como promedio anual.
La carga tributaria tuvo un mayor crecimiento para los segmentos de la población de ingreso intermedio, tales como la clase media asalariada y los trabajadores organizados. (…)
Además de la mayor presión fiscal para sectores sociales bajos y medios de la población, la distribución de los fondos recaudados por el Estado durante el ciclo político de la Nueva República fueron dirigidos principalmente hacia dos sectores. Por un lado, el más alto de la pirámide distributiva que se benefició por las ganancias en el mercado financiero por el aumento de los gastos de la deuda pública, pasando de un equivalente al 1,8% del PBI por año al final de la dictadura militar a un 8% del PBI anual entre los años 1990 y 2000.
Por otra parte, la base de la pirámide social fue beneficiada por las políticas universales de acceso a la educación básica, la salud pública y otros programas de transferencia de ingresos. Entre 1985 y 2014, por ejemplo, el gasto social en el país aumentó del 13,5% al 22,5% del PIB, como resultado del proceso de inclusión social, siendo en particular de mayor significación para los sectores más vulnerables de la población en los años 2000.
(…) Ante la creciente dificultad para elevar la presión fiscal en un marco de bajo dinamismo económico, sobre todo a partir de la recesión que comenzó en 2015, la presión sobre el gasto público aumentó considerablemente, con excepción de los sectores más ricos. En función de ello, la opción clasista de Temer fue la de reducir el gasto público destinado a la base de la pirámide social, lo que le permitió tener a disposición una proporción asegurada de recursos públicos para atender los gastos financieros.

Las reformas neoliberales impulsadas actualmente tratan de proporcionar las condiciones de una dinámica para la acumulación de capital para los próximos 20 años, sostenida en gran medida, por transferencias del Estado brasileño hacia gastos financieros. Esto ha sido posible incluso en un marco de bajo dinamismo económico a través del recorte del gasto público no financiero, especialmente los costos de personal y los sociales, y también la inversión pública, y la expansión de los ingresos procedentes de la privatizaciones y concesiones del Estado.


jueves, 30 de marzo de 2017

La tensión simulación – disimulación en política

                 

                                                                                            Alberto Buela (*)

Una de las consecuencias políticas más notorias de la segunda guerra mundial (1939-1945) fue la instalación de la simulación en todos los órdenes de la acción y pensamiento político. Así, el compromiso político es un compromiso que no compromete a quien lo formula. Se promete a diestra y siniestra pero si no se cumplen las promesas de campaña el agente político no se siente afectado, ni será sancionado por ningún mecanismo jurídico.
El simulacro se instaló en todos los dominios de la acción y el pensamiento político, que va desde el último delegado municipal del pueblito perdido en el horizonte hasta el presidente del gobierno. Dedicarse a la política es el desideratum de todos aquellos que desean vivir cómodamente y sin trabajar. La política, la más noble de las ciencias[1] como arquitectónica de la sociedad ha sido desnaturalizada en su esencia. El simulacro es hoy su corazón y razón de ser y existir. Millonarios, ladrones manifiestos, corruptos de todo pelaje, afirman y se arrogan la representación del pueblo, cuando en realidad manipulan a ese pueblo que no les interesa, salvo para el ritual del voto.

Esto del simulacro en política ha sido estudiado por varios y destacados filósofos contemporáneos que vale la pena leer: Ciorán, Baudrillard, de Benoist, Polo, Sloterdijk, Cacciari, Boutang, Debord, Lasch et alii.
La paradoja consiste en que este simulacro se ha transformado en eficaz cuanto más falaz es. Es por ello que el simulacro va transformado al mundo y no la virtud, o la revolución (término dejado ya de lado), o las convicciones (hoy la militancia política es solo la rentada).

Lo que recuerda la Fábula de las abejas de Bernard Mandeville (1670-1733) que lleva por subtítulo vicios privados-beneficios públicos, donde se sostiene que no es el sistema de valores positivos ni la moralidad de una sociedad la que la hace cambiar y progresar, sino más bien, su inmoralidad, sus vicios y el desorden de sus propios valores.

El simulacro termina invirtiendo la idea política fundante, al menos de Occidente. Esto es, que las sociedades humanas se desarrollan a partir del esfuerzo virtuoso de sus miembros, ya sean algunos o todos.
En el mundo se pueden contar por miles de millones los enemigos de la simulación y del simulacro pero eso parece que no lo afecta, pues los simuladores, esto es, el núcleo aglutinado que lleva a cabo la actividad política mundial solo tiene en cuenta como sus enemigos a los disimuladores por antonomasia: el terrorismo, el narcotráfico y las bandas criminales. Estos son los tres grandes negadores del simulacro en política. Si la acción política es siempre pública, pues no existe la acción política privada salvo la de las logias, el terrorismo, el narcotráfico y las bandas criminales actúan matando públicamente. Este es el gran mentís al simulacro político: “nosotros somos los verdaderos dueños de la vida pues matamos como queremos y cuando queremos”, Uds. esto no lo pueden hacer, ni siquiera contra nosotros”.
Con lo cual estamos viviendo en una sociedad indefensa y el tema de la seguridad personal y de la propiedad se va constituyendo lentamente en la primera preocupación ciudadana.

Hoy hacer política desde el campo nacional es situarse allende el simulacro y el disimulacro. Y para ello hay que levantar los valores de la nación (una de las buenas ideas de la modernidad), de los derechos de los pueblos (contra la globalización), de la identidad (contra la homogeneización cultural).

Tres banderas y nada más que tres banderas (nación, derecho de los pueblos e identidad) son suficientes para edificar un discurso político alternativo al pensamiento de la simulación y a la brutalidad de los disimuladores (terrorismo, narcotráfico y bandas criminales).



[1] Se aplica a todo hombre que no llega a ser ni filósofo ni místico.

martes, 28 de marzo de 2017

UN PROYECTO DE VIDA

Por José Luis Di Lorenzo*


El enemigo del antiproyecto, lo que necesariamente debe destruir, no será la subversión ni el comunismo, ni tal o cual ideología o partido, ni el sistema democrático como tal, sino aquello que es lo diametralmente opuesto a la especulación, esto es, el trabajo.

El golpe de estado que usurpó el poder en marzo de 1976 constituye (simbólicamente) el aniquilamiento del Proyecto de la Justicia Social, iniciado en 1945 por Juan Domingo Perón, a manos del Proyecto de Sumisión Incondicionada al Norte Imperial, al que denominaremos en adelante el antiproyecto. Su preparación e instalación se concreta con el decisivo apoyo de los medios concentrados de comunicación, una constante en todos los golpes de estado. Se maquilla bajo la doctrina de la seguridad nacional para en nombre del "ser nacional" derrotar militarmente a la "subversión" para imponer el antiproyecto e ingresar triunfalmente al primer mundo "su explicitado objetivo "económico".
En la Argentina contemporánea no hubo otra subversión que la de los que bombardearon la Plaza de Mayo, la de los golpistas militares y civiles, la de los fusiladores del 56 y la de los gobiernos de facto incluyendo en la lista a los civiles viciados de ilegitimidad, por la proscripción del peronismo.
El pilar comunicacional del antiproyecto, a través de los diarios Clarín y La Nación, iniciaron el camino de justificación del golpe militar, denunciando que la Ley de Contrato de Trabajo aprobada en 1974 constituía la "sovietización" del país.
El enemigo del antiproyecto, lo que necesariamente debe destruir, no será la subversión ni el comunismo, ni tal o cual ideología o partido, ni el sistema democrático como tal, sino aquello que es lo diametralmente opuesto a la especulación, esto es, el trabajo.
Esta destrucción se articula en dos momentos, el "militar" y el "democrático".
El sujeto social a eliminar en esta etapa será el trabajo y el trabajador, en tanto el sujeto social emergente es el consumidor, categoría constitucionalmente institucionalizada en el momento "democrático" por la Reforma Constitucional del año 1994.
"El trabajo y la conciencia de la muerte - enseña el filósofo Armando Poratti - son las dos notas antropológicas últimas". "La destrucción del trabajador da como resultados, por un lado, grandes sectores marginados y sumergidos, literalmente "desaparecidos" de la superficie social (y en esto, equivalentes masivos de nuestros desaparecidos por la violencia), y por el otro, los sectores cuya presencia y permanencia en la superficie está marcada no por su capacidad de producir, sino por su mayor o menor capacidad de consumo. Es de notar que los sectores marginales también consumen, y el consumo se convierte así, en esta concepción, en la única marca antropológica, identificatoria del tipo de humanidad que implantan las fuerzas que actúan por detrás del antiproyecto".
El objetivo del antiproyecto fue la entrega incondicional de la Argentina al orden financiero internacional, lo que transita varias etapas, la de la "patria financiera" de Martínez de Hoz, la de la "patria contratista" durante la presidencia de Raúl Alfonsín y la de la "patria privatizadora" durante la presidencia de Carlos Menem y hasta el saqueo desembozado perpetrado durante el gobierno de la Alianza.
Un punto de inflexión se produce cuando tras cacerolazos y la rebelión popular que catapultan la renuncia del Presidente De la Rúa, la declaración de default durante la semana de Rodríguez Sáa, la salida de la convertibilidad (cuasi dolarización de la economía) llevada a cabo por Duhalde, se cierra un ciclo que culmina con el despegue del FMI que consuma el gobierno de Néstor Kirchner. Momento en que se abre un nuevo tiempo político y nuevamente un modelo nacional comienza a andar su camino. La implementación, en sentido amplio, de una política de estado en materia de Derechos Humanos impidiendo la impunidad de los genocidas e impulsando la reactivación industrial, laboral, y acumulando reservas.
La magnitud de la destrucción que llevó adelante el antiproyecto tanto en su momento militar como en el “democrático”, impuso obstáculos gigantescos para lograr revertir plenamente las consecuencias de sus casi 30 años de permanencia.
El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner le asestó duros golpes al pilar comunicacional y al pilar financiero al lograr que el Congreso aprobara la Ley de Medios de Comunicación Audiovisual y la de eliminación de las AFJP, que puso fin al saqueo de los recursos sociales perpetrado por el sector bancario.
Una combinación de factores que recién comienzan a ser analizados con la seriedad y profundidad que merecen, abrieron el camino para una derrota electoral que reinstala el regreso a  la etapa fundacional del antiproyecto, ahora a cargo Mauricio Macri a la cabeza de un gobierno de CEO´s, cuyo objetivo se centra en desorganizar las estructuras económicas, destruir la industria, desmantelar la organización sindical, sustituir la producción por la especulación, y favorecer la concentración de la riqueza en cada vez menos manos.
En el día nacional de la Memoria, la Verdad y la Justicia nuestro homenaje a los 30.000 compañeros desaparecidos, no puede ser otro que reafirmar nuestro compromiso con la patria con la que soñaron ellos y soñamos nosotros, defender  y acompañar hoy más que nunca a las Madres y a las Abuelas de Plaza de Mayo por su inclaudicable y ejemplar espíritu de lucha, en favor de la vigencia plena de los Derechos Humanos, y dar batalla sin fin al antiproyecto de Nación, que hoy enajena el concepto de soberanía nacional,  hace jirones la bandera de la justicia social y a la independencia económica la canjea por sumisión, sometimiento y endeudamiento. El mejor tributo es construir un gran ámbito de coincidencias que nos una en los contenidos de un modelo de país que convertido en proyecto común nos lleve nuevamente al camino de la liberación. El antiproyecto es un proyecto de no país, un proyecto de muerte, el camino a recuperar es el de un proyecto de vida en el que la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria sean una realidad efectiva.

* Comunidad Umbral

23 y 24 de marzo. Días para no olvidar.

Por Omar Dalponte

Una vez recuperada la democracia por obra de las luchas populares, un grupo de compañeras y compañeros nos reuníamos cada 24 de marzo en la querida Plaza Sarmiento de nuestro Lanús. En principio no superábamos el número de quince o veinte. Con el correr del tiempo fuimos siendo más y fuimos creciendo con el aporte de organizaciones sociales y políticas del campo popular. Generalmente las voces de Elisa Semino, Hugo Durán, Viviana Losada, Roberto “Robi” Baradel y alguna vez nuestras propias voces y las voces de otras compañeras y de otros compañeros expresaron su repudio a la dictadura cívico militar que asoló a la Argentina entre 1976 y 1983.
A partir de 2007, en que el compañero Darío Díaz Pérez asumió la intendencia de nuestro distrito crecimos en número y en marzo de 2008 pudimos organizar una marcha aceptablemente numerosa por 9 de Julio, calle central de nuestra ciudad. Así fuimos siendo más y más año tras año.
Ahora, en este 23 de marzo de 2017 la concentración popular y marcha hacia el Parque de la Memoria, ubicado en Lanús Este, fuimos miles. Cada organización con sus banderas, cada compañera y cada compañero con su espíritu de lucha enriquecido y con vocación de unidad recordamos y homenajeamos a las víctimas lanusenses de la dictadura. Casi trescientas familias fueron mutiladas por aquellos asesinos. Al atardecer de este 23 de marzo, mientras el sol de principios de otoño se ocultaba, un sol más grande y más luminoso brilló por nuestras calles en este pedazo de sur. Un sol mucho más grande iluminó nuestras almas y todas y todos, abrazándonos y calentando nuestras gargantas dimos un presente a toda voz, con la mirada puesta en el horizonte del país justo, libre y soberano que seguramente construiremos en un futuro no muy lejano.
Al día siguiente, la concentración y marcha hacia la Plaza de Mayo por la Memoria y en repudio a la dictadura militar y sus crímenes fue - para nosotros, de asistencia perfecta en las realizadas desde 1984 hasta hoy- probablemente la más numerosa. En un lapso de veinte días las calles de Buenos Aires y de otros lugares de nuestro país se llenaron de pueblo en un clima de alto voltaje político. Millones de personas, verdaderas mareas humanas, expresaron a viva voz su repudio a las políticas neoliberales y su decisión inquebrantable de no retornar a épocas de oprobio.
País extraño la Argentina. Cuando uno participa en semejantes movimientos de masas, y siente a flor de piel el fervor popular, observa los gestos, oye los cantos de las multitudes, ve marchar a peronistas, radicales yrigoyenistas, sindicatos, expresiones de izquierda comunistas y trotskistas, organizaciones de derechos humanos, artistas y personas sueltas que por propia voluntad se suman a justos e importantes reclamos, le duele observar cómo somos capaces de unirnos en las protestas e incapaces de hacerlo en las propuestas, orgánicamente, y de agruparnos en una fuerza electoral que sería invencible si nos pusiéramos de acuerdo por sobre los intereses individuales o de grupo.
Estamos recuperando el control de las calles y eso es bueno. Hay voluntad para producir movilizaciones masivas y esto es un dato muy positivo. Pero hay que tener muy en claro que si los miles y miles de manifestantes no encontramos la manera de organizarnos en un gran frente electoral, cuando llegue la hora de definir en las urnas el destino del país nos quedaremos sin el pan y sin la torta que, como ya ocurrió, pasarán a la mesa de los sectores privilegiados. Más de un millón de personas que salieron a reclamar en cada una de las concentraciones efectuadas recientemente a lo largo de nuestro territorio, es una cifra importantísima. Pero absolutamente insuficiente para ganar una elección en la cual son necesarios varios millones de votos.
Por tal motivo sostenemos que es indispensable pensar y elaborar un programa de liberación nacional que exprese a las grandes mayorías y que podamos levantar desde un frente amplio que represente integralmente al capo popular. Mientras tanto tenemos que disponernos a trabajar en conjunto en temas centrales como es la defensa de la educación pública estatal y la lucha de los docentes. Si le quiebran el espinazo a los docentes esto impactará en otros gremios y dificultará enormemente a las luchas futuras. No olvidemos que cierta dirigencia sindical, con cualquier excusa se prestaría a taponar las salidas que buscan los trabajadores. Atendiendo la propuesta de impulsar los foros en defensa de la educación, lanzada por la dirigente de CETERA, Sonia Alessio, en su excelente discurso pronunciado en el acto central de la Marcha Federal, se nos presenta una buena ocasión para llevar a cabo la formación de estos organismos en nuestros barrios lanusenses. Foros de defensa de la educación pública estatal en los cuales todas y todos seamos iguales organizando y movilizando a padres de alumnos y a todos aquellos vecinos que estén de acuerdo en que los pibes alcancen la preparación que merecen. Hay que evitar que los hijos de los humildes sean condenados a la ignorancia y a vivir para siempre como ciudadanos de segunda. La propuesta de la formación de foros en defensa de nuestra escuela es una tarea prioritaria a cumplir en este momento histórico en que las consignas deben traducirse en hechos concretos. La organización y la movilización popular son la mejor garantía en el camino hacia la liberación nacional y social de la Patria y ante cada desafío hay que responder con imaginación, coraje y ganas de hacer.

Las actividades de resistencia y contraofensiva democráticas en los barrios ayudan a fortalecer los lazos de solidaridad en la base de nuestro pueblo. Contribuyen también a enriquecer la conciencia política de la gente y a comprender que la solución de los problemas que padecemos no va a llegar de la mano de punteros que solo buscan sacar tajada de la política. Solo el pueblo salvará al pueblo decíamos varias décadas atrás. Y esta afirmación tiene hoy plena vigencia. La fuerza popular volcada en calles y plazas debe convertirse en fuerza electoral arrolladora construida con unidad, solidaridad y vocación nacional. Es hora de realizaciones, de participación efectiva de los trabajadores en la política concreta. Puede ser que, finalmente, sea la hora del pueblo.

Libro “El crimen organizado jaquea al mercosur”

Entrevista a Miguel Barrios (fragmentos)


- ¿Que es la Seguridad? ¿Cual es su significado?
La Seguridad es una condición relativa, se refiere la capacidad de autoprotección desde una persona a la comunidad. . Por lo tanto la seguridad es un concepto estratégico táctico multidimensional que no es absoluto, porque siempre hay riesgos y amenazas.  Esta va,  desde la seguridad personal a la seguridad económica, ambiental, social,jurídica, cultural-educativa, estatal: de la cual se divide la seguridad externa (defensa Nacional) en caso de una agresión externa )y la seguridad pública (lograr el orden público hacia el interior de los estados)
 Las Fuerzas Armadas están a cargo de la defensa Nacional y las fuerzas de seguridad de la seguridad pública. Sin embargo el concepto de seguridad pública está desactualizado, porque brinda todo el poder a las policías para lograr el "orden" (sin precisar que es el orden ) y en la práctica se plasma un autogobierno policial - donde el jefe de policía es poder ejecutivo, legislativo y judicial de la fuerza y un desgobierno político de la seguridad,  donde el Gobernador y el Ministro de Gobierno son practicamente figuras decorativas de una inexistente política de seguridad. Esto tuvo relativo éxito en la medida en que el delito clásico, era la delincuencia ocasional, el abigeato, el hurto, el robo, el homicidio producto de riñas, las quinielas clandestinas y la prostitución exclusivamente de cabotaje. Esta matriz, existe hasta el día de hoy, por políticas ineficientes y empieza a hacer aguas por todos lados . Y éste, es el gran drama de la provincia de Corrientes, pero también de Bs. As., Mendoza o Santa Fe.

-¿Que es el crimen organizado?
En esta respuesta, debemos precisar conceptualmente y estratégicamente tres niveles. Porque el problema es, que existe mucha opinología y existe un enorme déficit de conocimiento de la seguridad en el campo civil, y lo obvio nunca es tan obvio y opinan cualquier cosa.

Primero, afirmamos que la droga es una sustancia psicoactiva que se relaciona con la salud y es  privativo a las personas.

En segundo lugar, el narcotráfico ya significa una organización criminal que distribuye y comercializa drogas y que tiene cinco campos de acción: mercado de producción, mercado de distribución, mercado de consumo, lavados de activos y precursores químicos. El Narcotráfico si logra consolidarse posee las mismas características del Estado: es territorialista (ocupa territorialidad), es monopólico (es decir que a partir del narcotráfico se va generando una policriminalidad que posee veintitres tipos de delitos, desde la trata de personas, a robo de minerales y al delito cibernético entre otros) es coactivo (usa la violencia en su estructura logística cuando es necesario en la búsqueda de territorialidad - sicariato-) y es estable ( o sea tiene sustentabilidad en el tiempo ).

El crimen organizado es el tercer nivel de criminalidad, y sin ninguna duda más que un actor económico, es un actor político económico, porque al contrario de lo que se piensa no es una amenaza externa sino que va ocupando el déficit territorial del Estado y éste, no es un actor impoluto, y por lo tanto se va transformando en un Estado criminal. Esto es imposible sin la complicidad de los sectores políticos, judiciales, policiales y del sistema financiero que blanquea el dinero del crimen organizado, en su 80% en los países centrales.

-¿Y usted que plantea?
En primer lugar, tiene que haber una fuerte convicción de la comunidad, en generar políticas de estado de seguridad. Sin apoyo político, todo es discurso.  Luego, reconocer que la seguridad entendida como "orden público" no ha dado resultados, resultó un fracaso total.  Existe un nuevo concepto, denominado seguridad ciudadana, de la cuál  en la medida en que todas las áreas del Estado junto a la comunidad generen políticas de prevención, de profesionalización policial, de creación de fiscalías específicas, conducen a un gobierno político de la seguridad y evitan el autogobierno policial. Sin embargo, este concepto ha dado resultados en algunas regiones en América Latina, pero habría que profundizar .

Esto significa, que para nosotros, el territorio no es el "entorno" donde se produce el delito -como lo ve la criminalistica-, sino que el territorio es el espacio social territorial donde se produce los sucesos y acontecimientos criminogenos  de inseguridad, o sea de la baja o alta capacidad estatal depende el grado de éxito o debilidad del Estado ante el crimen organizado.

Por ejemplo, vamos al caso de Itatí. Observamos una alta irresponsabilidad de la Ministro Bullrich en encapsular la problemática del crimen organizado a Itati, o sea correntinizar el problema demagógicamente. También vemos, grandes limitaciones conceptuales y políticas en el Gobernador de Corrientes Colombi, en afirmar que todo el problema pasa porque somos limítrofes al Paraguay, que es el productor de marihuana.

Si lo vemos desde la territorialidad, observamos corrupción total en el paso fronterizo, de la fuerzas de seguridad, aduana, gendarme ría, policía, prefectura de ambos lados. Podemos decir que existe un Cartel asentado en Paraguay con ramificaciones y territorialidad en toda la Argentina (SIETE U OCHO PROVINCIAS) con complicidad económica, político, policial-empezando en Corrientes y ampliándose a toda esa territorialidad- y  judicial que desembocaen un mercado de distribución en mas de siete provincias repetimos (un pan de marihuana cuesta u$300 en Corriente, u$1500 en Córdoba y u$2500 en Buenos Aires). Es decir, seriamos demasiados ingenuos si todo reducimos a Itatí y al Paraguay, incluso hasta nos puede deparar un problema internacional, porque estamos acusando a un país del Mercosur . Es de una irresponsabilidad absoluta del gobernador de exportar el problema al Paraguay.

Para terminar, y sabiendo que un reportaje es incompleto, pero agradeciendo la oportunidad que me brindan, propongo, por supuesto sabiendo que soy un simple ciudadano desde el enfoque planteado lo siguiente:

-Ley de financiamiento de las campañas políticas (que no hay en ninguna provincia) y rendición de cuentas quince días después de terminadas las elecciones en forma bancarizada)

-Crear un área de inteligencia fiscal civil, con concursos (luego de cursos exigentes brindados por especialistas internacionales) para e estudio y la verificación de la obra pública, para evitar cartelizaciones.Es preferible invertir que se produzca una sangría cotidiana.

-Que la misma agencia de inteligencia fiscal estudie el funcionamiento de los casinos y de los juegos de azar (ámbitos proclives al lavado de activos).

-Que la unidad de investigación especializada en inteligencia fiscal investigue el patrimonio de los funcionarios.

-Crear en la Universidad del Nordeste la Licenciatura en Seguridad con dos especialidades, Policía preventiva y comunitaria y Policía de investigaciones complejas. Hoy en nuestra policía, no se conoce la metodología de inteligencia en investigaciones complejas excepto el viejo olfato policial.

-Poner en práctica la policía judicial.
-Crear la escuela civil en seguridad, para los funcionarios en seguridad y evitar el gobierno de la "gorra", es decir que las policías gobiernen la "seguridad"

-Que todos los municipios tengan código de nocturnidad. La seguridad municipal es vital y hay que preparar recursos humanos de prevención comunitaria, de centro de asistencia a la adicción, implementar currículo en las escuelas, es decir de convivencia ciudadana. Se habla mucho, pero no se sabe nada del tema en terreno

-Regular la seguridad privada como campo complementario de la seguridad ciudadana
Lo que pasó en itatí es un ataque al Mercosur, y es lo que viene diciendo el Papa Francisco y en última instancia es el dilema de Perón: "Unidos o Dominados" se convirtió en "Narcodemocracias o Estado continental suramericano".


La historia tendrá su respuesta. Si no lo logramos, repiquetearan en nuestros oídos, las advertencias del Libertador Simón Bolívar :"Nunca seremos dichosos, nunca"

Pobreza e indigencia

Jueves 23 de Marzo - INFONEWS

Junto a los datos de los nuevos pobres brindados hace pocos días, el Observatorio de la Deuda Social entregó también un análisis de lo sucedido entre 2003 y 2015.
  
El Observatorio de la Deuda Social Argentina, que depende de la UCA, difundió las nuevas cifras de pobreza e indigencia. Allí se consignaba que entre fines de 2015 y el tercer trimestre de 2016 un millón y medio de personas cayeron bajo la línea de pobreza, mientras que los nuevos indigentes sumaron 600.000.
Pero en un anexo del informe se analiza también lo que sucedió en años anteriores. Según el ODSA-UCA, entonces, hay dos maneras de medir lo que sucedió durante los gobiernos kirchneristas: con la vieja fórmula del Indec o con la nueva modalidad implantada a partir de la llegada de Jorge Todesca.

Por esa razón, hizo dos simulaciones en base a sus datos. Si se toma como base la anterior metodología del Indec, entre 2003 y 2015 la pobreza descendió del 54,3% al 21% y la indigencia del 25,2% al 5%.

Si el cálculo se hace en función del nuevo sistema implementado por la gestión de Cambiemos, entre 2004 y 2015 la pobreza cayó del 57,9% al 30%, mientras que la indigencia pasó del 18,5% al 5,3%. De todos modos, el OSDA-UCA aclara que las canastas del Indec-Todesca están sobrevaloradas.

jueves, 23 de marzo de 2017

¿Existe la PESADA HERENCIA?

Aritz Recalde, marzo 2017

El Presidente de la Nación y su Gabinete se comportan como si estuvieran en campaña electoral. Raramente atienden los problemas que el pueblo les encomendó resolver al momento de ponerlos en el gobierno. Todas las limitaciones de su gestión y los negativos resultados económicos y sociales de sus políticas, son atribuidos a la supuesta PESADA HERENCIA recibida.
Al ser consultado por los inconvenientes de la inflación, la recesión económica o por el aumento de la pobreza, Mauricio Macri acostumbra a reiterar meramente que “hace cinco años que el país no crece”. Suele afirmar taxativamente que los casi 40 % de inflación o la caída del PBI 2,3 % en el año 2016, son el resultado de que “los argentinos decimos la verdad y ya no mentimos”. Su inusitada capacidad para beneficiar a los grupos poderosos (bancos, exportadoras y empresas de servicio) y su evidente dificultad para hacer marchar economía, serían el resultado de la PESADA HERENCIA y de que antes el INDEC mentía y de que ahora dice la verdad.
Paradójicamente y pese al supuesto de la transparencia estadística, el Director del INDEC Jorge Todesca y Mauricio Macri echaron a Graciela Bevacqua. Ésta última era la Directora Técnica del organismo y adquirió notoriedad por que se enfrentó a Guillermo Moreno en el año 2007. Según Todesca, echaron a Bevacqua por el hecho de que la directora suponía estar “en una torre de marfil”. La funcionaria saliente se defendió aduciendo que “no se pueden dar estadísticas creíbles en dos meses”
Dejando de lado si los datos del INDEC que cita Macri deben interpretarse según Todesca o a partir de las limitaciones denunciadas por Bevacqua, nos interesa rescatar algunos datos del Organismo que demuestran que el Presidente miente o que está mal asesorado.

¿El país no creció en los últimos cinco años?
A diferencia del planteo de Macri y según datos oficiales del INDEC dirigido por Jorge Todesca, el PBI de la Argentina creció 2,1 % en el año 2015. El informe que fue presentado por el Director del Organismo no es secreto de Estado y fue difundido por los diarios Página 12 (31-03-16), Clarín (30-03-16) y Ámbito Financiero (30-03-16).
En el último mes de enero el INDEC publicó un relevamiento laboral con información del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). Allí quedó demostrado que en el año 2015 creció el empleo y que la pérdida de puestos de trabajo se inició recién en 2016.


1 trimestre 2015
4 trimestre 2015
1 trimestre 2016
3 trimestre 2016
Puestos de trabajo
6.470.425
6.532.065
6.507.402
6.404.160
INDEC: “Informes Técnicos vol. 1 nº 5 enero 2017”.

¿Existe la pesada herencia?
Néstor Kirchner encontró el país sumergido en la mayor crisis de la historia argentina. En el terreno económico el PBI, la inversión y el consumo cayeron estrepitosamente en el año 2002.
Lejos de las opiniones de Mauricio Macri y luego de diez años de gobierno peronista el PBI y el consumo público se duplicaron y la inversión se cuadriplicó.

 (**)
1993
1998
2002
2013 (*)
PBI a precios de mercado
236.504
288.123
235.236

489.322
Inversión Bruta interna
45.069

60.781

26.533

112.896
Consumo público
31.953

35.249

33.820

66.073
Elaboración propia con datos del INDEC.
(*)  El INDEC publicó el dato como “Estimaciones preliminares” por no disponer información del IV trimestre.
(**) En millones de pesos a precios de 1993.

El histórico proceso de recuperación económica tuvo un efecto directo en la producción de nuevos puestos de trabajo. La sumatoria de desempleados y sub-ocupados en el año 2003 era de 38,1%. En el año 2013 la misma cifra bajó a 15,9 % y si bien siguieron existiendo problemas, en términos históricos se produjo una evidente mejoría.

(*)
2003
2013
Desempleo
20,4

7,9

Sub ocupación
17,7
8
Elaboración propia con datos del INDEC
                                                                              (*) Aglomerados urbanos

Según el INDEC, la indigencia era de 27 % en el año 2003 y en 2013 bajó al 1,4% como resultado de la reactivación económica y de la implementación de políticas de transferencia de ingresos impulsadas desde el sector público (AUH, universalización de las jubilaciones o becas PROGRESAR).

Miente, miente, que algo quedará
Una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad”. Joseph Goebbels

CAMBIEMOS intervino el INDEC y expulsó a Graciela Bevacqua de manera similar a Guillermo Moreno en el año 2007. En lugar de la funcionaria saliente designaron a Fernando Cerro, quien había sido denunciado anteriormente por Alfonso Prat Gay. La actitud de Moreno fue caracterizada como propia de una “patota”. La misma acción realizada por Todesca, fue difundida como un “problema de comunicación”.
Las afirmaciones del Presidente y de sus voceros acerca de que el país no creció y no generó empleo en los últimos cinco años, se contradice con los informes elaborados por Jorge Todesca a quién Mauricio Macri puso de Director del INDEC.  

Es real CAMBIEMOS recibió un país con problemas que son el resultado de la dependencia estructural de la Argentina. Los datos son evidentes y el gobierno anterior con aciertos y con muchas limitaciones, impulsó un ciclo de crecimiento económico y de mejora social que Macri no debería negar, sino que podría retomar como una base y mejorarlo.
CAMBIEMOS encontró un contexto internacional caracterizado por la recesión del principal aliado comercia (Brasil) y por la baja de crecimiento del segundo (China). EUA, Inglaterra y buena parte del mundo está impulsando medidas proteccionistas, dificultando aún más la situación del país.
En este complejo panorama, CAMBIEMOS en lugar de convocar un gobierno de unidad nacional para matizar los males del contexto internacional, se abocó a transferir riquezas a los bancos, las exportadoras de cereales y a las empresas de servicios y las de capital familiar y de los CEOS. Los resultados están a la vista: recesión y caída del PBI, la inflación más alta de los últimos quince años, aumento exponencial de la deuda externa, cierre de empresas y subas del desempleo, la pobreza y la indigencia.

En el primer año CAMBIEMOS se abocó a pagarle a los grupos económicos y aumentó los empleos públicos de sus aliados -en paralelo a la expulsión de agentes estatales de otras orientaciones-. El segundo año y posiblemente por ser electoral, está orientando su política a mantener un ajuste gradual sobre los trabajadores y la PYME nacional. El próximo año ya adelantaron que van a implementar mayores aumentos de tarifas, una nueva apertura de las importaciones y una reducción del aparato del Estado (privatizaciones, expulsión de trabajadores y desarticulación de la capacidad regulatoria de todas las áreas).

De profundizarse la tendencia, el nuevo gobierno que asuma en el año 2019 va a encontrar una verdadera PESADA HERENCIA.








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