Por José Luis Di Lorenzo
San Martín simboliza la
concreción del Proyecto Independentista, nuestro 4º proyecto de país, el de la
libertad compartida; el de independizarse independizando. Proyecto
revolucionario que - sostiene Hugo Chumbita - se puede resumir en el concepto
de emancipación, con el doble significado: liberarse del sometimiento a la
metrópoli y de las formas de opresión inherentes a la sociedad colonial.
Cirigliano afirma y comparto que en el pasado
argentino han existido modelos propuestos y proyectos queridos, tal formulaban,
entre otros, patriotas como Belgrano y
San Martin.
Claramente Manuel Belgrano afirma
lo que considera se debe hacer con el país: "Nadie duda que un Estado que
posea con la mayor perfección el verdadero cultivo de su terreno, en el que las
artes se hallen en manos de hombres industriosos con principios, y en el que el
comercio por consiguiente se haga con fruto y géneros suyos, sea el verdadero
País de la felicidad, pues en él se encontrará la verdadera riqueza, será bien
poblado, y tendrá los medios de subsistencia y aún otros que le servirán de
pura comodidad.”
En tanto San Martín (en forma más
parca) reclama la necesidad de un proyecto cuando afirma: “Es necesario fijar la suerte del país”.
A los efectos de autocentrarnos,
de reconocernos a nosotros mismos, asumiendo nuestra personalidad social, es
necesario rescatar las vigencias y herencia de aquel proyecto de vida.
San Martin y el Proyecto
Independentista nos ha legado:
1. Una conciencia sobre la
prioridad de la independencia, que implica rechazar toda forma de dominación
externa.
2. Las demandas por la igualdad
de derechos de todas las clases y grupos sociales.
3. La educación pública como
instrumento para la capacitación de los ciudadanos.
4. Un ejemplo histórico de
movilización de todos los sectores del pueblo por la causa común.
5. La constitución y el
federalismo como forma de la organización del Estado.
6. La hegemonía de Buenos Aires
en la conducción de la república, respetando la voluntad de los pueblos del
interior.
7. La concepción de la misión de
las fuerzas armadas como defensoras de la soberanía nacional.
8. Una conciencia de solidaridad
con los países sudamericanos del mismo origen.
9. El reconocimiento a los
revolucionarios de 1810 como “padres de la patria”.
10. La figura del gaucho como
símbolo de la identidad, la libertad y la rebeldía popular.
En el proyecto nacional de la
independencia se resumen orientaciones y valores fundamentales que siguen
inspirando la lucha por resolver los dilemas del presente, y que sin duda
servirán de guía para afrontar los del futuro[1].
[1] Tomado de Hugo Chumbita,
Proyecto Nacional de la Independencia, en Proyecto Umbral. Resignificar el
pasado para conquistar el futuro.