La disposición de Washington
de bloquear los pagos en dólares por el petróleo venezolano será un gran golpe
para el país y perjudicará enormemente a sus autoridades. Además, significa que
EEUU ya está ocupándose plenamente de cambiar el poder en este país
latinoamericano, opina el periodista y politólogo ruso Ígor Psheníchnikov.
La presencia de EEUU como la
"tercera parte" del conflicto entre el Gobierno de Nicolás Maduro y
el parlamento opositor "nunca fue un secreto", pero solo con la
intención de impedir los pagos por el crudo, revelada por Reuters, los
estadounidenses marcaron abiertamente su presencia, opina el autor, que trabajó
muchos años en Latinoamérica como corresponsal.
Maduro está dispuesto a
defender a Venezuela con las armas La Asamblea Nacional —parlamento
venezolano—, dominada por la oposición, esencialmente se dedica a bloquear las
actividades del presidente Maduro. Por eso el oficialismo busca convocar la
Asamblea Constituyente, prevista para el 30 de julio: la reforma de la
Constitución actualmente es el único modo para el presidente del país de
imponerse legalmente sobre los opositores, escribe el autor en un artículo para
Sputnik.
Pero la oposición, impulsada
por Washington, tiene la misión directa de "derrocar a Maduro y cambiar
completamente la política de Venezuela", nota Psheníchnikov, "por eso
las autoridades se dan cuenta de que negociar con el Parlamento es imposible".
El antecesor de Maduro, Hugo
Chávez, "puso a Venezuela en un camino anti-estadounidense", lo que
claramente no le cae bien a Washington.
"Los motivos de EEUU
están claros: retomar el control sobre
Venezuela y sus yacimientos petroleros. No necesitan 'una segunda Cuba' en
América Latina, una región que ya demostró tendencias izquierdistas durante
años", profundiza el politólogo.
Más allá del tema de los
hidrocarburos, el caso de Venezuela es
"un castigo ejemplar" ante los ojos de toda Latinoamérica que envía
un mensaje de "mira lo que pasa cuando permiten llegar al poder a gente
como Chávez o Maduro", según el politólogo.
"En la región
[latinoamericana] va debilitándose, aunque paulatinamente, la percepción de
EEUU como 'dueño'. Hoy en día ya no es un hecho dado. Washington dedica sus
esfuerzos para revertir esta tendencia", opinó el periodista.
Uno de los métodos de la
oposición son las provocaciones directas contra los agentes del orden. "La
oposición llama abiertamente a la desobediencia y provoca a las autoridades
mientras las respuestas de ésta última están presentadas como 'actos de
violencia y ataques contra la democracia'", profundiza comparando el
desarrollo de los enfrentamientos callejeros en Venezuela con los sucesos del
2014 en el Maidán de Kiev, en Ucrania.
Al mismo tiempo, según el
analista ruso, EEUU presenta a las autoridades del país como "los chicos
malos" según el mismo guion que fue
empleado contra Sadam Husein en Irak y Muamar Gadafi en Libia, antes de que
estos países fueran atacados directamente, un guion también visto en Siria.
En particular, en América
Latina el 'asalto mediático' goza de la participación de la Organización de
Estados Americanos (OEA), una entidad bajo control de Washington, así como del
Mercosur.
¿Cómo se resolverá el drama?
El periodista y portavoz del
Instituto Ruso de los Estudios Estratégicos (RISS, por sus siglas en inglés)
enumeró tres escenarios posibles para Venezuela.
La dimisión del mandatario. El presidente Maduro, 'asediado' por la
oposición, cede ante la presión mediática internacional y dimite. Tras la
campaña preparatoria de EEUU, esta decisión se consideraría "como algo
natural", opinó Psheníchnikov.
El conflicto civil. El jefe del Estado sigue luchando contra la
oposición mientras la nación se acerca a una guerra civil. Este desarrollo
satisfaría a EEUU, que podría enviar al país a los pacificadores de la OEA
controlada y así sellar el destino de Maduro como líder de Venezuela.
Una invasión directa. No se puede descartar la agresión armada de
EEUU en Venezuela bajo el pretexto de "salvar los valores
democráticos".
"Sin hablar de los
ejemplos más recientes de Libia, Irak, Siria o Yugoslavia, cabe notar que en
cuanto a América Latina, EEUU no le
pregunta a nadie a la hora de cambiar las cosas", recordó el autor citando
las invasiones a Granada en 1983 y a Panamá en 1989.
El 24 de julio, la Embajada de
EEUU en Venezuela lanzó una advertencia hacia sus ciudadanos para que guardaran
reservas de agua y comida para unos tres días con motivo de las manifestaciones
de protesta contra la Asamblea Constituyente, programadas por la oposición la
víspera del 30 de julio, el día de la votación.
"Parece más, no un
comunicado a los estadounidenses, sino una clara señal para los opositores:
'chicos, EEUU conoce sus planes, ¡adelante!'. Raya en contraseña para las
acciones directas", concluyó el periodista internacional.