Leonardo Nardini asumió como
intendente de Malvinas Argentinas tras vencer al histórico Jesús Cariglino. De
origen peronista y del riñón de Alicia Kirchner, durante el último año formó
parte del Grupo Fénix pero nunca ocultó su diálogo con Sergio Massa y Florencio
Randazzo.
¿Cómo están para octubre?
Los intendentes logramos
consolidar un grupo que trabajó primero en pos de lograr la unidad del
peronismo, que no se dio, pero sí logramos conformar un grupo sólido, que hizo
un gran cierre dentro de nuestro espacio. Buscamos generar confianza de cara a
la construcción futura y entendemos que la mejor forma de ayudar es tratar de
ganar en nuestra sección electoral.
Está difícil, va a ser una
elección ajustada. En las PASO terminamos 60 mil votos abajo de Cambiemos. Hay
mucho en juego: si 1País se cae tres puntos en la primera sección no estaría
metiendo ningún legislador provincial. Y nosotros, si ganamos a Cambiemos
aunque sea por un punto, podríamos meter cinco en lugar de tres.
Yo hablo con Sergio, nunca lo
negué. Siempre trabajamos por unir el peronismo. No hablamos de Cristina como
candidata a presidenta, sino de reconfigurar el espacio.
No sé si se equivocó. Creyó
fielmente que era una elección de posicionamiento político. Pensó que la
fórmula con Margarita Stolbizer le generaba una idea de transparencia política
y de diversidad en lo que es el voto independiente. Pero la imagen positiva que
tiene un dirigente no refleja la intención de voto.
El comentario es que a ustedes los intendentes peronistas, los alejó el
acuerdo que hizo con Stolbizer.
Yo hablo con Sergio, nunca lo
negué, le tengo un gran cariño y respeto. Siempre trabajamos para unir al
peronismo y lo vengo sosteniendo de manera consecuente desde el año pasado, por
eso me han tildado de massista, de randazzista, de anticristinista. Nada de eso
era cierto. Planteábamos la necesidad de generar diálogo con dirigentes que en
algún momento formaron parte del 54 por ciento de 2011. Yo decía que teníamos
que encontrar la forma. Ése es el camino: tratar de buscar la forma de
reconfigurar el espacio. No hablamos de Cristina como candidata a presidenta,
sino del peronismo como columna vertebral de un frente más amplio. Ser una
opción superadora a lo que está hoy.
¿Massa debe estar incluido en esta etapa post-octubre?
Totalmente.
Pueden estar los que coincidan
en la idea de dejar de lado el personalismo y entiendan que la unión de fuerzas
es para ponerle un freno a las políticas que viene llevando adelante el
Gobierno, que no están bien. Ellos perdieron volumen político. Por eso el problema
es de la oposición, no de Cambiemos. El problema es no poder juntarnos, que no
nos unan las similitudes y nos gane el vedetismo de la discusión de quién
encabeza una lista a futuro. Eso se tendrá que dirimir en una interna a través
de una discusión seria para ver quién es el que mejor representa los intereses
del colectivo de la gente.
Un proceso que plantea una discusión con el rol de Cristina...
A futuro obviamente va a estar
en discusión. Pero también como dijo Cristina, vamos a hacer todo lo posible
para que el mejor o la mejor represente la oportunidad de que el peronismo como
columna vertebral, vuelva a gobernar la Argentina y la Provincia.
¿Randazzo también debe estar incluido en este proceso?
Sí, también Randazzo. Y a
nivel nacional voy más allá: Urtubey, De la Sota, Schiaretti, Verna. Un montón
de gobernadores que integraron el FpV como herramienta electoral, que fueron
parte del 54 por ciento de Cristina.
La Cámpora es un sector
importante y tiene que ser parte del futuro. Hoy funcionan mucho mejor en la
relación con los otros sectores y se logró un equilibrio. Antes les teníamos
demasiado respeto.
Cristina en su última
entrevista fue clara en ese sentido, al decir que si era un impedimento ella
haría todo lo posible para que el peronismo esté unido y tenga a los mejores
hombres de cara a 2019. En un momento le preguntaron si se autoexcluía y ella
contestó que si era necesario lo haría. Lo dijo ella, no lo digo yo.
Puede ser un espacio válido...
Los frentes electorales son una herramienta que hace comulgar a un montón de
partidos y espacios políticos. Lo mismo pasó con el FpV en el 2005 cuando el PJ
fue por fuera. Mañana podría integrarlo o se puede configurar un frente
distinto, con otro nombre.
Son compañeros que representan
a un sector importante y tienen que ser parte. Un grupo de intendentes nos
juntamos y nos denominaron el "Grupo Fénix". Fuimos parte de esa
discusión: con Cristina, con La Cámpora y con un montón de otros sectores que
son diferentes expresiones de lo que es el peronismo. Un concepto amplio, en la
base de construcción de un espacio que represente a los trabajadores, a los más
humildes.
A la organización de Máximo se la criticaba por falta de debate y algunas
imposiciones políticas. ¿Cómo funciona hoy que comparten un espacio con ellos?
¿Tiene algo que ver en el cambio que hayan perdido esos cargos?
No lo veo de esa forma, porque
en el cierre de nuestra sección nosotros terminamos definiendo la lista de
legisladores y tuvimos mucha injerencia en los cierres de los distritos. La
verdad que fuimos muchas veces hombres de consulta de los compañeros que
integran La Cámpora. La metodología -por lo menos hoy- es totalmente diferente
a lo que pasaba antes. Hay que construir sin rencor, eso te da mucho más
volumen. La diversidad también enriquece la construcción, más teniendo en
cuenta para mí que generacionalmente -más allá de no pertenecer a una
organización- somos pares.
El candidato a gobernador lo
tenemos que elegir entre nosotros y tiene que ser el que más mida, el que pueda
ganar. No estoy de acuerdo con una PASO, sino con un candidato único, en el que
los intendentes vamos a tener un rol.
Yo creo que el candidato debe
ser el mejor de nosotros, el que más mida. Hay que tener humildad y elegir al
que mejor mida, el que más carisma tenga, más llegada a la gente. No propongo
dirimirlo en una PASO a nivel provincial. Ese es el rol que vamos a tener los
intendentes de cara a lo que viene. Diferente de lo que será la elección
presidencial que obviamente puede haber más de un candidato presidencial, eso
dará mucho más volumen. Pero en la Provincia yo creo que debe haber un
candidato único y nosotros debemos ponernos a disposición para volver a
gobernar. Y volver de una manera mejor, con ideas más frescas, innovadoras, con
una política de acercamiento a la gente.
Sí, si se logran unificar los
criterios y las peleas de egos personales. En algún momento yo dije que había
que echar las cartas sobre la mesa y quienes tuvieran intenciones de ser
candidatos debían decirlo, con nombre y apellido. Yo no quiero ser candidato y,
partiendo de esa base, voy a ayudar al que tenga la voluntad de serlo. La
diferencia es que muchas veces nos juntamos entre compañeros y supuestamente
nadie quiere nada, pero al final todos quieren todo. Eso termina empiojando la
situación.
El que más mida. El mejor
candidato es el que gana. A mí en el 2015 me decían propios y ajenos que no
tenía posibilidades de ganarle a Cariglino. Y de hecho yo decía que era el que
más medía, el que había hecho un trabajo territorial en el distrito. Todos se
sorprendieron con el resultado electoral de Malvinas. Yo sabía que íbamos a
ganar y por cuánto. Tenía una estrategia, una lógica. Ese es el trabajo que hay
que desarrollar para adelante.
Si el "Tano" tiene
la voluntad de hacerlo va a encontrar el acompañamiento de todos nosotros.
También tiene aspiraciones a nivel partidario. El mejor candidato es el que más
mida. No podemos cometer el mismo error que se cometió en el 2015, cuando
teníamos muchas opciones de precandidatos pero finalmente el que más medía no
terminó siéndolo, por ese famoso baño de humildad. Al final terminaron
disputándose dos candidatos que estaban poco instalado. Nos jugó en contra.
Diego Bossio, era el que mejor
imagen tenía y más conocimiento con la gente. Por razones que desconozco
declinó su candidatura y después terminaron llevando dos precandidatos -Julián
Domínguez y Aníbal Fernández- poco instalados en el electorado bonaerense. Yo
como peronista elegí la fórmula Domínguez-Espinoza, por una cuestión de
afinidad y sin tener nada contra Aníbal ni Sabbatella. Pero esa decisión
terminó generando una ruptura en un frente político.
De todos. Nuestro también, por
no decir lo que había que decir en el momento justo. El que calla otorga. Hoy
la situación es totalmente diferente. Opinamos y está bueno poder decir las
cosas, discutirlas hacia adentro. Desconozco como era antes porque yo no era
intendente, pero muchos decían que no se podía hablar. Y uno a veces por ser un
dirigente de menor escala tampoco se animaba a plantear cuando veía por ejemplo
hoy a mis compañeros del PJ atrás de una valla y no arriba del escenario.
Ninguno de los compañeros que
se mencionaba como candidato se hizo cargo de la situación y se puso el saco.
Por eso terminamos con Cristina, que era la que más votos generaba. Si nos
poníamos de acuerdo antes, hasta ella lo hubiera aceptado.
Yo tenía ese discurso, pero no
hubo ningún compañero que saliera a hacerse cargo de la situación. Si
cualquiera de los compañeros hubiera salido a ponerse el saco de candidato,
hasta ella lo hubiera aceptado.
Magario, Insaurralde,
Randazzo, cualquiera de ellos. Yo repetía una frase trillada y me miraban como
si fuera un tonto: "De los laberintos se sale por arriba". La pelea
de egos de dirigentes se resuelve charlando, tomando un café, sacando en limpio
el objetivo principal que era lograr la unificación y ganar la elección. Cuando
eso pasó ya estábamos sobre la hora, con Cristina como la figura que generaba
la mayor cantidad de votos y con una cuestión de ego importante encima.
Del de todos. Porque si se
hubieran sentado a charlar antes, se hubiera definido un candidato único. Si
Randazzo se sentaba dos o tres semanas antes del cierre de listas, tal vez era
el candidato de Unidad Ciudadana. Ahora las cartas ya están echadas, la elección
ya pasó. Nos remitimos a este resultado en una elección en la que el peronismo
va fraccionado y donde pasó a ser más que de tercios a cuartos, hasta dándole
volumen a la izquierda y si volvemos a la duda inicial -sobre si Cristina era
la mejor candidata- yo creo que se termina demostrando que sí, porque se ganó
la elección.
Yo creo que si eso sucediera,
se perdería contra la marca Cambiemos. Bullrich es el candidato virtual, el que
va a ir al Senado, pero lejos de eso la campaña la encabezó la gobernadora, que
en las últimas dos semanas antes de las PASO dijo que se iba a dedicar a la
gestión pero se paseó por todos los canales habidos y por haber. Remontó la
elección aprovechando su buena imagen y la empatía que tiene con el ciudadano
bonaerense.
Cordial. Tiene sus altibajos
en la comunicación, pero siempre fue respetuosa. Hay algunas cuestiones en las
que nos vemos relegados por no pertenecer a un mismo partido político, es
natural. Sin embargo, hay cosas que se lograron por el trabajo conjunto, por
ejemplo el Fondo de Infraestructura Municipal, que nació de una negociación,
cuando muchos legisladores no querían aprobarle el presupuesto. Los intendentes
hablamos con muchos legisladores porque queríamos que tuviera presupuesto. Muy
distinto es el reparto -que fue cuestionado en su momento- discrecional de los
adelantos del Tesoro Nacional. Hay intendentes de un color político que
recibieron más que nosotros. Es parte de las reglas del juego, pero muchas
veces lo discursivo de Cambiemos no es acompañado en las acciones.